21 de julio de 2011

Detenidas trans: la lucha por no apresar la identidad de género

 
Por Noelia Leiva

Están privadas de su libertad por delitos cometidos como consecuencia del contexto de violencia que padecían en sus barrios. Tras los muros, la discriminación recrudece. Las obligan a vivir con varones, algunos encarcelados por vejaciones sexuales. En la mayoría de los penales, se niegan a llamarlas por su nombre y limitan el uso de vestimenta femenina. Organizaciones sociales denuncian el maltrato y reclaman cambios urgentes.  

Unas 26.900 personas están detenidas en cárceles bonaerenses. Las estadísticas no diferencian a la población por género y mucho menos incluyen a las trans, una de las poblaciones más vulneradas. En un contexto atravesado por el machismo, su invisibilización va de la mano de la violencia: tienen dificultades para vestirse con ropa femenina, están obligadas a convivir con hombres y son condenadas por el prejuicio de la “sexualidad desviada”, que las transforma en objeto de abusos.
El entorno hace de la identidad de género la única referencia a ellas, tamizada desde el prejuicio. Es una variable inherente a cualquier humano pero a ellas las hace ‘particulares’, no para diseñar políticas adecuadas a sus necesidades, sino para convertirlas en el blanco móvil de la verticalidad extrema del poder intramuros. La exclusión se mide desde sus primeros contactos con el mundo presidiario, porque los expedientes judiciales las mencionan con el nombre con el que nacieron; una práctica que repite el personal de seguridad con el fin de marcar que allí no serán entendidas tal como son.
Deben residir en pabellones masculinos u “homosexuales, que en realidad alojan a personas gays, trans y presos que tienen causas penales por delitos sexuales, porque el criterio que subyace es el de ‘conducta sexual desviada’”, explicó Juliana Brizuela, miembra del Comité contra la Tortura que pertenece a la Comisión Provincial por la Memoria. Esa es una de las causas de que las internas sean “sistemáticamente víctimas de violaciones”, además de que el contexto legitimó que la satisfacción de los derechos básicos de ellas, como el de acceder a comida o una tarjeta telefónica para llamar a sus amistades, debe ser mediada por ‘favores’ genitales a internos y uniformados.
Un hábeas corpus colectivo presentado a mediados de 2010 por la institución y avalado por unas veinte organizaciones sociales sentó precedente cuando denunció la “violencia física y sexual y los traslados arbitrarios que sufren personas trans/travestis” en el territorio bonaerense. En particular, seis que estaban alojadas en la Unidad 32 de Florencio Varela (cuyos nombres se reservaron) habían sido llevadas a la 2 de Sierra Chica “como represalia por no haber accedido a los pedidos efectuados por el Jefe del Penal a tener sexo con él y con su personal, y por querer destapar muchas cosas como la venta de estupefacientes, cocaína, marihuana, pastillas”, citó un comunicado del Comité de agosto último.
A partir de esa intervención, dos de las internas sometidas fueron derivadas al Complejo 1 del Sistema Penitenciario Federal que funciona en Ezeiza, donde sí hay un pabellón exclusivo, pero siempre con compañeros y guardias varones. Jessika Delfina González tuvo una residencia más larga en Olavarría, donde los tratos vejatorios no cesaron, hasta que le concedieron incorporarse a un ‘régimen abierto’ en la Unidad 12 de Gorina, La Plata.
Allí reside en una prisión adecuada al programa “Casas para Cárceles”, espacios de convivencia menos reglada que apunta a fomentar la socialización de personas que recibirán salidas transitorias. Es la primera transgénero que accede a lo previsto por el artículo 100 de la ley 12.256 de Ejecución Penal Bonaerense, que permite salir de la máxima o mediana seguridad cuando se obtiene una “evaluación criminológica favorable”.

Un pacto para vivir

Cuando Jessika llegó, no la dejaban usar polleras, vestidos o calzas, pese a que utilizar otra indumentaria era negar su identidad. “Acordamos que no tenía que usar vestimenta provocadora cuando vinieran visitas”, planteó y evidenció que el estereotipo de la mujer trans que se reproduce en las cúpulas de la Fuerza es el de la sexualidad exacerbada, tal vez derivada de la reducción de esa población a la práctica de la prostitución, a la que llegan como consecuencia de la falta de oportunidades laborales.
Pese a que los obstáculos al desarrollo digno no habían cesado por completo, caminar por un penal que no tiene muros sino alambrado fue un cambio “esperanzador” para atravesar la última mitad de su condena. Espera acceder en septiembre próximo a salidas de 48 horas para visitar a su mamá y, si todo va bien, en 2012 gozar de más tiempo fuera de la cárcel para recomponer las amistades que la esperaron durante los cuatro años y medio que lleva privada de su libertad.
Las recorridas periódicas del Comité contra la Tortura la ayudan a “estar tranquila” y sostener un “trato distante” con los efectivos, que, hasta el momento, no intentaron reproducir los vínculos de sometimiento que sus pares aplicaron en los establecimientos anteriores. Pero esta vez, la falta de contención se hizo carne en la ausencia de tratamiento por el VIH con el que convive a partir de una violación. “El infectólogo me dijo que no estoy para ser medicada porque tengo mis defensas altas y el virus bajo, tengo que esperar hasta una enfermedad oportunista, pero yo no quiero. La medicación es gratuita y es una ley nacional”, defendió González, que también proyecta ser la primera trans en situación de encierro en adquirir el DNI con el nombre propio de su género.

