13 de septiembre de 2013

Una joven busca a su mamá después de 31 años


Por Noelia Leiva

Los documentos aseguran que nació en Avellaneda, aunque la joven nunca vivió allí y desde los 15 se mudó a España con sus padres adoptivos, a quienes defiende. El sanatorio donde se cree que llegó al mundo fue cerrado por apropiación de bebés durante la dictadura. Ella descartó ser hija de desaparecidos y por el momento no hará los estudios. Cualquier dato puede ayudarla.

Valeria tiene 31 años. Sabe que nació en el ex Sanatorio Central de Avellaneda, según los datos de su partida de nacimiento, pero no conoce a su madre biológica, a quien busca. Desde los 15 vive en España con los padres que la adoptaron cuando tenía dos semanas, a partir de la gestión de una enfermera. Si bien fue “apropiada” descarta ser hija de detenidos-desaparecidos durante la última dictadura militar porque su familia adoptiva “jamás hubiera aceptado un bebé robado”, señaló. No quiere “dar problemas” a quienes aporten información sino reencontrarse con sus orígenes, construir su identidad.
Un mosaico de datos es sobre el que camina la joven, que vivió en Núñez y en Florida antes de irse del país. Si bien algunas pistas indican que la mujer que la dio a luz vive lejos del Gran Buenos Aires, las más fuertes subrayan que se encuentra en la zona porque su beba nació en 9 de Julio al 200 (o al 100, la caligrafía del acta es confusa) donde aseguran que se encontraba una importante clínica avellanedense. La médica que asistió el parto, Magdalena, es vecina de Quilmes pero “padece un déficit de la memoria o dice padecerlo” y no puede darle precisiones sobre el nacimiento.
Al sanatorio “lo cerraron, pasados los años, por causas políticas y militares y por tráfico ilegal de bebés”, reconoció la muchacha. Si bien se puso en contacto con las Abuelas de Plaza de Mayo, decidió no continuar con el esclarecimiento por esa vía “porque si resultaba ser hija de desaparecidos ellas iban a denunciar” a los padres que la criaron, le explicó a LA TERCERA. “Ellos me adoptaron ilegalmente pero creo que jamás hubieran aceptado un bebé robado”, enfatizó. Además “todos los estudios de (personas nacidas en) 1982 dieron negativo”, aseguró. Si cambia de opinión, tiene una invitación del Banco Nacional de Datos Genéticos para hacerse los análisis cuando vuelva a Argentina.
Valeria llegó a los brazos de quienes la cuidaron a través de una enfermera, que cree que se llamaba Isabel y que le avisó a la adoptante -también enfermera- que había una recién nacida que esperaba un hogar. La especialista era pareja de un compañero del “papá del corazón” en la marina mercante. Él y su esposa se desempeñaban en los buques, cada uno en su labor. La versión que más apoyan es que la mamá biológica se atendía en un hospital donde trabajaban Isabel o la partera, y que por ese conocimiento la llevaron a dar a luz al sanatorio, donde se gestionó el intercambio. Aseguran que entonces “sólo pagaron el importe del parto, que fue bastante elevado”, transmitió la joven.
Durante las primeras dos semanas, ella estuvo en la casa de una enfermera, a su cuidado. Hasta que la nueva familia la retiró de la casa de la médica. “Una vez en sus brazos ya me llevaron a su casa. Era un día lluvioso, con calles desiertas, y justo coincidió con la guerra de Malvinas”, relató la mujer, en función del testimonio que recolectó de quienes la cuidaron durante sus 31 años.
La chica asegura que tiene contactos con familiares en Avellaneda y Lanús. Sostiene que su madre era una adolescente de no más de 17 años cuando la tuvo. “Contaba con pocos medios para mantenerme, según le cuentan a mi mama en el sanatorio, y tenía problemas con su abuela” que bebía alcohol. “No quería darme. Me gestó con mucho amor según me cuentan y a final del embarazo decidió darme en adopción”, recalcó Valeria. Entiende que la persona a quien busca nació en 1965 o1966, según los datos que recolectó.
“Quiero decirle que no voy a cuestionarle nada”, enfatizó la muchacha sobre su progenitora biológica. “La identidad y el origen de una persona son fundamentales para tener una vida feliz”, recalcó. Agradece que ante cualquier dato le escriban a lamorochabsas@hotmail.com.


