20 de diciembre de 2013

Otro femicidio: mataron a la hija de una Mariposa de Villa París

Por Noelia Leiva. La joven residía en Morón pero se había criado en Glew, donde viven su mamá y otros familiares. Había alertado que su pareja quería matarla, cosa que finalmente hizo: apareció descuartizada. Está detenido porque confesó su responsabilidad. Su madre era parte de la organización territorial que lucha contra la violencia de género.


Una mujer es asesinada en el país cada 36 horas. La mayoría de los responsables son hombres con los que tienen o tuvieron alguna relación sentimental. Gabriela Consme es uno de los nombres detrás de la estadística: fue hallada muerta en el distrito bonaerense de Morón y por su femicidio detuvieron a su novio, Walter Santiago Marker. La joven era hija de una de las integrantes de Las Mariposas de Villa París, de Glew, que trabaja en la defensa de la equidad entre los géneros y que asumió la lucha para reclamar prisión perpetua para el responsable y el fin de la violencia hacia las mujeres.
El martes último el hermano de la joven dio aviso a la Policía por su desaparición. Su mamá estaba recién llegada de San Juan, porque con mucho esfuerzo había viajado Encuentro Nacional de las Mujeres. Cuando allanaron el domicilio del hombre, con quien la chica salía hacía poco tiempo, encontraron ropa y el celular de ella. Hasta que él confesó su culpabilidad.
Recién el jueves pudieron dar con el cuerpo de Consme, de 24 años, y constatar lo peor: estaba descuartizada, en una bolsa. Por la atrocidad de la violencia, la fiscal Adriana Suárez Corripio, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 8 del Departamento Judicial Morón, le aseguró a los allegados que “pedirá prisión perpetua”, transmitió Myriam Machaca, referente del colectivo feminista de Glew. Al cierre de esta edición, Marker (las mujeres dudan de que el que dio sea su nombre real) se encontraba detenido.
En el allanamiento, encontraron una cámara de fotos donde había imágenes de una ex pareja, también desaparecida. “Como sabemos que va a tener algún defensor que va a apelar (el requerimiento de cárcel por 35 años) es necesario que ese dato sea tenido en cuenta por algún abogado o abogada” que defienda a otra víctima más de la violencia sexista. La representación ante la ley es otro problema: como el entorno de la mujer carece de recursos para costear un patrocinante, esperan que algún profesional se solidarice y oriente en la causa.
“El domingo (por el 24) se encontró con él y luego le mando un mensaje a su hermano donde le decía que estaba con miedo porque él la quería matar. No se supo más nada, hasta que la encontraron descuartizada”, describió la militante, en diálogo con LA TERCERA.
El dolor caló hondo en Glew, donde la muchacha se crió. Por eso, quieren que el sepelio se realice en el distrito y no en el Oeste del Conurbano, donde residía con una de sus hijas, de 3. La otra, de 7, vive con su abuela, una de Las Mariposas. Como el domicilio de la joven está radicado en Morón, Almirante Brown “no se hace cargo”, señaló Machaca, mientras aguardaba la confirmación para que la madre de la chica fuera a reconocer el cuerpo.
Para ellas, fue un golpe en doble sentido: por la pérdida de una persona cercana y por la causa de esa muerte, que reafirma que todavía hace falta pelear contra la opresión patriarcal.

La lucha debe continuar

El jueves último se realizó un festival en la plaza Victorio Grigera de Lomas de Zamora donde se repudiaba la violencia hacia niñas, adolescentes y adultas, luego de que dos familias denunciaran que sus hijas habían sido abusadas en una fiesta privada. Ese mismo día, Las Mariposas supieron que Gabriela, a quien buscaban hacía dos días, estaba muerta. Como el colectivo de Glew era parte de la convocatoria, los vecinos y las vecinas que concurrieron a la actividad se enteraron allí del nuevo femicidio.
Fue la confirmación de que se debe enfatizar en la defensa de los derechos de las mujeres, ayer el grupo browniano llevó una bandera negra en señal de luto a la Muestra de Organizaciones Culturales y Comunitarias (Mocca). Ni bien confirmen que Gabriela podrá ser sepultada en Brown, como desea su familia, prometió convocar a sus pares feministas para aunarse en el repudio contra la violencia machista, que lastima, anula y mata.

Publicado en La Tercera http://www.diariolatercera.com.ar/0/vnc/nota.vnc?id=6791

“¡Al machismo ponele bomba!”


Por Noelia Leiva. Por segundo año, los Varones Antipatriarcales organizaron un encuentro en el que participaron más de un centenar de muchachos que cuestionan la masculinidad patriarcal. Ni machos ni fachos: feministas.







“Un hombre no comienza jamás por presentarse como individuo de un determinado sexo: que él sea hombre es algo que se da por supuesto”, cuestionaba Simone de Beauvoir en su célebre obra “Segundo sexo”. Como el patriarcado los tiene a ellos como vectores del poder que concentran y aplican por herencia cultural, cambiar la mirada sobre la masculinidad resulta un paso fundamental en la lucha por la equidad entre los géneros. Ése es el objetivo planteado en el Segundo Encuentro de Varones Antipatriarcales, que se realizó este fin de semana en Mendoza con delegaciones de seis provincias. “Ni machos ni fachos” es la consigna que identifica al colectivo, que se autoproclama feminista.
Desde el vamos, la propuesta desafía la ‘heteronorma’: un grupo de hombres -alrededor de 120- que no se conocen conviven en un campo durante tres días, dispuestos a hablar de sí. Una vez allá, hay otra consigna que interpela aún más, que es sentirse en la libertad de que las cosas les pasen porque, aunque sus DNI digan que son varones, pueden emocionarse, besar, abrazar. “Nos encontramos desde el lugar del amor para crear vínculos lejos de las prácticas cotidianas de competencia y de fuerza, y poder  derribar muchos de los prejuicios que hacen a la homofobia”, definió Alejandro Aymú, uno de los representantes capitalinos del movimiento y participante de la experiencia por segundo año consecutivo.
El sábado, cuando llegaron, pusieron el cuerpo en acción en actividades lúdicas y espacios de yoga que sirvieron para romper el hielo y empezar a pensar. En la jornada siguiente, se realizaron talleres que ahondar sobre “los feminismos”, el aborto y la explotación sexual, entre otros temas. Hubo ítems en los que no se alcanzó consenso, como si hay que adoptar una mirada reglamentaria o abolicionista sobre la prostitución, pero “se pudo avanzar en el diálogo”, recalcó el militante. Se trata de interpelar e interpelarse: aquí, a los “varones prostituyentes”; en todos los órdenes, a los hombres que inexorablemente fueron criados bajo dogmas machistas y que tienen la oportunidad de erradicarlos.
“¡Al Estado ponele bomba!¡Al machismo ponele bomba!”, cantaban en ronda bajo el sol en uno de los momentos que compartieron todos. Fue al ritmo de la canción que en su versión original invita a “menear suavecito para abajo”. Los muchachos gritaban “feminismo desde abajo” y transformaban el “movimiento sexy” del ‘hit’ en uno “anti: antiimperialista, anticlerical, anticapitalista y antipatriarcal”.
El lunes, hubo espacio para plantear los ejes de un documento que aún no se difundió y que concentrará las ideas del encuentro, que abordó en simultáneo dos vías difíciles de trabajar. Por un lado, el replanteo individual en tanto sujetos que cuentan con la legitimidad social de ser dueños de sus cuerpos y decisiones -acaso también de los de las mujeres y otras “identidades disidentes”- por el simple hecho de ser hombres. Por otro, mostrarse en lo social como personas capaces de aportar al movimiento de las mujeres por la igualdad de oportunidades.
“Lo personal se vuelve político y lo político, colectivo. Es todo experimentación, no tenemos referencias, sólo lo hacemos”, enfatizó Aymú. Hace tres años que defienden esa lógica como grupo, que funciona en el centro cultural Olga Vázquez de La Plata, la Casa Nuestra América en Capital Federal y El Transformador  en Haedo. Hasta Mendoza también llegaron delegaciones de Santa Fe, Neuquén, San Luis, Córdoba y Tucumán.

Para no ser un ‘animal de costumbre’
Un poco por hábitos no cuestionados, otro poco por la comodidad de ser el que manda, hay rasgos de la cotidianeidad que marcan la desigualdad. Incluso para quienes cuestionan al patriarcado existen “micromachismos”, que son “pequeñas prácticas invisibles o muy naturalizadas que determinan la opresión”, definió el militante, según se conversó en uno de los talleres.
Esos rastros van desde “dejar pasar a una señorita en el colectivo para mirarle la cola” o porque tienen que subir ‘primero las damas’ hasta “pensar que la mujer tiene que hacer la comida, lavar y planchar o creer que los roles de dirigencia los tiene que ejercer un varón”, enumeró. “Son señales que hacen que pongamos en conocimiento el lugar de jerarquía. Las tratamos de advertir y revertir a partir de la problematización”, sostuvo.
También es animarse a hacer lo que mira mal el manual del ‘macho’: besarse, abrazarse, emocionarse. Eso también implica otra manera de relacionarse con pares, que a veces es difícil de gestar por fuera de los espacios donde se da la reflexión. Ése es el desafío: quitarse el patriarcado “del propio cuerpo”, correrse de las conquistas heredadas.
El cimiento del camino que recién comienza es considerarse “un desprendimiento” del movimiento feminista ya que a partir de su cuestionamiento a los privilegios machistas es que ellos comenzaron a ser críticos con el rol responsable de lo masculino en esa disparidad. No pretenden cambiar la forma estereotipada de ser hombres por otra distinta pero única: “La idea es desarmar estos modelos hegemónicos a partir de una multiplicidad de prácticas y saber que los genitales no nos hacen varones o mujeres, son parte de identidades que vamos construyendo”.

Publicado en Marcha Noticias http://www.marcha.org.ar/1/index.php/nacionales/92-generos/4734-al-machismo-ponele-bomba

"La actitud del Ministerio de Salud es contraria a derecho"


Por Noelia Leiva. Lo consideró Perla Prigoshin, presidenta de la comisión que elabora sanciones hacia la violencia de género. Se refiere a la cartera porteña que determina que los médicos deben denunciar si sospecha que una paciente se practicó un aborto. No tratar la interrupción del embarazo en el Congreso es un caso de maltrato "institucional".