Las otras ausencias
 
La atención sanitaria es un faltante para toda la población carcelaria. El colectivo que integra la Comisión de la Memoria aseguró que “en las cárceles se registran siete veces más muertes por VIH que afuera porque los tratamientos no son sostenidos y la alimentación no es adecuada para soportar el cóctel de pastillas, además de que están expuestas y expuestos a malas condiciones de salubridad e higiene”, denunció Brizuela, la integrante del órgano bonaerense que suele acudir al llamado de las agrupaciones que militan por el respeto a sus compañeras trans privadas de su libertad.
Lo observado se aleja de los preceptos que el Ministerio de Justicia y Seguridad provincial fijó para las personas recluidas en la resolución 1938 de 2010, donde considera que “resulta imprescindible no sólo asegurar alojamiento y trato diferenciando a los internos según su sexo y situación procesal, sino que, a la vez, debe tenerse necesariamente en cuenta otros aspectos como franjas etáreas, naturaleza de la infracción cometida o reprochada, perfil criminológico, psicosocial y cualquier otra condición de vulnerabilidad, como enfermedad o discapacidad”. Esa consigna tampoco se refleja en la conformación de los pabellones “homosexuales”.
En ese contexto, el apoyo emocional del entorno afectivo es fundamental para resistir, pero el contacto no es sencillo. “Hay algo estructural, que es que fueron expulsadas de su hogar en la adolescencia temprana, cuando empezaron a asumir su identidad, por lo que sus ‘familias’ suelen ser las compañeras. Sus amigas trans tienen mayores dificultades para ingresar a la visita porque son maltratadas en la requisa”, explicó la integrante de la institución que realiza informes anuales sobre los tratos degradantes en los 54 establecimientos provinciales de reclusión.
La distancia con el afuera se potencia cuando son llevadas a “buzones (celdas de castigo) mientras esperan a ser trasladadas, donde pueden estar un mes o más aunque sean espacios muy reducidos”, aseguró Romina Rodríguez, integrante de la agrupación Pepita Guerra y de la Coordinadora por lxs Trans Presxs que acompañó denuncias ante la Justicia sobre el avasallamiento de los derechos de las detenidas.
En esos reductos permanecen también cuando llegan a una dependencia y no saben a qué pabellón llevarlas por la falta de sectores propios para personas con su identidad genérica. También son confinadas al aislamiento si ponen en evidencia abusos por parte del personal carcelario, como ocurrió en agosto del año pasado con dos internas de la Unidad 40 de Lomas de Zamora que decidieron realizar una huelga de hambre para pedir el traslado a Ezeiza, donde el trato es algo más digno. “La violencia transfóbica se da todo el tiempo. Son discriminadas, no son leídas como travestis sino como varones”, cuestionó la militante.
 
La condena previa

Las intimidaciones no comienzan tras los muros. La mayoría de las detenidas llegan por haber cometido homicidios “en situación de riña, pelea o para defenderse”, puntualizó Brizuela. “Es una consecuencia de la desprotección que tienen cuando están en la calle”, que las lleva a buscar salidas extremas a la degradación de la que son víctimas por el “estigma” de no poder encasillarse en la dicotomía de lo femenino y lo masculino.
En menor medida, algunas ‘caen’ por robar, lo cual también se desprende de las pocas oportunidades de acceder a un trabajo. La sentencia no es ajena a que, si falta un objeto, “hay tres personas y una es trans, ésa es la acusada”, entendió la investigadora.
“Se las condena por su identidad, porque pertenecen a un sector vulnerado que la sociedad recluye en la prostitución o situaciones de no respeto por la salud y la educación”, coincidió Rodríguez. A la hora de juzgarlas, “los argumentos que se usan son muy discriminatorios porque se meten con las cuestiones privadas, con la intimidad, como pasa con las mujeres”, cuestionó. Es que, entonces, la equiparación de derechos con el resto de las personas precisa gestarse desde el ‘afuera’, donde son presas de la segregación.

