1 de noviembre de 2010

Pantalla recuperada

Por Noelia Leiva

Un grupo de cinéfilos decidió que ya era hora de rehabilitar los espacios vecinales para proyectar películas. Documentales y largometrajes de ficción se ofrecen los fines de semana en centros culturales o comunitarios. También salen a las plazas. La impronta de la participación vecinal echada a rodar.


El rito iniciaba, aparentemente, al ingresar en la oscuridad de la sala para que se iluminara la mente -y, tal vez, el alma- frente a la pantalla. Pero no. Encontrarse con viejos conocidos de la manzana o nuevos vecinos era el principio fundamental de la trama. Más si añadía el condimento de algún dato exclusivo sobre los personajes de esa escenografía común. El cine de barrio, con el condimento de la identidad hecha de a muchos, era un espacio de encuentro entre la ficción y la realidad. Para poder hablar de él en presente, amantes del celuloide se organizaron en localidades sureñas para reavivar la llama. La función recién comienza.
Sobre la pared, una tela blanca o una pantalla gigante, los otros sujetos (los que captó alguna cámara) se recrean, en un encuentro que puede buscar generar interrogantes o un instante de esparcimiento. Para La Luciérnaga, autodefinida como “cine popular en Remedios de Escalada”, el motivo que justifica salir al ruedo cada domingo en la Federación de Entidades de esa localidad (FERE) es “la relación con el vecino, que a veces viene de otros barrios, que te dice qué película le gustaría ver”, describió ante LA TERCERA Martín Díaz del Río, integrante del colectivo.
En Almirante Brown, El Derrumblé es el centro cultural que cada sábado enciende el proyector de la mano del Cine Documental Alondras para Espejos, que surgió con la idea puesta en la difusión de las construcciones no ficcionales y experimentó el verano último la recepción en la plaza local General Belgrano. La clave para que un film con vidas imaginadas o reales sea seleccionado es que funcionen como “películas preguntantes”, graficó Guillermo Gugliotti, uno de los hacedores de la iniciativa. Indagarse a sí mismo primero, para ir por más.
A veces hay que buscar un acuerdo sobre qué significa para cada uno la temática propuesta para el ciclo mensual. Educación, animación, participación y problemáticas de género fueron algunos de los tópicos que invitaron a sumarse. En ambas realizaciones, el objetivo es recuperar el espacio de encuentro del y con el vecindario con el séptimo arte.
La sesión se inicia cuando las personas de todas las edades (solas, en pareja, en familia o con amigos) se adentran en la sala, que el resto de la semana alberga a otras formas creativas. Los lanusenses acostumbran a colocar una gorra a la entrada por si un espectador o espectadora quiere colaborar económicamente con ese emprendimiento autogestionado. “A veces nos colgamos y ni siquiera eso”, aseguró el partícipe de ese equipo. En el caso de sus vecinos, cuya iniciativa se costea de la misma forma, la mesa de ingreso se colma de snacks o pochochos, hechos por los anfitriones o traídos por el público.
La luz se apaga. El ojo que replicará cada cuadro se prende. La perinola cinematográfica empieza a girar.

Heteróclita elección

Para las luciérnagas (y los luciérnagos), la variedad proyectada responde a sus deseos y el de los concurrentes. “Si estamos ciclotímicos, agarrate”, bromeó Manuela García. La espontaneidad también se refleja después de compartir cada cinta: “Nos interesa, en general, material que llame al debate, la charla. Termina y les preguntamos qué les pareció, ahí surge” el encuentro con el auditorio, describió Soledad Pérez, otra miembra del plantel.
Desde documentales que rozan lo antropológico como “Chucalezna” de Jorge Prelorán hasta la comedia argentina de 1985 “Mingo y Aníbal contra los fantasmas”, la inclusión ecléctica se retroalimenta de las respuestas voyeurísticas. Además, hay meses que sus propuestas temáticas coinciden con las de sus pares brownianos aunque con títulos diferentes.
En la casa burzaquense, las reuniones de los cuatro coequipers (participan además Juan Pablo Rufino, Vanesa Bisutti y Guadalupe Rivaldo Lalin) buscan consenso sobre la matriz conceptual. La práctica se lanzó en el hogar de uno de ellos. Cuando se mudó al espacio cultural empezó a sumar trabajos producidos en set pero no incorporados al circuito comercial, bajo el lema “Otro cine, otra mirada”. También, la consigna fue apostar a incorporar el hábito de observar ‘docus’, que está “muy bastardeado”, consideró Gugliotti. Hasta ahora se vieron los testimonios obtenidos por Carlos Ruiz en Famatina y Chilecito para su producción sobre la mega-minería “Cielo Abierto”, el film francés “La Gran Seducción” de Jean Francois Pouliot, e “Imaginadores”, el largometraje de Daniela Fiore sobre la historieta argentina, entre otros.
Para el hacedor, una meta a alcanzar es tener “un cine ambulante para contactar agrupaciones de distintas provincias, cargar el proyector en la camioneta y salir” rumbo al nuevo escenario, una iniciativa que los oriundos de Lanús ponen en práctica durante las vacaciones de alguno de sus integrantes. Otro sueño para Alondras sería elaborar un material propio en el que los vecinos sean guionistas, técnicos, directores y actores. Sus pares dieron un paso adelante: algunos prestaron su cuerpo a personajes de un corto que refleja la vinculación entre el este y el oeste de Escalada y que ya se proyecta en los barrios.


En el espejo

“No se trata de qué tipo de sociedad quiero construir sino de qué tipo de individuo quiero ser”, es una de las premisas a la que el conjunto de Burzaco arribó cuando se preguntó por qué juntarse cada semana alrededor de una pantalla. “Es que el arte es una herramienta que se pone de costado, no es algo que imponga sino que te permite a vos reflejar, usarla como espejo”, transmitió el referente local. A través de ella, los ojos se posan sobre cada quien para luego buscar al otro y construir una propia “contracultura”.

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En marcha I

‘Quereme así, piantao’, parece invitar el ‘alondraje’. Este mes, llevará a El Derrumblé (Burzaco 716 de la localidad homónima, a las 20) un ciclo dedicado a la locura con títulos a confirmar. Mientras, recolectan contactos para elaborar una galería virtual que llevará el nombre de Mapa de Espacios Culturales Argentinos (Más data en www.alondrasparaespejos.com.ar).
La Luciérnaga concluyó el fin de semana último un ciclo realizado en conexión con la banfileña Huerta Bataraxa sobre soberanía alimentaria e “invasión de transgénicos”, prepara un festival de cierre del año con proyecciones, música y exposición de fotos. Será el domingo 14 de noviembre en el FERE, Rosales 954, de Remedios de Escalada (Consultar www.grupolaluciernaga.com.ar).
 
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En marcha II

Convocar, tender puentes. Saber que son muchas las ideas en movimiento, aunque parecen pocas si están aisladas. Un grupo de centros culturales del sur del Conurbano convocan a la tercera Muestra de Organizaciones Culturales y Comunitarias Autogestionadas (Mocca) que en diciembre llegará a Claypole, después de pasar por Burzaco y Escalada. Reunirá a representantes del arte en acción, con presencia barrial y la mirada puesta en la participación colectiva (Info en www.recenaccion.com.ar).

Publicado en la edición impresa de La Tercera del 1 de noviembre de 2010
http://www.diariolatercera.com.ar/detalle.php?articulo=Pantalla-recuperada&tipo=1&documento=6595&sistema=diarios

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