Un fallo de la Corte Suprema de 2010 deja en claro que los derechos personalísimos, que hacen a la dignidad e intimidad, deben protegerse incluso si por ello no se denuncia un delito. En contra de ese paradigma y del secreto profesional, tres médicas del hospital porteño Juan Fernández maltrataron y denunciaron a una mujer que llevaba un aborto en curso y solicitó asistencia. El caso, por el que hoy el movimiento antipatriarcal realizará un escarche en la institución, deja en evidencia cómo se denuestan a las ciudadanas: la prohibición de que decidan si parir o no y la agresión en los ámbitos dedicados a la atención ginecológica y obstetricia. Para Perla Prigoshin, abogada y presidenta de la Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de la Violencia de Género (Consavig), la actitud manifiesta que "la ideología persecutoria está por encima de los derechos de las mujeres".
En junio, una joven de menos de 30 años ingresó al centro médico para solicitar la ayuda de especialistas. Las médicas Julieta Andrea Wainfeld y Virginia Driedrich le "hicieron comentarios inapropiados, la culparon de lo sucedido y le manifestaron que le indicarían menor dosis de analgésico para que sienta lo que hizo", transmitió un comunicado que emitió la Comisión para repudiar la actitud. Tras el cambio de guardia, la colega Rosana Buffa llamó a la fuerza de seguridad para denunciarla y volver a someterla a la humillación, mientras su salud se ponía en riesgo porque habían pasado "menos de 24 horas" desde la intervención quirúrgica que había atravesado. La justificación fue que la Dirección Legal y Técnica del Ministerio sanitario capitalino determina que los profesionales tienen que notificar a la Policía cuando suponen encontrarse frente a maniobras abortivas.
-¿Existe algún marco legal que ampare esta disposición del Gobierno que conduce Mauricio Macri?
Desde la Consavig entendemos que se trata de una indicación contraria a derecho. Es una barbaridad. Se encuentra, por ejemplo, el fallo de la Corte Suprema de la Nación por el caso Baldivieso (NR: en 2010 determinó, a partir de que un médico denunciara a su paciente por consumo de clorhidrato de cocaína, que "un derecho personalísimo a una esfera de intimidad, en cualquiera de sus fundamentaciones, supera al interés social en la aplicación de una pena"). Con toda claridad se establece después de él que el hecho de que una mujer recurra a un espacio hospitalario demandando ayuda por un aborto no puede ser utilizado como un elemento para denunciar. Con este fallo y la existencia del secreto profesional (cuya violación es un delito tipificado en el Código Penal), lo que indica el Ministerio de Salud es una falta de respeto a lo dispuesto por la Corte y una conducta que muestra a las claras que tiene una ideología persecutoria, por encima de los derechos de las mujeres.
-¿Hay elementos que respalden la actitud de las profesionales en tanto trabajadoras de un sistema con reglas a cumplir?
De ningún modo se puede justificarlas. Vamos a terminar con la obediencia debida de la dictadura. No quiero sonar irrespetuosa con el sufrimiento de quienes atravesaron la tortura y la desaparición pero, si la orden que te dan es ilícita, te podés revelar. No todo da lo mismo. Podemos decir que estaba el empleo en juego, pero qué tal si pensamos que la ética, que tanto se pregona últimamente, está por encima.
-¿Entonces hay elementos para iniciar acciones legales contra esa medida?
Podría hacerse una denuncia ante los tribunales en lo Contencioso Administrativo de la Ciudad para que de algún modo obliguen al Ministerio a retirar esa disposición. De ahí a la sanción hay una larga distancia.
-La paciente atravesó el maltrato por no haber contado con un espacio de salud seguro y público donde practicarse un aborto ¿Cuál es su mirada al respecto?
En una audiencia en la Cámara de Diputados fui invitada y definí que el no tratamiento de la despenalización del aborto, por lo menos, se configura como un hecho de violencia institucional contra las mujeres. Desde lo individual, estoy absolutamente de acuerdo no sólo con lograr que se despenalice sino que se legalice. Es una ocupación del Poder Legislativo que ya debería asumir.
- A partir de su labor en la erradicación de la violencia de género ¿cómo explica que haya sido una mujer la que denuncie a otra y de esta manera vulnere sus derechos?
Las personeras del patriarcado somos las mujeres. En esta dura asignación de roles, somos quienes criamos a los hijos e hijas, le indicamos conductas: "no seas maricón, devolvele la trompada" o le decimos a una nena "dale un vaso de agua a tu hermano ¿no ves que tiene sed?". Se nos inculca el servir. En estos casos no hablamos por nuestra boca, somos habladas por el discurso del dominador. Muchas festejan los chistes machistas que critican a las suegras o compiten con las amigas, porque en el fondo está el cuento de la Cenicienta, en el que se contrapone a la madrastra y las hermanastra, que son las enemigas, y hace falta el beso del príncipe para convertirse en mujer. Son patrones difíciles de erradicar. No me asombra lo que hicieron, pero me duele.
-A partir de la difusión del caso se puso sobre el tapete la violencia obstétrica, que atraviesan muchas mujeres cuando hacen consultas a ginecólogos u obstetras o cuando van a dar a luz ¿Cómo se puede erradicarla?
Trabajamos en una subcomisión sobre esta temática y dimos bastantes pasos. Promovemos acciones preventivas y sancionatorias de dos tipos: capacitaciones a quienes incurrieron en este tipo de violencia para sensibilizarlos y la incorporación del ítem como causal de sumario administrativo. Además, trabajamos en la redacción de una encuesta para conceptualizar lo mejor posible cómo se configura, ya que tiene puntos de contacto con la mala praxis y tortura: si a una mujer le realizan un legrado sin anestesia, no estamos frente a un hecho de violencia nada más sino frente a un acto de tortura.
-¿Cómo se dará a conocer esa encuesta?
La empezamos a hacer circular en charlas con efectores de salud. Después serán interpretadas y las pondremos a disposición de la comunidad. Otra acción es reunirnos y articular con el Instituto Nacional contra la Discriminación, el Racismo y la Xenofobia (Inadi), la Defensoría del Pueblo de la Nación y la Superintendencia de Servicios de Salud para dar curso a unas cartas de denuncia que pusimos a disposición de las mujeres para que puedan dejar una constancia cuando atraviesan estas situaciones de violencia.
-Pero para decirlo ¿hay que desnaturalizar el dolor?
Está claramente naturalizado el dolor y el padecimiento en el momento del parto (o de su interrupción, por los motivos que hasta el momento son no punibles). Desde ya que parir sin violencia no significa hacerlo sin contracciones, pero sí que puede trabajarse y gestionarse en un ámbito amigable y respetuoso. En el caso de que duela tanto que sea intolerable, puede usarse la anestesia indicada por el médico. Nadie tiene que atravesar por lo que no puede.

Publicada en Marcha Noticias http://www.marcha.org.ar/1/index.php/nacionales/92-generos/4665-hospital-fernandez-la-actitud-del-ministerio-de-salud-es-contraria-a-derecho

12 de noviembre de 2013

Una Marcha con contramarcha

Foto: Guillermo D'Ambrosio


Por Noelia Leiva. El sábado el colectivo LGBTIQ saldrá a gritar su orgullo y defender la equidad. Cada vez más banderas partidarias se ven porque la "inclusión" es aceptada desde las cúpulas de gobierno. Organizaciones de izquierda lo cuestionan y defienden sus propias consignas.


Como hace 22 años, la Marcha del Orgullo de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans, Intersex y Queers (Lgbtiq) se convoca en Buenos Aires. Será el próximo sábado, esta vez con la certeza de que deudas históricas fueron saldadas, como la Ley de Identidad de Género y el matrimonio igualitario. Diversa como su consigna, reúne atuendos de fiesta y carteles de reclamo, que suelen encolumnarse en la caravana 'oficial' o en la que se postula como su 'contra', organizada por agrupaciones de izquierda. A dos días de que la ciudad porteña vuelva a colgarse la bandera de los seis colores, Marcha recolectó opiniones sobre la vigencia y el objetivo de la iniciativa.
Repasar cuál es el sentido de la ya clásica propuesta a poco más de dos décadas de su origen demanda plantearse desde dónde se la observará. Es que "si bien tiene la voz de un pedido, no deja de ser un festejo. Hay mucha gente que va en ese plan y se viste como si fuera a un carnaval para demostrar que ese día nadie le puede decir que eso no se puede hacer", planteó Fara Saad, fundadora de Indumentaria FaSil y pionera en la Feria del Orgullo que se realiza todos los años en Plaza de Mayo.
En las redes sociales oficiales de la Marcha se vieron durante la semana algunos cuestionamientos sobre la presencia de grupos partidarios en los puestos de esa feria -unos 250 para esta edición- o en los camiones que se convierten en escenarios o pasarelas sobre Avenida de Mayo. Incluso hacia adentro de los participantes esa característica encuentra puntos de disidencia: "Muchos pensamos que no debería haber esa clase de identificaciones, como pasó los últimos dos años. Hay gente que siempre vino y esta vez no lo hará porque no se siente parte de esas agrupaciones", aseguró la militante, que también colabora con La Fulana, una de las agrupaciones de la comisión organizadora. Aunque los planteos, en esencia, son políticos.
Para quienes son señalados por esa crítica, hay un sentido político en la presencia: "Putos Peronistas empezó a hacerse conocer porque participó en la Marcha, no se puede obviar. Es una gran amplificadora", recalcó Omar Espíndola, el referente de ese colectivo que también integra la conducción de la movida. Sin embargo, no pesa sólo quién sostiene el mensaje sino qué se dice.

Adentro o afuera
Para el colectivo de feministas socialistas Las Rojas (ligado al partido trotskista Movimiento Al Socialismo), es una contradicción que una propuesta que convive bajo la "hegemonía del oficialismo K" pida despojar de las aulas las normas católicas luego de que el Gobierno "se subiera a la 'marea clerical' con la asunción del papa Francisco", según observaron desde un documento que escribieron de cara a la actividad que se concentra el sábado a las 15 en la histórica plaza frente a la Casa Rosada para partir a las 18 hacia el Congreso de la Nación.
"Creemos que hay que retomar el impulso de Stonewall (en Estados Unidos, donde en 1969, un grupo de personas decidió repudiar la persecución) y entender el orgullo como lucha en las calles, independiente de las gestiones, los partidos patronales y aliada a los trabajadores y el pueblo", enfatizó la agrupación, una de las que propone la "contramarcha" que decide caminar detrás de los grupos menos cuestionadores.
Las necesidades que plantean son pedir la aplicación 'real' de las leyes de Identidad de Género y matrimonio igualitario, "reclamar la libre adopción de las parejas igualitarias: los hombres y quienes no se casen no tienen la posibilidad de adoptar", había definido la integrante de Las Piqueteras Daiana Asquini en 2012, desde la columna que sostenía que "ningún Gobierno es dueño de los derechos". Este año prometen regresar para reclamar que la diversidad no sea exclusividad de un sólo discurso.
"El valor está en dar la pelea interna", cuestionó, en tanto, Espíndola, en oposición a que los reclamos de las agrupaciones de izquierda no se canalicen desde dentro de la comisión directiva. "Es difícil y desgastante. Si no tuviéramos paciencia ya nos hubiéramos ido, pero es un trabajo que hay que hacer con tiempo, más allá de los problemas particulares que se dan entre las cabezas", apuntó.
Pero, discusión de por medio, los escudos partidarios parecen no molestar a todos y todas porque "cada vez son más quienes salen a buscar apoyo y conocer gente" ese día, entendió Melina Morales, que militó en La Cámpora Diversia y ahora la acompaña, aunque no orgánicamente. "Es un día en el que te sentís identificada", aseguró.
"Salimos a defender la idea del 'orgullo', que ya es compleja, y no necesitamos mucho más. Estamos incluidos y las luchas son cada vez más logradas", enfatizó la estudiante de Letras. "No creo que el sentido sea sólo político. Está también la visión de las ONG que se ven representados en la idealización de un mundo igual para todos", entendió.