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En nombre del derecho
 
“Las personas trans somos las olvidadas de la democracia y necesitamos que de forma urgente se nos reconozca como ciudadanas con derecho a tener el nombre con el que nos movemos socialmente”, reclamó Marcela Romero, una de las primeras en tener en sus manos el DNI que refleja su identidad, luego de la década que la Justicia demoró en equipararla con el resto de la sociedad. Por eso, desde la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina (Attta) que preside, impulsa el proyecto de ley que reconoce el género de los individuos sin tener que pasar por un estrado en cada trámite ni realizarse operaciones de reasignación de sexo.
La norma 18.248 dictada por el presidente de facto Juan Carlos Onganía en 1969 establece que los nombres y apellidos sólo se pueden modificar mediante “orden judicial”, por lo que su vigencia obliga a las mujeres y hombres trans a sostener procesos extensos para que el Estado los reconozca tal como son, una decisión que siempre quedará a criterio del magistrado que entienda en la causa.
La alternativa impulsada por la Attta, integrante de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (Falgbt), entiende que el cambio de la información sólo debe requerir de una presentación ante el Registro Nacional de las Personas. El Frente Nacional por la Identidad y el Partido Socialista también elaboraron propuestas que coinciden en el concepto central: la “despatologización” de la diversidad sexual.
“Esperé diez años para que un juez dictamine mi identidad, mi vida, mi cuerpo, la que soy. Esta ley nos va a dar dignidad y acceso a las políticas públicas” incluso para las compañeras presas, convocó Marcela, que se mostró esperanzada sobre la aprobación de la iniciativa antes de fin de año. Cuentan con el aval del Inadi, cuyo presidente bonaerense, Pablo Roma, entendió que “todavía el tema no subió a la superficie social, pero hay que confiar en que, si se avanzó muchísimo con el matrimonio igualitario, tranquilamente se podrá dar este debate”.      
                             
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Visibilizar la tortura

Para generar un cambio de paradigma en el trato que reciben las detenidas y los detenidos en los penales provinciales, las organizaciones de derechos humanos reclaman más presencia de la sociedad civil y la conformación de un ente con potestad para auditar el funcionamiento del Servicio Penitenciario Bonaerense, solicitar políticas democráticas para las personas detenidas e intervenir ante el Poder Judicial cuando sea necesario analizar el comportamiento de autoridades y efectivos.
Así lo expusieron las entidades, encabezadas por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que elaboraron el proyecto de creación del Mecanismo Nacional para la Implementación del Protocolo Facultativo contra la Tortura. Su puesta en marcha requiere el “fortalecimiento de las capacidades de los organismos estatales y no estatales que desempeñan funciones vinculadas con el monitoreo de los lugares de detención y la defensa de los derechos de las personas”.
Entre las potestades del comité que encarnaría la medida, se cuentan realizar inspecciones “regulares o extraordinarias y sin previo aviso”, diseñar políticas para mejorar la situación de encierro, mantener reuniones con familiares de los presos y solicitar explicaciones a los funcionarios que sean cuestionados. Plantean la necesidad del vínculo estrecho con los representantes del Estado, pero entienden que es una posibilidad de intervención directa de las ONG comprometidas con la temática.
Apoyados en ese trabajo, la Cámara de Senadores bonaerense aprobó en abril último la creación de un sistema de auditorías a los espacios de reclusión para constatar que se respete la integridad de las personas detenidas y denunciar si no se cumple. Si Diputados también lo avala, los colectivos sociales que se inscriban en el Ministerio de Justicia provincial podrán participar en las visitas junto al órgano de aplicación del régimen. La propuesta se sostiene en la adaptación del texto normativo a la ley 25.938 con la que Argentina adhirió al Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, elaborado en Estados Unidos en 2002.
Ambas iniciativas son avances para responder a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que “expresó su preocupación por ‘las dramáticas condiciones en que se encuentran las personas privadas de libertad’ en las cárceles y comisarías de la provincia de Buenos Aires” tras la venida de uno de sus representantes en junio de 2010, aseguró la Comisión provincial por la Memoria, también impulsora del proyecto rubricado por el CELS.


 
Publicada en la Revista El Cruce de julio de 2011

Santa Catalina es Reserva Natural Provincial



Por Noelia Leiva

Lo declaró la Cámara de Diputados bonaerense ayer. Aprobó el proyecto que el Senado había devuelto con modificaciones. Algunas parcelas serán consideradas Paisaje Protegido, cuya reglamentación resta por hacer. Daniel Scioli deberá decidir si lo promulga o lo veta. Una victoria para la lucha vecinal.

La única lucha que se pierde es la que se abandona. Ayer, para los vecinos y vecinas de Lomas de Zamora esa sentencia dejó de ser solamente una invitación a la esperanza: después de cuatro años de organización, el predio lomense de Santa Catalina fue declarado Reserva Natural Provincial. La Cámara de Diputados bonaerense reforzó el aval que le dio en 2010 y aprobó por unanimidad el proyecto enviado por el Senado con modificaciones. El gobernador Daniel Scioli tiene en sus manos la decisión de promulgar o vetar la iniciativa.
El recinto estaba colmado de banderas, como si, una vez más, un trozo del distrito se hubiera instalado en La Plata. Otro tanto seguía la definición a través del canal on line del Legislativo, las redes sociales o los mensajitos de texto. Es que la resolución puede analizarse desde dos planos: el de la conservación de las 728 hectáreas del espacio, según consta en el artículo 1 de la flamante ley, y el del significado de cuidar al ambiente que, como repitió el colectivo desde el inicio, “no es de nadie pero es de todos”.
Las modificaciones que introdujo la Cámara Alta provincial determinó que las parcelas que contienen actividades humanas con fines educativos serán consideradas bajo la figura de Paisaje Protegido, lo que implica un grado de protección menor al que abraza al resto de la superficie -laguna incluida- pero habilita la continuidad de, por ejemplo, las prácticas agrícolas amparadas por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). El próximo paso es elaborar la reglamentación del área, si Scioli no echa por tierra las manos levantadas de los legisladores.
“Estamos felices de la vida, como todos los que desde su lugar aportaron un granito de arena”, sintetizó ante LA TERCERA Sergio Federico, integrante de la Asociación Ambiental Pilmayqueñ, en nombre de sus compañeros de cruzada. El arribo a la meta “no hubiese sido posible sin la lucha de los vecinos. El único éxito y logro es de ellos”, aclaró, instantes antes de la aprobación, el diputado del GEN Marcelo Díaz.
Su par de Unión Celeste y Blanco, María Elena Torresi, se adelantó al voto: “Es un día de fiesta donde Santa Catalina es una realidad”, celebró, y destacó la labor del ingeniero agrónomo local Alberto De Magistris que aportó su investigación sobre el espacio verde para elaborar los fundamentos del proyecto. Instantes después llegó el festejo, cuando se escuchó el “aprobado” oficial.