Publicado en La Tercera del 13 de septiembre de 2013 http://www.diariolatercera.com.ar/0/vnc/nota.vnc?id=5470

3 de septiembre de 2013

Reconstruyeron los episodios previos al femicidio de Fátima

Por Noelia Leiva

Fue en la casa de Villa Fiorito que la joven compartía con Martín Santillán, su ex pareja. El hombre está detenido preventivamente acusado de haberla asesinado. La medida fue pedida por la defensa. La familia de la víctima reclama justicia.

Tres años de espera parecieron desplomarse sobre los hombros de la familia de Fátima Catán, la vecina de Lomas de Zamora que era víctima de la violencia machista y falleció por quemaduras severas, según se investiga. Es que a un año de la detención de la ex pareja de la joven y acusado de femicida, Martín Santillán, se realizó la reconstrucción de las últimas horas que compartieron en la casa de Villa Fiorito. La defensa insiste con la hipótesis del accidente o hasta del intento de suicidio, pero las pruebas en el expediente y los antecedentes agresivos del hombre parecen apoyar la culpabilidad del imputado.
La medida fue pedida por los abogados de Santillán, que guarda prisión preventiva en la Unidad Penitenciaria 40, y se realizó en la mañana del jueves último en Murature al 1600. A partir de hoy se esperan los resultados de la recreación que el papá y el hermano de Fátima, un policía que acudió cuando se denunció el caso y el acusado realizaron sobre los momentos previos a la agresión que provocó quemaduras en el 85 por ciento del cuerpo de la mujer.
También intervino el juez de Garantías Gabriel Vitale, el fiscal de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 lomense, Gabriel Loureyro; el patrocinante de la familia de la víctima, Gabriel Juricich y los representantes de la parte acusada. “Él cumplió un año en la cárcel y tira patadas para que lo liberen, pero está cerca de su familia y lo pueden ir a visitar. A mí nadie me devuelve a mi hija. Él la mató y no me voy a cansar de decirlo”, enfatizó la mamá de Fátima, Elsa Gerez, sobre su ex yerno.
Había dejado de hablar con Santillán un año y medio antes de la muerte, cuando su hija le contó que él le pegaba y la maltrataba psicológicamente, pero no se separaba porque “pensaba que iba a cambiar”. Ese antecedente puede ser un indicador más de la atmósfera que rodeaba a la pareja el 19 de agosto de 2010, cuando, luego de una supuesta discusión, la joven fue incinerada, según averigua la Justicia. De hecho, lo acusan de “homicidio en contexto de violencia familiar”.
Si bien la reconstrucción no fue requerida por los allegados a la muchacha, puede favorecer al esclarecimiento de la hipótesis central. “Mi hija no tenía quemada la cara, el pelo ni las manos”, señaló Gerez, en diálogo con LA TERCERA. Esas zonas debían de haberse afectado si -como aseguran los defensores- la chica encendió un cigarrillo cuando limpiaba un CD con alcohol y por eso se hubiese generado la combustión. También circuló que habían intentado instalar la hipótesis del suicidio.
Sobre lo que persisten las dudas es el desempeño de los profesionales que recibieron a la vecina en la guardia del Hospital General de Agudos Evita de Lanús, de quienes la familia sospecha que ocultan información. Además, no descarta que datos relevantes de la investigación pudieron haber sido descartados por el anterior fiscal, Ramiro Varangot, de la UFI 8, que fue recusado.

Ofendido
Según Geréz, Santillán pidió que el intendente Martín Insaurralde, la Presidenta y ella “se retracten” por haber mencionado la muerte de Fátima como un femicidio durante la inauguración del refugio de mujeres que lleva el nombre de la muchacha.

Publicado en La Tercera del 2 de septiembre de 2013 http://www.diariolatercera.com.ar/0/vnc/nota.vnc?id=5212