Las propuestas del año
Que haya "educación sexual igualitaria, laica y gratuita" en todos los establecimientos del país es el pedido central de la jornada del sábado, en adhesión a la ley que lo demanda, la 26.150. "Es un trabajo a futuro, para que los chicos de ahora se eduquen mejor y sean más felices", definió Espíndola. El segundo ítem que la comisión organizadora –con la Federación Argentina de LGBT a la cabeza- señaló es la implementación de la Ley de Identidad de Género en el ámbito de la salud: se reclama la "urgente reglamentación" para que las y los trans puedan acceder sin problemas ni demoras a la atención médica en espacios públicos.
Por primera vez, en el encuentro multitudinario se realizará "Orgullo incluyente", una colecta destinada a personas trans en situación de encierro o de calle, a la que se podrá aportar en un camión identificado con la consigna. "Queremos interpelar al colectivo", definió el miembro de la agrupación nacida en La Matanza.
Una "subconsigna" es decirle "no' a la discriminación en radio y televisión" a través de la "aplicación efectiva de la Ley de Medios". La implementación del "aborto legal, seguro y gratuito, la ley antidiscriminatoria para todos y todas, y ponerle fin a la Justicia machista" también son ítems que reclamarán. Aunque no enunciado como un pedido oficial, desde los colectivos participantes también pedirán la equiparación del acceso al trabajo de todas las personas, más allá de cuál sea su género y su orientación sexual.

Publicado en Marcha Noticias http://www.marcha.org.ar/1/index.php/nacionales/92-generos/4627-una-marcha-con-contramarcha

30 de octubre de 2013

Día de Las Madres


Por Noelia Leiva. La maternidad como rol asignado por la sociedad obliga a las mujeres a tomarlo. Sus orígenes son ancestrales. Muchas se animan a desarticularlo y armar propios: tantas formas de ser mamás como mujeres que decidan hacerlo.


"Cultura", "instinto" y "biología" son conceptos que se mezclan al analizar qué es ser mamá. La pantalla mediática suma otros, como "ternura", "contención", "cuidado del hogar". Con ellos, impulsa el comercial Día de la Madre. Desde el movimiento de mujeres definieron para Marcha que criar hijos o hijas tendría que ser una elección y no un deber impuesto por la sociedad del machismo y la "heterosexualidad obligatoria", aunque reconocieron que todavía faltan espacios internos de discusión. Acerca de las diferentes formas de crear ese vínculo ancestral.
Si los 'lugares comunes' permiten analizar las prácticas y las ideas imperantes en un colectivo, los referidos a qué es estar embarazada y parir no tienen desperdicio. Desde la típica vinculación de la mujer-madre a la cocina, su 'espacio por excelencia', hasta la obligación de cuidar a los chicos incluso si logró 'liberarse' y trabajar, hablan de los condicionantes culturales que acarrea el rol materno, que supera a lo biológico para asignar las tareas que se esperan que cumplan en el marco de lo social.
"Desde el Neolítico que se le asignó mecánicamente a las mujeres las labores relacionadas con la crianza y el hogar. Ahí aparece el tema del trabajo doméstico, que se entendió siempre como actividades voluntarias -entre comillas- no retribuidas. A pesar del enorme desarrollo tecnológico, todavía se conserva esa división", entendió Nora Pulido, referente feminista, historiadora e integrante de la Campaña Abolicionista que comprende a la prostitución como explotación.
Entonces la "heterodesignación" de la mujer como madre, esposa y ama de casa se remite a los orígenes del patriarcado. "Primero los hombres se apropiaron de la sexualidad de ellas, luego del trabajo. En Occidente, la instalación del rol se logró con la figura de María en la iglesia católica; una madre casta, de quien se invisibilizó si tuvo contacto sexual", analizó la también docente. La chilena Victoria Rubio, autora desde 2007 del comic lésbico que se difunde en la web "Lesbilais, la tortilla periférica", coincidió con las imposiciones: "La idea clásica de la maternidad es la de 'cuidar y dar la vida por los hijos', cosa que muchas de nuestras madres tienen como concepto de vida", señaló.
De hecho, incluso si se vivieron experiencias en las que se puso en evidencia el machismo es difícil correrse de los valores difundidos. "Una madre lucha desde que pare hasta el final de sus días. Es feliz si sus hijos sonríen y llora si sus ellos lloran", definió Mónica González, vecina de Burzaco, Almirante Brown. A ella ese rol le demandó mucho más cuando su hija adolescente Milagros fue secuestrada y retenida por una red de tratantes durante diez días, en el sur del Conurbano bonaerense.
Mirian Cao, la maratonista bonaerense que corrió en las Islas Malvinas en marzo último, decidió involucrarse con la erradicación de la violencia machista hace dos años, luego de lograr "soltarle la mano" a un maltratador que formaba parte de su vida. Para ella, ser mamá es "sagrado".

El patriarcado de cada día
En la pantalla chica, las jornadas previas al célebre Día de la Madre se colman de referencias a los conceptos habituales en los que se la representan. En las publicidades hay mujeres agotadas por la cantidad de tareas que deben hacer en simultáneo, por lo que un electrodoméstico multifunción resulta su mayor deseo. O están perfectamente peinadas y maquilladas, ya que si hay una idea que los 'productos de belleza' quieren recalcar es que las arrugas y ojeras generadas por la tarea maternal pueden ser ocultadas. Tras las puertas de cada casa muchas vivencias se asemejan, pero acaso por adopción -a veces no consciente- de esos parámetros.
"La forma de ser madre que está impuesta es muy ambigua. Una madre tiene que ser sacrificada, dulce, correcta, dejar todo por su 'cría', pero a la vez le imponen el 'kit desapego´: tiene que dar la mamadera, necesita guardería, debe usar carrito porque a upa se malcría", enumeró Laura Quinteros, una habitual participante del Encuentro Nacional de Mujeres que decidió tener a su hija Luciana en su casa.
Algunas militantes por la equidad de los géneros decidieron resignificar la idea de que "madre hay una sola", porque si cada mamá es única, entonces hay muchas maneras de serlo. "Me gustaría una construcción desde la mirada de las mujeres, que para mí sería disfrutar de los hijos en libertad", explicó, a su turno, la escritora y dibujante de Santiago de Chile. Lo mismo quiso y llevó a la práctica Quinteros, que, luego de mucho pensar, se negó a parir en un hospital, en una posición que facilite el trabajo del médico en detrimento de la comodidad de quienes protagonizan el momento: "Decidí buscar otra maternidad. Después de muchas peleas internas, elegí entregarme a mi hija, dejar algunas cosas y re adaptar rutinas para incluirla", describió.

La lucha que hace falta
Lo que para muchas es la experiencia más reconfortante de la vida, tiene un peso tal en las relaciones familiares y sociales que es difícil darle un abordaje acabado. "Es una enorme deuda de las mujeres" debatir sobre cómo se cuela el machismo en el útero al decidir sostener el embarazo y la crianza, consideró Pulido. "Por un lado vemos todos los cambios que ocurrieron a partir de la participación (de las ciudadanas) en la política, la educación y el trabajo. Pero eso no se dio en el mundo privado", observó.
En la mayoría de los hogares, por más que ellas estudien o trabajen, deben regresar al hogar para cumplir con las tareas domésticas, que "no se socializaron". Eso ocurre pese a que "no hay instinto materno en las humanas y los humanos. Si bien la maternidad como reproducción biológica recae por ahora en los cuerpos femeninos, desde el rol social puede ser ejercida por cualquier persona que tenga las condiciones psicológicas para acompañar a la 'cría' en su desarrollo equilibrado", instó. Defender lo que les sucede a las pares en el espacio íntimo de sus familias es una bandera a recuperar de las luchadoras de la década de 1970, que señalaron que por esas obligaciones las trabajadoras cumplían una "doble jornada" laboral.
"Las que elegimos ser madres nos encontramos muchas veces juzgadas y solas. Es como si tener un hijo y criarlo te alejara del feminismo, cuando es el momento en el que más se lo necesita para cambiar todo", subrayó Quinteros, sobre su experiencia. Además, durante la gestación ellas "están expuestas a que todos y todas puedan opinar", señaló la también educadora popular.
Así, cuestionadas y autoras de sus decisiones, muchas mamás buscan su propia manera de serlo. "Siento que fue una elección. Aprendo mucho y trato de no escuchar los mandatos", concluyó Laura. Si de frases se trata, ellas prefieren darle sentido a otra: "Ni sumisa ni devota. Mujer, te quiero libre, linda y loca".

Publicada en Marcha Noticias: http://www.marcha.org.ar/1/index.php/nacionales/92-generos/4518-dia-de-las-madres

Fotografiar para “encontrar” al pueblo



Fotografiar para “encontrar” al pueblo Por Noelia Leiva. En la vuelta es un colectivo de fotógrafos que busca el cambio social mediante la imagen. En la era digital, informa pero también “crea”. Consideran que “los medios alternativos son necesarios pero tampoco hoy son suficientes.”
En la vecina orilla uruguaya, cada vez que alguien se va promete verse "en la vuelta", anuncio de que un nuevo encuentro sucederá en algún lugar, algún día. Ese es el espíritu que retoma el colectivo de “acción fotográfica” que lleva tal nombre y que acompaña a los actores del territorio en tanto protagonistas de sus luchas -no víctimas- en el "reencuentro" con sus derechos. Tres fotógrafos nacidos en el Conurbano bonaerense y un cuarto que colabora desde Alemania integran esta “guerrilla” de la imagen nacida en 2009 que a través de la mirada colectiva busca motivar la acción tras la contemplación.
Quizás los días que pasaron en el porteño parque Indoamericano cuando, en 2010, la Policía y la Gendarmería desalojaron, reprimieron y asesinaron fueron de los que más tallaron el matiz conjunto y militante del grupo. También los convocó el movimiento Chilenos Exiliados por la Educación en Argentina que cuestionaba al gobierno del presidente Sebastián Piñera por privatizar el acceso a las escuelas y que, en las marchas locales, terminó con uno de los integrantes del equipo detenido. Se conocieron cuando militaban en una agrupación anarquista poco después de 2001 y entendieron al “lenguaje” de congelar el movimiento como un medio para resistir.
“Retratamos a las persona en su experiencia de lucha y organización. Salimos de la tendencia de mostrar a la víctima pasiva, oprimida y sumisa en la que cae cierto periodismo de la miseria”, definió Mariano Arias, que integra En la vuelta con Patricio Arias y Alejandro Rodríguez. Mariana Morena es colaboradora del equipo, en el que es ley estar “dispuestos a renunciar a una foto propia en pos de la edición colectiva” a la hora de definir las series.
La "vuelta" que los unió definitivamente ocurrió cuando el colectivo uruguayo RebelArte le propuso a uno de los tres crear un grupo de intervención fotográfica en Buenos Aires. Hace 4 años coinciden en la necesidad de librar la imagen del tamiz de los medios de comunicación hegemónicos.
-¿Cuando se acercan a los barrios ¿sienten que las personas tienen necesidad de mostrar?
Alejandro Rodríguez: -Sí. Y está bueno que la fotografía se haya popularizado. Me parece que hay más accesibilidad a que el otro quiera ser retratado. Por ejemplo, en el Indoamericano fuimos de la mano de gente que estaba ahí. Había una enorme necesidad de ocupación. Las experiencias y las historias de los compañeros de la toma eran bastante duras. En la villa (la 20) vivían casi diez personas en un mismo terreno.
Patricio Arias: -Había necesidad de contar, eran receptivos, más allá de que teníamos contacto con el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL). Siempre es mejor estar acompañados por gente del lugar.
-¿Creen que tener una cámara los puede “proteger”?
AR: -No, porque pueden pensar que sos un buchón de la Policía o que querés estar en un lugar donde no tenés que estar.
Mariano Arias: -O que sos parte de la prensa tradicional. En el territorio se ve dónde se ubican esos medios.
-A partir del asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki se hicieron análisis del lugar desde donde se construyó la imagen en las distintas coberturas ¿Consideran que desde entonces se instaló la urgencia de generar una prensa alternativa?
MA: -Antes ya se pensaba. El Puente Pueyrredón lo confirmó. Los medios de comunicación alternativos son necesarios pero tampoco hoy son suficientes.
AR: -También entran en el juego las redes sociales como propagadoras de noticias. Asistimos a debates donde se consideraba que Facebook está en caducidad y hay que generar plataformas libres de comunicación.
 