Chau Covelia

La conservación del equilibrio natural que implica la declaración de Reserva llama a la empresa de recolección de residuos Covelia S.A. a detener su avance en el territorio, como ya lo determinó hace 15 días el juez federal de Quilmes Luis Armella. El magistrado dio a lugar a una demanda presentada por la organización vecinal que ordenó la “inmediata paralización de toda obra, construcción o actividad en el predio y laguna Santa Catalina y la remoción de todo vehículo, maquinaria y material constructivo”.
El documento también reclama la puesta en práctica de medidas de conservación para que el ecosistema recupere las características que tenía en 2008, cuando comenzaron los rumores de que se instalaría allí una planta de tratamiento de residuos. Un camino en el centro de la laguna, desagües artificiales, senderos para la circulación de camiones de gran porte, traslado de escombros y basura y la construcción de un muro de cerca de 400 metros fueron algunas de las acciones que concretó la firma, en detrimento de la supervivencia de uno de los últimos pulmones verdes de la Cuenca Matanza Riachuelo.
Con la reciente aprobación, deberá definirse cómo cumple la compañía con el mandato de la Justicia y cuál será su futuro en la superficie que compró a la UNLP pese a que se trataba de un Espacio Verde Público.

En el camino

“Cuando empezamos sabíamos lo que estaba sucediendo, que había una laguna que se querían vender. Con mi sobrino empezamos a juntar firmas, queríamos hacer una ordenanza”, describió Patricia Rodríguez, secretaria de Pilmayqueñ y pionera en la defensa. Sin saberlo, habían coincidido con De Magistris y el abogado Julio Medina, que poco después empezaron a recorrer aulas para contar que en Camino de Cintura y Juan XXIII había un predio que cuidar.
Hubo charlas, cartas, petitorios. Casi 50 mil personas rubricaron desde entonces la planilla que pedía la protección. También hubo discusiones y detenciones: los poderes involucrados eran (son) lo suficientemente fuertes como para retrasar el cronograma. Un día al especialista en Derecho le dijeron, en pleno epicentro lomense, que “si quería hacer política, se armara una lista”. Eso y la demora en las respuestas alcanzaron para convocar a la primera movilización.
Y no pararon. Tenían con qué: 550 hectáreas de espacio verde, 25 de laguna en perfecto estado; 90 de pastizales  bajos, 70 bosque implantado mixto y 4 de talares eran la base ideal para demandar la tutela. Al iniciar la investigación, se detectaron 700 especies de plantas, 17 de mamíferos, 10 de peces y 7 de reptiles, entre otras tantas, según el estudio del agrónomo. Eran mucho más que números. La vida pedía acción.


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El proyecto protege a las 728 hectáreas indicadas por el registro catastral,
incluida la laguna. 
Las parcelas en las que se desarrollan actividades 
agropecuarias serán consideradas Paisaje Protegido.


Publicado en La Tercera del 14 de julio de 2011

26 de abril de 2011

Un encuentro de cannabicultores reclamó la ley de la despenalización

                                                                                 Foto: Fernando Klaus Leone
 
Lo convocaron hombres y mujeres del Conurbano sur que siembran marihuana en sus casas, con el objetivo de quitar agentes químicos de lo que consumen y evitar las redes de dilers. Ahondaron en los objetivos normativos, más el uso medicinal de la planta. Además de prepararse para la Marcha Mundial en mayo, pidieron la liberación de un compañero detenido.

Lo mejor es estar juntos, sobre todo si un par requiere comprometerse con la causa común. El Primer Encuentro Cannábico Argentino realizado en Guernica, Presidente Perón, el fin de semana último respondió a la meta de compartir información entre cultivadores sobre el uso recreativo y medicinal de la marihuana, en el marco de una normativa que criminaliza la tenencia y el consumo. La detención de Martín Faray, integrante de un colectivo jardinero del oeste bonaerense, se transformó en el epicentro del debate y en la semilla de la organización de cara a la marcha mundial del próximo 7 de mayo.
Es que desde que el joven de Villa Tesei fue detenido luego de que la Policía ingresara a su casa en respuesta a una denuncia anónima, varios de los participantes de la jornada peronense acordaron realizar guardias cotidianas en la comisaría, hasta que la jueza de Garantías de Morón Mónica López entienda que las personas que cumplieron 18 años deben tener plena libertad en el manejo de su cuerpo. La juntada también echó a girar una colecta para costear los daños del allanamiento, “que implica perder muchas cosas, tal vez tener que mudarse, quedarse sin trabajo”, describió Marcelo Coratoli, miembro de la Agrupación Cannabicultora de Zona Sur (ACZS), la entidad convocante.
Ese eje obligado por las circunstancias llevó la charla hacia uno de los puntos centrales del cronograma: la huella de la Ley 23.737 de Tenencia y Tráfico de Estupefacientes que no diferencia entre sustancias con acento químico o de daño comprobado para el organismo de una que es implementada por pacientes con VIH e hipertensión, entre otros cuadros, porque sostienen que reduce los dolores. Una norma que no criminalice el uso personal de la ‘María’ es la que esperan que sea debatida en el Parlamento Nacional.
La mesa redonda que se realizó el viernes 23 contó con Pablo Ascolani, miembro de la Asociación Rosarina de Estudios del Cannabis (Arec), y Mike Bifari, parte de la cordobesa Cogollos Argentinos. A ellos se unieron las voces de los locales y los representantes de otros puntos del mapa verde, también sostenido por la Asociación Marplatense de Cannabicultores y la de Buenos Aires. Noche de campamento mediante, el domingo dio la bienvenida al intercambio de recomendaciones y a la promesa de nuevas citas como la que ya finalizaba, en el marco de la cuarta reunión de la Coordinadora de Agrupaciones sembradoras.
“El objetivo fue continuar con la difusión e informar. Sabemos que como cultivadores estamos muy avanzados, entonces queremos una nueva ley nos alcance”, instó el militante sureño, en diálogo con LA TERCERA. Mientras, comparten flores para que los hombres y las mujeres que decidieron implementarlas como herramientas sanitarias no vean interrumpida su provisión por obstáculos vinculados con los cepos legales.
El próximo sábado 7 Plaza de Mayo se calzará la bandera de la despenalización en simultáneo con todo el planeta. La Marcha Global es un clásico de los amantes de los buenos humos y una fecha obligada para reclamar que cada quien “cultive sus derechos”.

Por Noelia Leiva

Publicado en La Tercera del 26 de abril de 2011

http://www.diariolatercera.com.ar/detalle.php?articulo=Un-encuentro-de-cannabicultores-reclam%F3-la-ley-de-la-despenalizaci%F3n&tipo=1&documento=7801&sistema=diarios

15 de abril de 2011

Juana, su familia y amigos

Por Noelia Leiva

Las muñecas 90-60-90 monopolizan la oferta para las nenas. Pueden jugar a ser cocineras, madres o amas de casa, como se espera que sean cuando crezcan. Pelotas y autitos están vedados para ellas, y a ellos no les puede gustar el rosa. Sin embargo, los grandes pueden proponer el desarrollo de la creatividad sin barreras de género. Opciones que reflejan la diversidad en sus personajes, para cerrarle la puerta al 'juego dirigido'. 

Los blocks miran de costado porque, en el rato donde todos y todas pueden elegir en qué sector de la sala jugar, mientras los nenes pelotean, las nenas se reúnen en torno a la habitación en miniatura que incluye una cama, una mesita, una cocina y sus respectivas ollas. Una niña revuelve en una fuente un preparado sabroso e invisible sobre una hornalla sin gas que encendió tal como algún adulto o adulta hace en casa. Hay osos alrededor que, como hijos obedientes, aceptan alimentar su panza de peluche. La ‘seño’ observa conforme, cada cosa está en ‘su lugar’.
Durante la infancia, el campo del juego resulta tierra fértil para erigirse y hacer de cuenta que todo está bien. Todo, si no se da un paso por fuera de lo permitido: delantales, agujas de coser y muñecas para ellas; balones, imitaciones de armas y superhéroes musculosos para ellos.
Para la consultora de comunicación Ana Correa, la realidad bajo las luces de neón en las jugueterías se puso en evidencia cuando, después de Felipe, llegó su hija Malena. Si bien en el jardín de infantes ya había conocido peleas entre las pequeñas a causa de las características de sus cuerpos, cuando pensó que su nena iba a ser parte de ese mundo terminó por convencerse de que 'nada refleja a la mujer real'. Entonces, había que hacerlo: se asoció con la diseñadora Paola Flores y la abogada especialista en derechos humanos Jessica Lipinszki para crear El Mundo de Juana, una línea de juguetes de tela que representan identidades disímiles como se encuentran en la convivencia cotidiana.
'Había una única oferta, las estanterías estaban colmadas de muñecas hiperdelgadas, que se maquillaban o eran amas de casa, como si la revolución industrial nunca hubiese llegado' al planeta de la fantasía, bromeó. Las características de las personas en miniatura 'no expresaban la mínima diversidad', sino que la producción en cadena repetía a chicas rubias, de ojos claros y con siluetas ajustadas a las revistas de moda.
Activas, decididas, alegres e inteligentes son calificativos asignados a las réplicas femeninas que se venden en caja y legitimadas como meta para las de carne y hueso, también reducidas al estamento de objeto. Eso entendió el trío que elaboró sus 'juguetes con valores' cuando decidió que Juana, rellena con vellón, prefiriera el rojo y el violeta al rosa, y tuviera cabellos castaños algo ondulados, acomodados en dos colitas. Su compañera inseparable Mía es 'rellenita' y su amigo Miguel usa anteojos.
Carola es su mamá, que puede ser periodista, folklorista o veterinaria, según decida su portadora o portador, y, para horror de Ruth Handler  -la creadora de Barbie- tiene una hija nacida de una pareja anterior. Ambas son de tez morena, porque las raíces originarias de América Latina se reivindican en la piel. El papá de la 'familia ensamblada' es Francisco, un hombre de barba y cejas pronunciadas que puede aparecer con atuendo de chef, rockero o un sujeto 'conectado' a la web a través de su computadora portátil. 