-¿La masividad de las redes genera cambios en la concepción de la fotografía?
AR: -Hay que hablar desde otro plano. Me pasó que iba en el tren y coincidí con adolescentes que se conocían entre sí. En un momento un chico se levantó, abrazó a una de las chicas y se sacó una foto. Al instante ella la tenía en su celular y le pedía que la borrase. Cualquier documentalista hubiese querido estar ahí para captar esa escena, pero ya era efímera. Francisco Mata Rosas es un fotógrafo mexicano que analiza que la estructura del pensamiento antes era analógica y ahora es digital. Eso te moviliza, te hace parar y pensar.
MA: -Alfredo Srur publicó un artículo en el que reflexiona sobre la experiencia de Martín Chambí (nacido en 1891 en Perú, considerado el ‘primer fotógrafo indígena’) y se pregunta si cien años después es posible que una persona de origen popular como él acceda al oficio. No es sólo tener una cámara sino manejar la técnica, la estética.
AR: -Pensamos la fotografía como un lenguaje. Hay que enseñar a utilizar las herramientas que todo el mundo tiene a mano.
-¿Consideran que quien se dedica a este rubro tiene un rol social?
AR: -Se tiene una sensibilidad especial. Para que la fotografía tenga un buen resultado, el espectador tiene que sentirse conmovido.
PA: -Buscamos mostrar la organización social. Así no sea parte de un grupo orgánico, quizás tenga una actividad independiente. Es parte de un proceso social. Por ejemplo, ahora estamos acompañando a estudiantes de la UBA que trabajan con una cuadrilla de Argentina Trabaja y el FOL en el saneamiento del arroyo San Francisco en Claypole, Almirante Brown.
MA: -Hay mucha gente que se sorprende al encontrarse. Por eso tenemos la costumbre de siempre hacerle llegar la toma. Algo para analizar es que en la era digital mucha gente no tiene ni un álbum familiar impreso. Si perdés tu celular puede que te quedes sin el registro de una parte de tu vida.
AR: -En ese sentido Mata Rosas decía que antes la fotografía estaba hecha para recordar y ahora es para olvidar. El desafío es convertirla en un medio para crear.
-¿Qué significa?
AR: -El cambio está en el matiz que se le da, en el cambio de punto de vista. Basta ver una buena fotografía para mejorarla digitalmente. Puede comunicar y hasta ponerse al lado del arte.

La foto en el medio
Si la fotografía “crea” pero también restituye el espacio de decir y contar ¿qué importancia tiene que tener en los medios de comunicación? “En la vuelta” prepara un taller para compartir con pares de la Red Nacional de Medios Alternativos para analizar si incluso en esos espacios tiene el lugar de “un lenguaje, no de mera ilustración de una nota”, señalaron.
“Algunas propuestas alternativas comienzan a prestarle más atención a las fotos y a la estética porque son herramientas para llegar a más gente. No es nuevo: Cuba (tras 1959) supo que un alto porcentaje de la población era analfabeta, por lo que el proceso revolucionario se apoyó mucho en la imagen para dar a conocer su programa y sus logros”, interpretó Rodríguez. Para profundizar, se proponen montar una galería fotográfica en el local del FOL 1° de Mayo de Constitución donde los expositores serán los vecinos. En adelante, les gustaría armar talleres territoriales “para generar una conciencia de lo que se está haciendo cuando se saca una foto”.

Publicada en Marcha Noticias:http://www.marcha.org.ar/1/index.php/cultura/145-cultura/4382-en-la-vuelta-fotografiar-para-encontrar-al-pueblo

13 de septiembre de 2013

Una joven busca a su mamá después de 31 años


Por Noelia Leiva

Los documentos aseguran que nació en Avellaneda, aunque la joven nunca vivió allí y desde los 15 se mudó a España con sus padres adoptivos, a quienes defiende. El sanatorio donde se cree que llegó al mundo fue cerrado por apropiación de bebés durante la dictadura. Ella descartó ser hija de desaparecidos y por el momento no hará los estudios. Cualquier dato puede ayudarla.

Valeria tiene 31 años. Sabe que nació en el ex Sanatorio Central de Avellaneda, según los datos de su partida de nacimiento, pero no conoce a su madre biológica, a quien busca. Desde los 15 vive en España con los padres que la adoptaron cuando tenía dos semanas, a partir de la gestión de una enfermera. Si bien fue “apropiada” descarta ser hija de detenidos-desaparecidos durante la última dictadura militar porque su familia adoptiva “jamás hubiera aceptado un bebé robado”, señaló. No quiere “dar problemas” a quienes aporten información sino reencontrarse con sus orígenes, construir su identidad.
Un mosaico de datos es sobre el que camina la joven, que vivió en Núñez y en Florida antes de irse del país. Si bien algunas pistas indican que la mujer que la dio a luz vive lejos del Gran Buenos Aires, las más fuertes subrayan que se encuentra en la zona porque su beba nació en 9 de Julio al 200 (o al 100, la caligrafía del acta es confusa) donde aseguran que se encontraba una importante clínica avellanedense. La médica que asistió el parto, Magdalena, es vecina de Quilmes pero “padece un déficit de la memoria o dice padecerlo” y no puede darle precisiones sobre el nacimiento.
Al sanatorio “lo cerraron, pasados los años, por causas políticas y militares y por tráfico ilegal de bebés”, reconoció la muchacha. Si bien se puso en contacto con las Abuelas de Plaza de Mayo, decidió no continuar con el esclarecimiento por esa vía “porque si resultaba ser hija de desaparecidos ellas iban a denunciar” a los padres que la criaron, le explicó a LA TERCERA. “Ellos me adoptaron ilegalmente pero creo que jamás hubieran aceptado un bebé robado”, enfatizó. Además “todos los estudios de (personas nacidas en) 1982 dieron negativo”, aseguró. Si cambia de opinión, tiene una invitación del Banco Nacional de Datos Genéticos para hacerse los análisis cuando vuelva a Argentina.
Valeria llegó a los brazos de quienes la cuidaron a través de una enfermera, que cree que se llamaba Isabel y que le avisó a la adoptante -también enfermera- que había una recién nacida que esperaba un hogar. La especialista era pareja de un compañero del “papá del corazón” en la marina mercante. Él y su esposa se desempeñaban en los buques, cada uno en su labor. La versión que más apoyan es que la mamá biológica se atendía en un hospital donde trabajaban Isabel o la partera, y que por ese conocimiento la llevaron a dar a luz al sanatorio, donde se gestionó el intercambio. Aseguran que entonces “sólo pagaron el importe del parto, que fue bastante elevado”, transmitió la joven.
Durante las primeras dos semanas, ella estuvo en la casa de una enfermera, a su cuidado. Hasta que la nueva familia la retiró de la casa de la médica. “Una vez en sus brazos ya me llevaron a su casa. Era un día lluvioso, con calles desiertas, y justo coincidió con la guerra de Malvinas”, relató la mujer, en función del testimonio que recolectó de quienes la cuidaron durante sus 31 años.
La chica asegura que tiene contactos con familiares en Avellaneda y Lanús. Sostiene que su madre era una adolescente de no más de 17 años cuando la tuvo. “Contaba con pocos medios para mantenerme, según le cuentan a mi mama en el sanatorio, y tenía problemas con su abuela” que bebía alcohol. “No quería darme. Me gestó con mucho amor según me cuentan y a final del embarazo decidió darme en adopción”, recalcó Valeria. Entiende que la persona a quien busca nació en 1965 o1966, según los datos que recolectó.
“Quiero decirle que no voy a cuestionarle nada”, enfatizó la muchacha sobre su progenitora biológica. “La identidad y el origen de una persona son fundamentales para tener una vida feliz”, recalcó. Agradece que ante cualquier dato le escriban a lamorochabsas@hotmail.com.


Publicado en La Tercera del 13 de septiembre de 2013 http://www.diariolatercera.com.ar/0/vnc/nota.vnc?id=5470

3 de septiembre de 2013

Reconstruyeron los episodios previos al femicidio de Fátima

Por Noelia Leiva

Fue en la casa de Villa Fiorito que la joven compartía con Martín Santillán, su ex pareja. El hombre está detenido preventivamente acusado de haberla asesinado. La medida fue pedida por la defensa. La familia de la víctima reclama justicia.

Tres años de espera parecieron desplomarse sobre los hombros de la familia de Fátima Catán, la vecina de Lomas de Zamora que era víctima de la violencia machista y falleció por quemaduras severas, según se investiga. Es que a un año de la detención de la ex pareja de la joven y acusado de femicida, Martín Santillán, se realizó la reconstrucción de las últimas horas que compartieron en la casa de Villa Fiorito. La defensa insiste con la hipótesis del accidente o hasta del intento de suicidio, pero las pruebas en el expediente y los antecedentes agresivos del hombre parecen apoyar la culpabilidad del imputado.
La medida fue pedida por los abogados de Santillán, que guarda prisión preventiva en la Unidad Penitenciaria 40, y se realizó en la mañana del jueves último en Murature al 1600. A partir de hoy se esperan los resultados de la recreación que el papá y el hermano de Fátima, un policía que acudió cuando se denunció el caso y el acusado realizaron sobre los momentos previos a la agresión que provocó quemaduras en el 85 por ciento del cuerpo de la mujer.
También intervino el juez de Garantías Gabriel Vitale, el fiscal de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 lomense, Gabriel Loureyro; el patrocinante de la familia de la víctima, Gabriel Juricich y los representantes de la parte acusada. “Él cumplió un año en la cárcel y tira patadas para que lo liberen, pero está cerca de su familia y lo pueden ir a visitar. A mí nadie me devuelve a mi hija. Él la mató y no me voy a cansar de decirlo”, enfatizó la mamá de Fátima, Elsa Gerez, sobre su ex yerno.
Había dejado de hablar con Santillán un año y medio antes de la muerte, cuando su hija le contó que él le pegaba y la maltrataba psicológicamente, pero no se separaba porque “pensaba que iba a cambiar”. Ese antecedente puede ser un indicador más de la atmósfera que rodeaba a la pareja el 19 de agosto de 2010, cuando, luego de una supuesta discusión, la joven fue incinerada, según averigua la Justicia. De hecho, lo acusan de “homicidio en contexto de violencia familiar”.
Si bien la reconstrucción no fue requerida por los allegados a la muchacha, puede favorecer al esclarecimiento de la hipótesis central. “Mi hija no tenía quemada la cara, el pelo ni las manos”, señaló Gerez, en diálogo con LA TERCERA. Esas zonas debían de haberse afectado si -como aseguran los defensores- la chica encendió un cigarrillo cuando limpiaba un CD con alcohol y por eso se hubiese generado la combustión. También circuló que habían intentado instalar la hipótesis del suicidio.
Sobre lo que persisten las dudas es el desempeño de los profesionales que recibieron a la vecina en la guardia del Hospital General de Agudos Evita de Lanús, de quienes la familia sospecha que ocultan información. Además, no descarta que datos relevantes de la investigación pudieron haber sido descartados por el anterior fiscal, Ramiro Varangot, de la UFI 8, que fue recusado.