La rueca mágica

Un llavero es, frente a los ojos de un bebé de meses, un desafío a explorar que suena y brilla. Un guante plegado en torno al dedo gordo puede ser un hombrecito con sombrero y la personalidad que se le antoje a quien le da movimiento. Hasta una habitación vacía es el escenario propicio para fabricar seres amistosos que conversan y se ríen. Si cualquier objeto puede cobrar vida, ¿por qué coartar el arco iris recreativo con ofertas lúdicas únicas, que tienden a convertirse en las deseadas por el público infantil merced a los artificios publicitarios?
En la realidad cotidiana, hay mujeres que, por elección o adaptación, son madres que dividen el tiempo entre su empleo y la atención a sus niños. Pero ni siquiera hay rasgos de esa distribución de las horas en los paquetes, ni de familias conformadas por personas del mismo género o monoparentales, aunque 'los juguetes sirven para ensayar roles' que, con los años, se llevarán a la práctica, recalcó Beatriz Caba, presidenta de la Asociación Internacional por el Dercho del Niño a Jugar (IPA).
Esos vehículos de la imaginación 'no tienen sexo. Las niñas pueden jugar a la pelota y los varones con las muñecas porque tal vez sean padres un día y un bebé también precisa la seguridad de los brazos de un papá. Si no se jugó ese rol, no tiene por qué sentirse la necesidad de saberlo', defendió la docente. Pero por falta de información o naturalización, los protagonistas del mundo de los chicos pueden caer en la red sexista de la asignación de los espacios.
'Los juguetes tienen una razón de ser como intermediarios de la acción, transmisores de la cultura y los valores', enfatizó la titular IPA. La ilusión se pone en movimiento y le abre la puerta a 'la socialización, la identificación, los sentimientos, la inteligencia emocional', rescató. También a la liberación del cuerpo, que debería ser para ellas una premisa desde sus primeros pasos: 'Requieren del juego motriz para desarrollar la musculatura. Tampoco podemos pensar que no tienen que usar los autitos, si nosotras manejamos', convocó.
'Una muñeca (delgada) por sí sola no equivale a que una niña será anoréxica', aclaró, categórica, Caba. 'Tiene que ver con el contexto en el que los niños juegan, lo importante es el abanico cultural que despliego para mi hijo', avanzó. Sin embargo, la rutina y la velocidad propias de las urbes o las necesidades irresueltas en las barriadas olvidadas pueden confluir contra la diversidad.

Publicado en Artemisa Noticias el 15 de abril de 2011

Andresito, o cómo contar la historia sin la mirada 'unitaria'

Un grupo de misioneros se reunió para rescatar la vida de Andrés Guazurary, un defensor de la soberanía de los pueblos de la tierra colorada en tiempos de Artigas. En vecino browniano integra ese colectivo de búsqueda. Piden que se incorpore al relato oficial la complicidad porteña sobre la devastación del norte.