Ofendido
Según Geréz, Santillán pidió que el intendente Martín Insaurralde, la Presidenta y ella “se retracten” por haber mencionado la muerte de Fátima como un femicidio durante la inauguración del refugio de mujeres que lleva el nombre de la muchacha.

Publicado en La Tercera del 2 de septiembre de 2013 http://www.diariolatercera.com.ar/0/vnc/nota.vnc?id=5212

4 de agosto de 2013

Con besos, repudiaron la ley “antigay” rusa


Por Noelia Leiva

Unas 200 personas se reunieron frente a la embajada del país que conduce Vladimir Putin. Chicos y chicas se besaron para, con amor, denunciar la discriminación y la represión del país europeo. En Argentina las normas son equitativas, pero todavía resta erradicar a “sectores conservadores”.



Lo que separa a Argentina de Rusia es mucho más que el Atlántico. Mientras que unas 7 mil parejas se casaron desde que el Congreso nacional aprobó el matrimonio igualitario, en el país europeo activistas fueron reprimidos y detenidos luego de que se prohibiera por ley toda propaganda en referencia a relaciones gays o lésbicas, consideradas “no tradicionales”. En la embajada rusa con sede en la Ciudad de Buenos Aires, unas 200 personas decidieron repudiar con amor esa política discriminatoria: se dieron un beso para reclamar la igualdad entre las personas en cada lado del mapa.
Primero fue la detención de la banda de punk-rock feminista Pussy Riot. Después, la censura de todo tipo de información sobre vínculos entre personas del mismo sexo, que no puede llegar a los niños y jóvenes menores a 18 años por considerarla nociva para su formación. La decisión impide desde la realización de movilizaciones hasta que dos chicos o chicas se tomen la mano en la calle. En San Petesburgo, hace una semana una marcha y una “besada” masiva enfatizaron el rechazo a la normativa, pero hubo represión. Al menos veinte manifestantes fueron detenidos. Esa coyuntura generó un eco de enojo en todo el mundo, que llegó a suelo rioplatense.
“Vimos en muchos sitios de Internet las fotos de los heridos y pensamos entre amigos que era horrible”, sintetizó Stephane, un ciudadano francés que hace cuatro meses vive en Argentina y que tuvo la idea de crear el ‘evento’ en Facebook que sumó 1256 promesas de asistir o difundir la manifestación, concretada el viernes último en Rodríguez Peña al 1700. Él fue el encargado de hacer sonar el primer silbatazo, pasadas las 18, para marcar el minuto de silencio en solidaridad con los afectados directos, y el segundo, para que parejas y amigos se dieran “un beso por Rusia”.
La iniciativa se difundió en una semana a través de las redes sociales y logró reunir a integrantes de colectivos de lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersex y queers (Lgbtiq) que suelen encontrarse en movilizaciones a favor del “orgullo” y a vecinos que se autoconvocaron para “darle visibilidad” al conflicto, al grito de “¡Basta de opresión!”. La propuesta también puso en evidencia la paradoja de que mientras el Gobierno de Vladimir Putin aplica decisiones conservadoras en nombre de la moral y la fe, “las iglesias están vacías”, como señaló el organizador.
Para el joven, que aseguró estar en contacto con la federación rusa que defiende los derechos de la diversidad, lo sorprendente fue que “la prensa no difundió” la gravedad de la represión frente a la Duma, la Cámara de Diputados del país europeo. Por eso la idea se completa con la multiplicación en la web de fotos y manifiestos surgidos del encuentro, para generar información y debate.
“Queremos que sepan que la comunidad internacional no apoya estas leyes. La gente allá no es homófoba en su mayoría porque le importa cosas más relevantes, no con quién se acuesta cada uno”, señaló Misha, un estudiante de ruso que llevó su propio cartel en ese idioma: “Nuestra vida, nuestro amor, nuestro corazón. No tuyos”.
Los participantes prometieron estar atentos al conflicto. “Las próximas ‘besadas’ serán frente a las embajadas de Sudán, Irán, Somalía y Arabia Saudita”, anunció una pancarta rosa que lucía una caricatura del presidente del ex Estado soviético con pestañas largas, rubor en sus mejillas y cabello platinado.

Romper estereotipos
Rubios, con bigotes, chicas con rastas o pelo corto, muchachos con cascos de soldado u onda funk. La convocatoria logró explicar en la diversidad de estilos que presentaban sus integrantes que una lucha común no hace diferencias por género o identidad sexual; mucho menos por el tipo de ropa que se porta. Sin embargo, esa paridad en el trato no siempre se da en el día a día de Argentina.
“Hay chicas a las que le gritan ‘flaco-flaca’ o que, si van de la manos con sus novias, la gente les dice que es un asco verlas”, denunció Fara, de la cooperativa Fasil de indumentaria lésbica y voluntaria en la agrupación La Fulana. “Encontramos dos realidades, una cosa es lo que pasa en los grandes conglomerados urbanos y otra los que sucede en la provincias”, señaló, a su turno, Pablo, miembro del colectivo A Contrapedal, que recorre el país en bicicleta bajo el lema “pedalear por la integración para ponerle un freno a la discriminación”.
El hombre llegó con su vehiculo, la bandera del orgullo lgbtiq y la nacional, que agitó durante la hora de la convocatoria. “Tuve la posibilidad de viajar por casi todo el país y ver lo que pasa. Hay lugares a los que llegué y recibí desde el típico ‘puto’ hasta persecución real de la Policía”, aseguró el referente.
Es que hay un sector de la sociedad que “todavía es conservador”, aunque las conquistas marcan diferencias con el comportamiento generalizado anterior a la puesta en debate público de la equidad. También hay diferencias con otros estados: “Es mejor vivir acá que en Francia, hay una idea de diversidad más grande”, reconoció Stephane, el promotor del encuentro frente a la embajada. Además de esos dos países, son 12 los que hicieron del matrimonio igualitario una realidad: Uruguay, Holanda, Bélgica, España, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Portugal, Dinamarca, Nueva Zelanda, Reino Unido e Islandia, que repudió diplomáticamente la actitud “antigay” rusa. Se debate en México, Estados Unidos, Australia, Vietnam y Colombia, entre otros.
Según la Federación Argentina LGBT, desde que se sancionó la Ley 26.618, el 15 de julio de 2010, se concretaron 7 mil casamientos entre personas del mismo sexo. La norma modificó el Código Civil para que quienes firmaran la libreta fueran “cónyuges”, sin referencia a su género. El avance permitió generalizar a todos los matrimonios los derechos provisionales y materiales que antes eran privilegio de los heterosexuales. También abrió la oportunidad a adoptar o a tener hijos mediante fertilización asistida, lo que se fortaleció a partir de la reciente reglamentación de la norma que garantiza el acceso gratuito a procedimientos médicos para quienes no puedan procrear por las vías biológicas habituales.

Publicada en Marcha http://www.marcha.org.ar/1/index.php/nacionales/92-generos/4043-con-besos-repudiaron-la-ley-antigay-rusa

29 de julio de 2013

Justicia por Susana: otro femicidio expone la gravedad de la violencia

Por Noelia Leiva

La vecina de Temperley que había desaparecido el viernes último fue encontrada muerta en el pozo ciego de su casa. Su esposo es el principal sospechoso y está detenido. Su asesinato resaltó la necesidad de erradicar el machismo en las relaciones. Cada día y medio, una mujer se convierte en víctima fatal del patriarcado.
                   Familiares y vecinos aportan datos a la Policía (Foto: Leandro Mac Garva).

Cada 35 horas, una mujer es asesinada en Argentina. Detrás de las estadísticas hay identidades e historias diferentes, pero con un factor unificador: una sociedad machista que naturaliza que ellas pueden manipularse, usarse, dañarse y hasta desecharse cuando el varón lo decida. Esta vez, Susana Leiva es el nombre detrás de la cifra. El femicidio de la vecina de Temperley que había desaparecido el viernes último reafirmó que la violencia de género puede terminar en el extremo del asesinato si es callada.
Hasta ayer, se creía que ella, de 38 años y mamá de dos nenes, había salido como todas las mañanas desde la localidad lomense hasta el barrio porteño de Recoleta, donde trabajaba como empleada doméstica. Pero un allanamiento policial echó por tierra esa idea, cuando halló su cuerpo en el pozo ciego de su casa, en Blanco Escalada 250. Su esposo, Alberto Ponce, es señalado como el principal sospechoso y fue detenido, a partir de las investigaciones del fiscal Héctor Toneguzzo.
Según le explicó a la prensa una de las hermanas de la víctima, Angelina, el entorno del hombre “sabía de los maltratos” que él le propinaba a Susana, basados en supuestos “celos”. Antes de que se encontrara el cadáver, el hombre había reconocido ante los medios que mantenía “peleas” con su compañera pero aseguró que eran “por temas solucionables” y que nunca le había pegado.
Para la familia de la mujer, sin embargo, esas actitudes del hombre y la “pasividad” con la que había participado en su búsqueda apoyaban la versión de su responsabilidad en el crimen.

Los celos, primer indicio
“Está culturalmente instalado que si alguien te cela es porque te quiere. Está permitido, avalado”, analizó Myriam Machaca, referente de la agrupación Mariposas de Villa París que trabaja sobre la equidad de los géneros. Si esa norma social no hubiese funcionado, quizás Susana o su entorno hubiesen podido detectar como factor amenazante que el hombre la increpara por su relación con otras personas.
En el fondo de las acciones está la trama patriarcal que justificaba, inconscientemente, que ese varón crea que puede decidir sobre cómo alguien se contacta con los otros: “Considerar a la mujer como un objeto genera impotencia si no logran cumplir su objetivo de controlar, con lo que llegan a provocarle la muerte”, denunció la militante ante LA TERCERA. A esos asesinatos atravesados por el machismo se los denominó “femicidio” y se los incorporó como figura penal, para que el sexismo que los impulsa sea comprendido como agravante al establecer la pena.
Para comprender el sentido del término, los movimientos que reclaman el fin de la violencia hacen hincapié en que estos fallecimientos ya no deben ser reducidos a “crímenes pasionales” o “conflictos amorosos” porque están sometidos por características culturales instaladas en las comunidades, que es la de la objetivación femenina.
Pese a que la visibilización del fenómeno es creciente, en el país muere una mujer cada 35 horas, en su mayoría en manos de hombres con los que tienen o mantuvieron una relación sentimental, según datos del Observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Zambrano” dirigido por la Asociación Civil La Casa del Encuentro.
En los cinco años que esa institución analiza, se registraron 1236 decesos, según informes publicados en los medios de comunicación. La cifra real puede ser aún mayor ya que no todos los casos toman conocimiento público. El año pasado hubo 255 femicidios y 24 “vinculados”, que son los de hombres, niñas o niños que se encontraron en la “línea de fuego” del agresor cuando trataba de terminar con la vida de la mujer que creía de su propiedad.