Si hay un poder que interviene en el devenir popular es el de la palabra cuando es utilizada por los que tienen las armas o el dinero para convertir la historia en un relato que carga con el grillete de la hegemonía. Esa reconstrucción imparcial borró de sus pasajes la vida de Andrés Guazurary, un joven caudillo federal que, con la venia de José Gervasio de Artigas defendió la Provincia Grande de Misiones de la que la actual es sólo una porción. Un grupo de defensores de la tierra colorada se reunieron para impulsar su reconocimiento como uno de los gestores de la soberanía. Entre ellos, se encuentra un docente y periodista de Almirante Brown.
A Andresito, como lo llamaban en el pueblo sus correligionarios, lo recuerda un municipio de departamento General Belgrano que lleva su apodo y dos décadas de vida. Poco más recuerda sus luchas. “Queremos rescatarlo del olvido, del bajo fondo de la memoria”, recalcó ante LA TERCERA Eduardo Colman, el vecino que integra la cruzada, ex funcionario de su pueblo de origen y del distrito. En la elaboración de proyectos y entrevistas con responsables políticos se encuentran, mientras fortalecen el conocimiento sobre la figura en las reuniones periódicas en la Mesopotamia argentina.
-¿Qué rasgos del personaje merecen ser revalorizados?
-Su intervención en las hazañas y la lucha por la soberanía nacional. Así como (Martín Miguel de) Güemes es referente de Salta por defender las fronteras, Andrés lo es de todos los misioneros. En esto nos encontramos el historiador Daniel Larrea, Mario Mónaca, el escritor y docente de Iguazú Marcelo Moreyra, Daniel Stefani, Fausto Rizzani, Roberto Velázquez, Susana Rendón, Daniel Ricardo Roas y yo, desde Buenos Aires, junto al Centro de Residentes Misioneros (con sede en Adrogué) que hace tiempo defiende la cultura jesuítico guaranística. Pero el proyecto es todavía más ambicioso: recuperar las reliquias que están diseminadas por los museos. También en la Ciudad de Buenos Aires, como en la Manzana de las Luces, hay construcciones de manos guaraníes. Tenían su propia producción de madera, yerba mate, tabacales. Se autoabastecían. Pero ante la complicidad entre Brasil y Buenos Aires se prefirió el ataque de los Bandeirantes brasileros para perjudicar a Artigas y a Andresito.
-¿Cómo se inicia un proceso para incorporar una vida al relato sobre el pasado?
-Contando la verdadera historia, en este caso de la lucha de los guaraníes, mal llamados indios. Enfrentó a los portugueses durante años con ayuda de Artigas en su lucha por recuperar a los sietes pueblos que, como Yapeyú, pertenecen al territorio provincial. Recién mucho tiempo después tomaron la decisión de reconocer a Misiones como provincia (el proceso comenzó en 1881), cuando los guaraníes fueron asesinados, llevados como esclavos a Brasil, a casas pudientes de Corrientes y Buenos Aires. Otros tuvieron que esconderse por miedo a morir.
-¿Podría considerarse que fue un registro ‘unitario’ de esa parte de la historia y que se conserva?
-Hay muy poco conocimiento. Hay personas que dejaron lo mejor de su vida como Ramón Ayala y Vicente Cidades. Por ejemplo, nuestra tierra es chamamé pero también es el guialambao. Hoy los hijos de este lugar están escondidos por San Ignacio, Santa María, Iguazú; venden sus artesanías, son avasallados. Al momento de destierro de los jesuitas en 1767 tenían una estructura que competía con las mejores ciudades de Europa, por eso permitieron que se silenciera. En el caso de Andresito, no se cuenta que en 1801 los portugueses invadieron y lo tomaron como prisionero (en 1820) en la isla Das Cobras. Según algunos historiadores, quedó en libertad un año porque ya no era considerado peligroso sin Artigas y después habría sido envenenado o apresado, pero los restos nunca fueron ubicados. Su único monumento está en la entrada de Garupá, a 40 kilómetros de las ruinas de San Ignacio. La primera fábrica de instrumentos musicales, la primera imprenta estuvieron en Misiones y todo fue destruido con el silencio cómplice de Buenos Aires, porque el 9 de julio 1816 Argentina se declaraba independerte pero el saqueo se produjo entre 1820 y 1821 ¿Acaso no pertenecía al país?

Por Noelia Leiva

Publicado en La Tercera del 14 de abril de 2011

Muchas manos para un techo

Por Noelia Leiva

Una veintena de jóvenes de entre 18 y 30 años recorrieron el distrito este fin de semana. Pertenecían a la organización latinoamericana Un techo para mi país, que construye viviendas para personas en situación de crisis habitacional. La información recolectada en la visita servirá para elegir los sitios donde erigir casas. Fue en simultáneo con 700 personas en todo el Conurbano y Córdoba.

Como cada edificación empieza por los cimientos, la tarea solidaria de la ONG latinoamericana Un techo para mi país (Utpmp) tiene como punto de partida el reconocimiento del territorio para decidir dónde erigir “casas de emergencia” con la colaboración de los futuros propietarios. El fin de semana último visitaron 23 barrios informales en Almirante Brown de los 800 bonaerenses y de Córdoba incluidos en el “Catastro 2011”, un estudio bianual que recolecta la información necesaria para designar los próximos destinos.
Tres meses de identificación previa de manzanas habitacionalmente precarias antecedieron a la recorrida. Un mapa enorme desplegado en el patio de la Escuela 3 Bernardino Rivadavia de Burzaco, devenido en sala de reunión, organizó el distrito en áreas a visitar, a razón de un trío de sitios por día para cada pareja de encuestadores o encuestadoras. A primera hora del sábado comenzó la caminata. Cada vez que se encontraron con al menos seis hogares en situación de vulnerabilidad averiguaron si había servicios básicos, de qué modo y hace cuánto se asentaron las personas y cuántos núcleos familiares convivían tras una misma puerta, entre otras variables.
“Nosotros decimos que con esta actividad trazamos el mapa de la pobreza”, sintetizó Jazmín Lerner, directora de Detección y Asignación bonaerense de la entidad, antes de iniciar la observación contextual para definir candidatos a la construcción masiva de junio próximo, porque la de este mes está destinada a La Matanza y Quilmes.
Hombres y mujeres miraban desde las rejas de sus viviendas al equipo que llevaba las pecheras con el logo de la entidad que nunca antes había arribado a la zona. “Cuesta un poco que ellos crean en nosotros, pero después, cuando se dan cuenta de que venimos aunque llueva y llega el momento de la construcción, confían”, reconoció la joven que interviene en el movimiento “apartidario e irreligioso” desde 2008.
Como excepción, en el partido fue el Ejecutivo local -a través del militante Leonardo Berlato- el encargado de facilitar los contactos en cada área. Aunque es habitual que cada “referente” aporte los datos cuantitativos, en algunos casos decidieron consultar a los verdaderos habitantes para sumar certezas. Así sucedió en los tres perímetros próximos a El Gaucho, Burzaco, en los que LA TERCERA acompañó a la estudiante de Comunicación Social y a Fernanda Canevari, actriz y voluntaria primeriza, en los que los vecinos contaban con agua de red más luz eléctrica pero aún no con cloacas y asfalto.