La orfandad
A la violencia que se atraviesa en un núcleo familiar cuando hay un agresor se le suma una consecuencia derivada del femicidio, en los casos en que se produce, que es la orfandad de los hijos e hijas de la pareja. A la pérdida de la mamá se le suma la del papá, tanto si está prófugo como investigado o imputado por la Justicia.
Leiva tenía dos niños, de 1 y 10 años, que están al cuidado de los abuelos, una situación que no todos los chicos tienen en estos casos extremos. Según La Casa del Encuentro, entre 2011 y 2012, unos 703 pequeños fueron “víctimas colaterales”, 460 de ellos menores de edad.
No es necesario que alguien muera. Cuando los nenes son espectadores del maltrato, aprenden a callar, muchas veces por pedido de la madre. El temor y la dificultad para explicar lo que sucede pueden generar trastornos, como “dificultad en el control de expresiones de agresión, sentimiento de indefensión e impotencia y miedo”, así como problemas “para la comunicación y el establecimiento de vínculos estrechos”, señaló un estudio realizado por la misma ONG porteña, firmado por Silvia Lommi, Norma Stola y Ada Beatriz Rico. En los aspectos cognitivos, también se generar obstáculos para lograr concentrarse.

En busca del cambio
La problemática de la violencia de género está legitimada por el machismo instalado en los medios, la escuela, la calle, la familia y el trabajo. Para el movimiento de mujeres, el cambio se logra de lo particular a lo general, porque está más cerca cada vez que alguien identifica y denuncia las agresiones, que también pueden ser psicológicas, emocionales y económicas. “Hay que erradicar el ‘no te metás’”, convocó Machaca, desde Almirante Brown.
Para la agrupación Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá) de Lomas de Zamora, “es urgente y necesario que se implemente la Ley 26.485 para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en todos los Ámbitos donde desarrollan sus Relaciones Interpersonales, vigente desde 2009”. En sintonía, piden “que se le asigne mayor presupuesto al Consejo Nacional de las Mujeres, que tiene la responsabilidad de llevar adelante las políticas públicas para protegen y garantizar los derechos humanos” de las ciudadanas.

Femicidios en la región
En el Conurbano, resuena la muerte de Fátima Catán, la joven de Villa Fiorito que fue quemada por su pareja en 2010, cuyo nombre fue puesto al refugio para mujeres víctimas de violencia inaugurado recientemente en el mismo distrito donde mataron a Susana. Según el Observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Zambrano”, en 2012 otras 255 fueron asesinadas:
*Flavia Intruvini: su pareja la mató de un balazo en Remedios de Escalada, el 2 de enero.
*Aldana Torchelli murió tras una semana de agonía al haber sido rociada con alcohol y prendida fuego,el 21 de febrero enWilde. Su novio fue detenido.
*Melanie Costa murió acribillada por su ex marido en Banfield, el 28 de agosto. Él se suicidó.
*Claudia Moreno fue asesinada por su marido, el 15 de octubre en Banfield.
*Roxana Vallejos falleció tras agonizar porque su pareja la roció con alcohol y prendió fuego.

Publicada en La Tercera http://www.diariolatercera.com.ar/0/vnc/nota.vnc?id=4435

Presa por defenderse


Por Noelia Leiva

Vivió diez años con un hombre que la violentaba. Una noche vio que la escena se repetía y quiso evitarlo. Lo mató ‘sin querer’ pero la Justicia todavía no lo define. Piden que no la separen de sus hijos mientras espera la condena. 


Nora Amaya, de 33 años, pasó diez junto con Claudio Velásquez, de 38, hasta que lo mató en defensa propia. Según declaró ante la Policía, minutos antes de que sucediera, él  la había amenazado con asesinarla. “Durante toda esa semana, la había golpeado”, describió la tía de la mujer. El fallecido había sido su victimario durante casi una década, pero el trasfondo de violencia de género todavía no fue contemplado en la causa. Está presa a la espera de la condena y su familia reclama la detención domiciliaria para que pueda cuidar a sus hijos menores de 5 años.
Para los allegados de Nora, hay dos pendientes que el Juzgado de Garantía 10 del Polo Judicial de Avellaneda, a cargo de Estela Mollo, debería incorporar en sus decisiones. Por un lado, que la aparente responsable del crimen defendió su vida aquel 29 de diciembre de 2012, luego de que la suya estuviera en peligro durante el tiempo que vivió en Villa Corina, Avellaneda, junto a Velásquez, un hijo de ella de 13 años y los que tuvieron juntos, de 4 y 2. Por otro, incluso mientras el proceso judicial avanza, piden que se cumpla la reclusión en su casa, para cuidar de sus chicos, según lo permite la Ley 26.472 que reconoce ese beneficio para madres de nenes que no cumplieron los 5 años.
Para la Justicia, el caso merece la carátula de “homicidio simple”, según investiga. En enero, enviaron a Amaya a la Unidad 52 de Azul para luego trasladarla a la 40 de Lomas de Zamora, donde todavía aguarda que le realicen las “pericias psicológicas” para sumar al expediente. Ella misma se entregó cuando supo que a su pareja no lo habían podido salvar en el hospital Presidente Perón de Avellaneda.
“Hacía cuatro días que él estaba drogado y borracho. Empezó a tratarla mal, como siempre. A insultarla, golpearla. Le había pegado una semana seguida. Tiró la ropa, la comida. Cuando ella iba a ir a cocinar, él fue a agarrar el cuchillo. Lo vio y lo agarró primero, se quedó asustada con el cuchillo en la mano y él se le abalanzó”, relató Stella Maris Vega, tía de Nora, sobre el contexto de la muerte. Ese antecedente es el que espera que sirva para reducir la pena y para instalar el maltrato machista como una variable a tener en cuenta de forma obligatoria a la hora de juzgar, sin que medien presentaciones particulares.
Hasta ese episodio, pocas personas sabían que la joven atravesaba situaciones de violencia, sólo “le contaba a una compañera de trabajo” de una clínica porteña, donde hacía tareas de mantenimiento. En su entorno ella prefería callar: “El nene más grande casi no hablaba sobre lo que pasaba en casa. Le preguntaba sobre su mamá pero no decía nada. Un día mi hija lo encontró escondido detrás de la cama porque tenía miedo. Su mamá le enseñaba que no tenía que contar”, relató la señora, que ayuda a sostener a sus sobrinos nietos, que viven con sus abuelos.
Quién cuida a los chicos y los lleva a visitar a su madre aunque sea una vez por mes es parte de las decisiones que tienen que tomar todos los días en su familia, porque no cuentan con los recursos para que los viajes no pesen en la economía. Antes, cuando estaba en Azul, recibían sólo un pasaje mensual sin cargo pero mientras esté en Lomas pueden ir cada quince días. Vega pidió que, mientras analizan el arresto domiciliario, se quede de manera permanente en la Unidad 40 para reducir el trastorno que genera sostener a la distancia el vínculo entre los niños y la mujer.
“Lo que más pido es que esté con sus hijos porque a ella la ampara la ley. La extrañan mucho, es terrible ver cómo se despiden” después de cada visita, enfatizó la tía.

Justicia con mirada de género

El caso de Daiana Fernández es antecesor del de Amaya y una esperanza para su resolución. La joven de 20 años también soportaba la violencia ejercida por su pareja, Carlos Saucedo, a quien mató al intentar defenderse de él, que la tomó por la fuerza de los brazos en una de las tantas agresiones, en 2001. El Tribunal Oral en lo Criminal 3 de Lomas de Zamora consideró que se trató de un “homicidio preterintencional” lo que, por la ausencia de la intención de dañar, redujo la pena.
Si bien la condena por la muerte estuvo y debió ir a la cárcel mientras la esperaba, sirvió para instalar el debate sobre quién era la “verdadera” víctima. La agrupación Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá) acompañó el derrotero de Fernández y por ella conocieron a Nora, para quien también reclaman celeridad en el proceso para evitar que los nenes sigan sufriendo la distancia.
Para la agrupación, la demora se podría reducir “con la creación de Fiscalías de la Mujer, que aliviaría a las de la Familia”, señaló Natalia Valle, militante del colectivo en Lomas de Zamora. Según propuso, las autoridades de esa nueva división “deberían contar con un test para detectar posibles casos de violencia y una hoja de ruta para saber dónde pueden ir” ellas cuando deben huir inmediatamente del hogar donde hay un agresor. Si bien hay refugios privados y uno municipal próximo a ser inaugurado, hasta ahora las herramientas de contención oficiales “colapsan por la cantidad de casos y la falta de presupuesto”, consideró.
Si bien cada vez se habla más sobre la idea de que el machismo puede actuar tan fuerte que un hombre es capaz de tomar a una mujer como un objeto de su propiedad y no como un sujeto de derechos, todavía resta desarraigar las redes patriarcales en las relaciones de todos los días. “Hay que prestar atención a lo simbólico, a cómo influye en el lenguaje, en las publicidades. Se debería conversar en las escuelas, para tomar conciencia desde chicos sobre la igualdad de los géneros”, convocó la referente.

Publicada en el portal Marcha: http://www.marcha.org.ar/1/index.php/nacionales/92-generos/4000-presa-por-defenderse

26 de julio de 2013

Eva, la antorcha viva

Por Noelia Leiva

Como referente social es recordada incluso en campos ajenos a la política partidaria. Fue líder en la defensa de los derechos de las mujeres. A 61 años de su muerte, en el Conurbano su recuerdo permanece.
 
Eva Duarte, Eva Perón, Evita. Líder de los descamisados. Son muchas las maneras con las que el pueblo llamó a la dirigente que, hasta su muerte, el 26 de julio de 1952, fue referente de los trabajadores y las trabajadoras, y defendió el derecho a la participación de las mujeres en las decisiones del país. A 61 años de su partida, su legado vive en muchos habitantes del Conurbano. Para recuperar ese recuerdo, LA TERCERA les consultó a vecinas referentes en el arte, el campo social y el militante cómo definen a ese “personaje” de la historia argentina.
“Cuando elegí ser ‘Evita’ supe que elegí el camino de mi pueblo. Me resulta fácil demostrar que efectivamente fue así. Nadie sino el pueblo me llama ‘Evita’”, escribía la referente peronista en “La razón de mi vida”. Esa decisión se replicó en la “enorme tristeza” que el día de su fallecimiento llegó hasta sitios no vinculados con la política.
“Estábamos en el Cine Monte Grande y a las 20.25 pararon la película para decir que había fallecido y que se suspendía la función. Nos volvimos muy acongojadas”, rememoró Isabel Rubio Gil, comunicadora e historiadora de Esteban Echeverría. El dolor se mezcló con enojo cuando “personas de dinero arrastraron el busto de Eva y festejaron su muerte; no la querían porque ayudaba”, cuestionó.
“Sus discursos y el impulso al voto femenino” fueron símbolos que quedaron en la memoria, señaló la también escritora. “Fue una de las primeras que sufrió por el pueblo”, catalogó, a su turno, Norma Blanco, creadora de la Asociación Civil Carlitos de Guernica, que da apoyo escolar y merienda a niños en situación de vulnerabilidad de Presidente Perón. Aunque su misión en el barrio es acompañar a esos pequeños “descamisados” del sistema, ella sostuvo que “nadie se puede comparar” con la dirigente nacida en Los Toldos.

La mujer, la “antorcha”
“Representa la rebeldía del género en una etapa de la historia argentina en la que, quienes se destacaban, sumaban a la pacatería la imagen cristiana equivocada de la solidaridad. Eva no deseaba que los necesitados esperaran el regalo de lo que ya no servía para el donante, ansiaba que pudieran generarlo”, analizó la docente y escritora echeverriana Marta Mazzilli, que aclaró “no magnificar a los personajes por muertes prematuras”. La de la compañera de Juan Domingo Perón fue a los 33.
Ella había horrorizado a las damas de alta cuna que no creían que una actriz pudiera tomar decisiones en el seno de la Casa Rosada. “Generó amores y odios, eso les sucede a los que no pasan inadvertidos por la vida ¿La leyenda? Para a los autores y compositores”, planteó la vecina.
Para Livia Pestrín, directora ejecutiva del Centro de Industriales Panaderos de Almirante Brown, su figura “trascendió” el Justicialismo porque “a pesar de no tener estudios supo expresar qué es lo que quería y por qué, ser la voz de los que menos tenían”, recalcó, la también integrante de la Comisión por el Trabajo con Igualdad de Oportunidades entre Varones y Mujeres regional.
“Fue una mujer-antorcha” porque mostró un camino de resistencia femenina en medio del “poder más recalcitrante”, definió la médica Stella Maris Gilabert. Le tocó militar cuando la mujer no era siquiera considerada ciudadana, lo que se revirtió en 1947 al comenzar a votar. Ese proyecto y otros “como el reconocimiento al derecho a huelga y las vacaciones, habían sido propuestos por los socialistas pero ella los puso sobre el tapete”, señaló la secretaria gremial de la Asociación de Profesionales Médicos del distrito.
¿Con qué fuerza una joven que provenía de una casa humilde y de una historia familiar conflictiva había podido despojarse de los prejuicios y ganar un lugar en la historia? “Hoy la sociología habla del resiliente, que viene de mucha desprotección social pero tiene un germen que lo hace resistente. Ella lo fue porque desde los estratos más humildes logró consagrarse en su vocación”, recalcó Gilabert.

Para ellos también
La referencia de la dirigente también está en los varones como Pedro Ponce Carrasco, secretario General de la CTA Lomas de Zamora, para quien “Eva es pueblo. Teníaen claro quiénes eran -y son- sus enemigos. Por eso era odiada por la oligarquía y los ‘lame botas’ del imperio”, enfatizó, y consideró que “esas banderas son las que hoy otra mujer retoma”, en referencia tácita a la Presidenta.
En la historia de Tony Reyes León, músico descendiente de tobas de Esteban Echeverría, también hay relatos evitistas. “Mis padres me decían que para ella los privilegiados eran los niños. Era una de nosotros, de allí el odio que le tenían quienes escribieron en la pared “Viva el cáncer” cuando murió. Hablar de Evita es hablar del amor a la gente humilde”.

Nota publicada el 26 de julio de 2013 en el Diario La Tercera http://www.diariolatercera.com.ar/0/vnc/nota.vnc?id=4482

21 de junio de 2013

“Busco cambiar las formas de mirar”



Por Noelia Leiva

Lo definió Celeste Robles, una vecina de Temperley que hace cuatro años pinta murales en las calles de la región. Elige los sitios donde más peatones pasan, para que sus diseños interpelen y generen preguntas. Su propuesta es “modificar” las formas de pertenecer a la sociedad desde pequeños colectivos comunitarios. 

Ella sale a “zapar” pero su instrumento no es una guitarra sino un pincel y algunos tarros de pintura. Hace cuatro años que Celeste Robles camina las calles del Conurbano sur (sobre todo las de Banfield, donde nació; y las de Temperley, donde vive) y es recién cuando encuentra una pared que cree adecuada que el dibujo que dejará impreso empieza a tener forma en su mente. Pero no todo es azar, sino que hay un motivo: “modificar” la forma de pensar y también su entorno, para que cada persona y su comunidad sean el motor de lo nuevo.
Aunque estudió en la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano de Barracas, su arte trasciende la formación académica. Rechaza las galerías de exposición por ser un ámbito “elitista” y se distancia del Street Art porque, aunque concebido como expresión callejera, “se vuelve inalcanzable” cuando busca asociar una marca a un exponente. “Péle” -como le dicen desde los 15- dialogó con LA TERCERA sobre su experiencia en el trabajo ancestral de dejar huellas en la pared.
-¿Cómo comenzaste tu labor en el Conurbano?
-Fue antes de empezar a estudiar, con un amigo que trabajaba para un mapuche que marcaba murales con motivos originarios. Hacía una olla popular y los murales eran comunitarios. Después, fui voluntaria en el hospital Borda, donde compartí talleres con los internos. Ahí conocí a un grupo de chicas que estudiaban en la Escuela de Bellas y me dijeron que por qué no hacía la carrera; así que comencé a cursar ahí. También pinto cuadros como un trabajo personal pero no le encuentro mucho sentido a la galería y la exposición, son ámbitos muy chicos y elitistas que están dirigidos a las personas que invitás o que ya realizan esa actividad.
-¿Qué rescatás de esas primeras experiencias?
-Encontrás de todo. Al principio no sabés muy bien cómo hacer las cosas. A veces depende los barrios, porque en los más pobres la gente responde menos a lo público y lo privado. En cambio, en otros con más recursos las personas creen que toda la cuadra es de ellos y, aunque no estés en su frente, llaman a la Policía. No es un delito pero pueden demorarte. Ahora, por ejemplo, dejé de trabajar de noche, que era lo que hacía que la gente tuviera más miedo. Sí sigo sin pedir permiso porque lo que hago tiene que ver con la modificación de un espacio. Es así como lo descubren las personas. Además, si nadie te pide permiso para colocar un cartel publicitario, tampoco lo tengo que hacer yo, que no te vendo nada.
-¿Buscás una constante temática para tus obras?
-Al principio no lo hacía, pesaba más el desafío de salir, la adrenalina. Todos los que hacemos esto somos un poco transgresores. Pero cuando la gente empieza a buscar y a hacerse preguntas, hay que tener un concepto. Yo hago zapadas, como si fuera un músico: no sé qué voy a hacer, llevo los elementos y veo qué sale. Pero hace dos años que tengo una cierta militancia por que el símbolo anarquista deje de asociarse con algo violento y se vincule como la búsqueda del cambio. Si bien no se puede salir del sistema, uno en lo individual puede hacer su propia versión, sin que exista ningún mandato social.
-¿Lo comunitario pesa también en quienes te dan una devolución, mientras trabajás?
-Los chicos son los que rápidamente te van a decir algo porque no son como las personas adultas que van a mirar y a cuidarse de hablar. A mí me completa más cuando se acerca gente más grande que no tiene ningún contacto con el arte. Si sale un señor de trabajar y te dice “gracias”, ahí se cumplió. La modificación de las cosas es lo que busco, por eso uso más que nada pasajes peatonales porque a veces los alegran y sienten que es para ellos. Las primeras preguntas que me hacían era si alguien me pagaba por hacerlo. Que se vayan pensando que todavía hay gente que hace cosas porque tiene ganas es una modificación. Por eso no creo hacer Street Art, donde buscás tus diseños y la gente empieza a registrarte. Si es arte callejero, tiene que mutar todo el tiempo. Lo que quiero es modificar, y el Street Art se volvió inalcanzable. Antes de que asocien mis dibujos con mi cara, prefiero que las personas cambien su forma de mirar.
-Esa conceptualización se vincula con tu intención de modificar lo que se piensa del anarquismo.
-Sí, no tengo una militancia partidaria pero sí anarquista. Si bien el viejo pensamiento político está asociado con cambiar el sistema, considero que eso no va a llegar; es una batalla perdida. No creo en el formato social sino en la comunidad. Por ejemplo, mi manera de salir es compartir un alquiler de palabra con varias personas. Con quienes pensás similar podes asociarte en lo micro, creer que se puede salir. Se basa en la confianza y en los vínculos: si sos bueno en algo, te vas a destacar por eso en la comunidad y el resto de los roles se van a distribuir en los otros.


Tributo al “último punky”

Si bien Celeste elige crear en el momento, frente a la pared que pudo encontrar y con las pinturas con las que contaba ese día, hay un proyecto que tiene en mente: homenajear a Ricky Espinosa, el ‘pibe de Gerli’ que descolló en Flema y que para “Péle” es “el último punky”. Como su fuerte no son los retratos y es eso lo que busca plasmar para luego armar un “santuario dibujado”, necesita alguien que “vectorice e imprima” la imagen. Después, restará dar con una “pared alta” en lo posible en su localidad natal, para reunir rock, cultura popular y arte en movimiento.
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Para conocer su obra, se puede buscar su perfil en Facebook: “Pinto Elconurbano”.
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Por fuera del Conurbano, llevó sus pinceles a La Boca, a partir del proyecto “Rioba” que busca modificarle la cara a las calles de ese barrio porteño. Espera que un día crucen la frontera y vayan a pintar con ella al otro sur.

Publicado en La Tercera http://www.diariolatercera.com.ar/0/vnc/nota.vnc?id=273#gallery1v25271v2

20 de junio de 2013

Un flagelo que no termina


Por Noelia Leiva 

Estuvo diez días en cautiverio. Aseguró que pasó frente a una comisaría con sus captores y los hombres se “rieron” de su impunidad. Ordenaron internarla en un neuropsiquiátrico.




A sus 14 años, Milagros estuvo diez días en cautiverio luego de que otra muchacha la entregara. Golpes, abusos e inyección de sustancias que aún no se identificaron fueron constantes durante ese calvario. Fue llevada en una camioneta y vestida con ropa insinuante para “ser comprada”. Pasaron delante de una comisaría, la de Burzaco, y los captores se rieron de su impunidad. Hasta que logró escaparse y retornar con los suyos pero la Justicia ordenó internarla en un neuropsiquiátrico, lejos de su mamá.
Sucedió en el distrito bonaerense de Almirante Brown, donde vive la chica junto a su mamá y hermanos. En abril, una chica que solía andar por el barrio la invitó a su casa pero “se subieron a un colectivo hacia Alejandro Korn, Milagros se perdió y en una esquina (su acompañante) la dejó solita”, relató su mamá, Silvia González. Allí comenzó el recorrido de la mujer por comisarías y hospitales para buscar a su nena, que convive con un retraso madurativo leve. También ahí comenzaron las amenazas hacia su familia y las sospechas de que había una red organizada detrás del secuestro.
En la Comisaría Segunda de Burzaco le dijeron que seguro “se había ido con su novio” y por eso no irían tras su rastro, aseguró la mamá. Según la madre, su hija declaró que pasó por delante de esa dependencia policial en un vehículo junto a los hombres que la retenían y en ese momento “le dijeron que la estaban buscando y se rieron”, como indicio de la vía libre con la que contaban. Por eso es que desde que apareció, la familia quiere que la custodie la Gendarmería y no los azules.
Milagros denunció haber sido abusada por “muchas personas”, haber sido obligada a ponerse “polleritas y camisas” y ser llevada “a subastar a Betharram (en Brown) y a la villa 1.11.14 de Bajo Flores”, transmitió González. Además, cuando logró escaparse y un tío la encontró, todavía tenía marcas en sus piernas de inyecciones. Estiman que fueron sedantes, para evitar que se escapara.
Los datos para caratular la causa como ‘trata de personas’ sobraban desde el primer testimonio, pero recién después de que participó en una Cámara Gessel a principios de mes lo consideraron así las autoridades que intervinieron: primero la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6 de Lomas de Zamora, luego la 9 y finalmente el Juzgado de Garantías 8, a cargo de Gabriel Vitale, un magistrado que hasta ahora demostró su compromiso en materia de género. Sin embargo, el entorno de Milagros espera que se derive a la órbita federal, algo que estaría por confirmarse.

Segunda opresión
Luego de los diez días sumida en la violencia, a la chica le esperaba una nueva lucha, encarnada por representantes del Servicio Zonal, un ente bonaerense que responde a la ley 13.298 de De La Promoción y Protección Integral de los Derechos de los Niños. Esa norma señala que una persona menor de edad debe quedarse en su seno familiar a menos que se compruebe que sea nocivo para su desarrollo. Ése argumento esgrimieron desde ese espacio, articulado con la comuna browniana, para internar a la adolescente en un neuropsiquiátrico e impedir por unos cinco días que su mamá la viera.
La chica sufrió varias crisis y al menos dos intentos de suicidio desde que regresó a su entorno, por eso los profesionales recomendaron una intervención. La Secretaría de Salud browniana le brindaba un tratamiento ambulatorio, pero enviaron una ambulancia para llevarse a la joven al hospital neuropsiquiátrico José Estéves de Temperley, a lo que la mamá no accedió porque esperaba que pueda estar en su casa durante su atención. Además, no quería que la volvieran a “atar” como en la clínica donde tuvo que llevarla ni bien apareció, tras los primeros episodios.
Esa postura fue entendida tomada por resistencia a las decisiones de los órganos intervinientes, por lo que enviaron a la Policía con la orden de “romper todo si no les daba a Milagros”, graficó la mujer. Finalmente, la internaron “por la fuerza” en el instituto San Jorge, en Lanús e impedir que su círculo afectivo la visitara durante las primeras jornadas.
“Pedimos una entrevista al ministro (de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo) Casal para que nos explique por qué se actuó de esta manera, aunque no me sorprende el proceder de los jueces. Mientras estaba desaparecida sólo la madre la buscó y la encontró un tío, pero la Justicia no ordenó en ese momento ningún control médico, un pedido de ADN ni una internación. Silvia tuvo que costear todo desde su obra socia porque el Estado estuvo ausente”, denunció Margarita Meira, integrante de Madres de Constitución, una ONG que se encarga de ayudar y dar con víctimas de trata.
A la referente le preocupa la posibilidad de que los proxenetas quieran volver a secuestrar a la chica por toda la información que brindó, por eso reclamó una custodia permanente. Además, cuestionó que esté internada en un centro mixto y para adultos, cuando “ella le tomó miedo a los hombres y ya sufrió una nueva crisis”.
La Fundación María de los Ángeles que creó Susana Trimarco, la mamá de Marita Verón, también se solidarizó con la familia, pero aún no avanzaron en la asistencia legal. Quien sí ofreció un abogado para patrocinarla fue el Movimiento Territorial de Liberación (MTL), que se enteró del caso mediante los afiches con la foto de Milagros que la mamá había pegado por la zona cuando no la encontraba. Desde el distrito, la acompaña el movimiento Mariposas de Villa París, un colectivo de mujeres que trabaja por la equidad de los géneros en Glew. Lo mismo hizo el Frente Popular Darío Santillán.
El Ejecutivo municipal se comprometió a darle ayuda con su equipo de legistas y hasta le prometió que las ayudarías a mudarse de barrio para que cesaran las amenazas que todavía reciben, pero nada de eso se concretó al momento.

Campaña
El próximo domingo 26, las ONGs que se acercaron a la familia y González organizarán una volanteada para difundir el caso y concientizar sobre la importancia de erradicar la trata de personas. Para ellos, es relevante hacer hincapié en la organización del delito, que actúa en el Conurbano -por ejemplo- con impunidad.
“No hay que callar, tenemos que hablar. Hay muchas otras chicas desaparecidas”, convocó Meira.

Publicado en Marcha http://www.marcha.org.ar/1/index.php/nacionales/96-ddhh/3638-un-flagelo-que-no-termina

“Las mujeres que abortamos no somos criminales”


Por Noelia Leiva

Una entrevista a Carolina Reynoso, la directora de una película que entiende que interrumpir un embarazo cuando se lo decide es defender la “autonomía sobre el propio cuerpo”, un derecho “censurado” por el patriarcado. Reúne historias contadas por sus protagonistas, “sin ocultarse”.




Hace unos diez años, Carolina Reynoso vivió lo que más tarde entendió como “la primera decisión autodeterminada” sobre su cuerpo: decidió interrumpir un embarazo. Aunque los temores eran muchos y la información casi nula, dio el paso que cambiaría el rumbo de su vida. Con los años pudo “resignificar” esa acción en una basada en el ejercicio de sus derechos, negados por el patriarcado, y sintió que debía avanzar un poco más.
La película “Yo aborto. Tú abortas. Todxs callamos” es el resultado de ese camino en el que no sólo pudo darle valor a la libertad de elegir sino que logró que otras mujeres hablaran de experiencias similares “sin tener que taparse la cara”.
Los cien minutos de largometraje comenzaron a prepararse en 2009 con el aval del Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales (Incaa). Filmaron en Tigre, Alta Gracia, Buenos Aires, Sierra de la Ventana, Punta Alta y Neuquén, donde encontraron quienes estuvieran dispuestas a correrse del “mito” de la sumisión y la culpa para contar que alguna vez decidieron no parir. Su preestreno en el festival Mujeres en Foco, el 7 de mayo último, fue el comienzo de lo que la directora consideró la “segunda parte” del trabajo, que es “encontrarse con la gente”, como definió. Su objetivo es llegar a todo el público -no sólo al “militante”, según afirmó- para reflexionar sobre la importancia de que cada quien tenga la libertad de decidir sobre su vida.
En el documental, cuentan su vivencia Ruth Guzmán Dávalos, Gladys Panizzi, Silvia “Ketty” Scheider, Relmu Ñanku, Cecilia “Checha” Merchan, Verónica López y la misma Carolina Reynoso.
-¿Cómo pensó que podría hablarse de aborto en una película?
-Yo no era militante por los derechos de las mujeres, no era feminista. Hasta que me involucré con la problemática del aborto porque me realicé uno. Decidí, a partir de interrumpir un embarazo y de vivirlo con cierto dramatismo, investigar la problemática. Estudiaba cine y tenía que hacer un trabajo práctico documental, entonces elegí este tema. Empezó a configurarse la idea de que las mujeres que abortamos pudiéramos hablar sin ocultar nuestros nombres. De ahí surgió que yo también tenía que estar delante de cámara, porque si tenía que pedirles a otras que lo hicieran no me parecía ético quedarme resguardada.
-¿Por qué cree que quienes hablan de este tema suelen ocultar su identidad?
-Porque hay una mirada muy culpabilizadora sobre las que decidimos abortar, que juzga el hecho de que una mujer no quiera seguir el mandato de ser madre. Se preguntan: “¿Qué cosa más importante puede querer hacer en su vida?”. A lo largo de la película se aborda ese cuestionamiento a las mujeres que no quieren tener hijos. Ahí radica la dificultad de la despenalización del aborto, que tiene que ver con la autonomía de los cuerpos, con romper con los mandatos de la sumisión y de ser más valoradas como madres que como mujeres.
-¿Cuál es la postura del trabajo sobre el rol masculino en esta lucha?
-Cuando entrevistamos a los Varones Antipatriarcales, explicaron que se sienten involucrados porque detrás de todo un embarazo no deseado hay un hombre que es responsable de ese espermatozoide. Consideran que incluso los que no tienen prácticas sexuales con mujeres se tienen que comprometer, porque tanto elegir con quién relacionarse como si se es mamá o no tienen que ver con la autonomía de los cuerpos.
-La posibilidad de ser autónoma es más lejana para las mujeres pobres cuando no pueden pagar por abortar en centros privados ¿Debaten sobre este punto?
-El documental no se centra en ese tema ni en las muertes (NR: el aborto es la principal causa de fallecimiento materno en Argentina) porque queremos abrir el debate en relación a las decisiones que nos son negadas a las mujeres. Pero es cierto que las que tenemos cierto nivel económico podemos ir a una clínica, aunque igual es clandestino y riesgoso.
“Dejar de sentirse criminales”
-¿Cómo dieron con las protagonistas del largometraje?
-El movimiento de mujeres ya trabajaba el tema, lo que nos facilitó los espacios donde poder llegar a estas mujeres. También, para la postal de la película hicimos una convocatoria para las que querían participar sólo en la foto y una de las participantes dijo que, si lo necesitábamos, ella podía contar su experiencia. Algunos casos nos costaron más que otros, donde había necesidad de hablarlo, de dejar de sentirse criminales. Por ejemplo, yo pude resignificar mi aborto a través de la película como una de las primeras decisiones autónomas que tomé respecto de mi cuerpo. En su momento no la pasé muy bien porque no tenía información y sí mucho miedo. Fue un cambio radical en mi vida.
-¿Por qué?
-Porque con el tiempo me empecé a dar cuenta de que éramos un montón las que abortamos. Pensaba que era un grupo reducido y oscuro, y después te das cuenta de que la problemática nos cruza a todos porque lo vivimos o porque acompañamos una mujer querida que se practicó uno. Incluso personas que estaban en contra de legalizarlo tenían su experiencia porque contaban que habían abortado cuando eran muy chicas o que una novia lo había hecho. Eso nos permite pararnos desde otro lugar.
-¿Qué importancia tiene la información en esa “resignificación?
-Es fundamental. Yo la pasé muy mal porque los médicos no me querían contar qué podía sucederme. Tenía miedo de morirme o de quedar estéril. Después también apareció la culpa por la mirada del otro. Preguntaba a algún profesional y me decía que me fuera porque íbamos presos los dos. O me daba información sobre un parto que yo no quería tener. Ahora el aborto con pastillas ayudó que no haya tanto temor, pero tener información es nuestro derecho: más allá de que sea ilegal y que el médico no lo practique, es su obligación contar qué implica. La relación con el paciente es confidencial, no puede mandar a nadie a la cárcel.
-¿Podría decirse que el objetivo del trabajo es ayudar a que otras mujeres tengan menos dudas sobre qué es finalizar un embarazo?
-Buscamos derribar mitos sobre cómo nos relacionamos las mujeres con el aborto y entre nosotras, que nos hermanemos y nos vinculemos de maneras distintas a la que nos enseñó el patriarcado. Siempre nos dicen que somos envidiosas o competitivas, y eso es un mito a romper. Cuando me pongo a pensar en las situaciones más difíciles, siempre estuve acompañada por mujeres. Tiene que ver con poder generar otras miradas entre las mujeres, valorar los conocimientos que compartimos y poder organizarnos. Si bien es cine militante, queremos llegar también a las personas que gustan ver de buenas películas, para ampliar el ámbito de difusión de la lucha por la legalización del aborto. Por eso también le dimos importancia a la forma que porta al contenido, trabajamos ficciones para presentar cada “mito” a derribar y atendimos a la buena fotografía.

Construcción colectiva
Así como dar con las protagonistas fue un trabajo que se logró de boca en boca, aspiran a que su difusión se replique de barrio en barrio. Preparan para dentro de “algunos meses” el estreno “oficial”, que será en un espacio Incaa, y después quieren mostrar la película en centros comunitarios del país que los convoquen a través del perfil de Facebook “Yo aborto. Tú abortas. Todxs callamos”.
“Estas películas de cine militante se completan en el encuentro con la gente, sino se tiene la sensación de que no está terminada”, recalcó Reynoso.

Publicado en Marcha http://www.marcha.org.ar/1/index.php/nacionales/92-generos/3587-las-mujeres-que-abortamos-no-somos-criminales