Cambiar realidades


El Catastro se construye con los pies en los barrios cada dos años. Esta vez, 700 personas en el Conurbano y Córdoba rescataron la información que le servirá a Utpmp para organizar su labor en tres etapas. La primera pone en pie “casas de emergencia”, monoambientes prefabricados de madera que se sostienen sobre pilotes para aislarse de la humedad del suelo. Los destinatarios ayudan en la obra y abonan un “10 por ciento simbólico” de su costo. Si bien no se realizan las conexiones a los servicios ni se les otorga una edificación de material, los hacedores señalan que es un paliativo y un punto de partida: cuando regresan, muchos grupos vinculares pintaron, mantuvieron y hasta modificaron la vivienda. La hicieron propia.
La fase de “habilitación social” demanda que el vecindario defina sus proyectos. De allí surgen “planes de desarrollo” que incluyen talleres de oficios, espacios educativos o juegotecas para los niños y las niñas. El 60 por ciento de los recursos para implementarlos se obtiene de “fontecho”, una suerte de pozo de dinero que surge de subsidios o aportes de las empresas de gran envergadura que lo acompañan. Otro 30 se costea con donaciones que debe conseguir la barriada y el 10 restante proviene de una actividad organizada por los ciudadanos, como ferias o bingos.
En Argentina todavía no se llevó a la práctica la tercera instancia, en la que se consolidan “comunidades sustentables” con “casas definitivas”. Para Lerner, la clave de ese período es avanzar en un “proceso de compromiso y de gestación de líderes barriales”.



De menor a mayor

En 1997, un grupo de jóvenes chilenos entendió que había que intervenir en la sociedad para modificarla. La organización fue más efectiva de lo que imaginaban: como la vívida necesidad habitacional en villas y asentamientos era la misma a pesar de las fronteras nacionales, los voluntarios se multiplicaron hasta consolidarse en los 19 países latinoamericanos en los que hoy trabajan. El Banco Interamericano de Desarrollo es uno de sus acompañantes.

Publicado en La Tercera del 13 de abril de 2011

29 de marzo de 2011

“Voy a quedarme en mi hijo”


Por Noelia Leiva y Guillermo D’Ambrosio

El guitarrista montegrandese subió al escenario para compartirlo con su padre y homónimo, de 70 años, y Juan, tercera generación de ese abolengo musical, en un show que reversionó clásicos del cancionero argentino. El ganador del último Gardel en tango masculino conversó a solas con LA TERCERA sobre su génesis callejera, su incursión vocal y su recuerdo de los años de plomo.

El mismo abrazo a través del tiempo, como si el escenario del Colegio Naciones Unidas de Esteban Echeverría fuera el ‘patio de tierra’ que reúne a una comunidad en derredor de las melodías típicas. Un abrazo de seis manos que enlazó un trío generacional y de herramientas musicales: el “verdadero” Luis, Luis hijo y Juan Salinas son parte de una familia de músicos que se encontraron el miércoles último en un recital gratuito en Monte Grande que los relegitimó como eximios fabriqueros de sonidos de vientos, cuerdas y percusión locales. Fue en una convocatoria en el que el ganador del último Gardel como mejor intérprete masculino de tango congregó a casi mil personas.
En la noche previa al Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, el guitarrista montegrandense con glorias internacionales honró el desarrollo libre de un lenguaje que puede hablar de identidad, el de elegir una combinación de armonías propias para canciones clásicas del acerbo nacional. “Cada uno tiene que hacer lo que mejor sabe hacer”, aconsejó el consagrado concertista que no teme considerarse en busca de alcanzar un “mejor Salinas”, siempre mediante la vibración de las cuerdas, pero esta vez en compañía de las de su garganta.
-¿Su regreso al distrito es una oportunidad para actualizar historias?
-Vienen muchas cosas a la mente. Le contaba a mi hijo (Juan, de 11, que subió al escenario a tocar el cajón peruano y el bajo) que cuando tenía la edad de él íbamos con Norberto Penale a las plazas, la que está frente a la estación primero y después la Mitre porque había un colegio de chicas (la Escuela 1). Siempre salía algo para los colectiveros de la línea local 501 y no nos cobraban el pasaje.
-¿Con quiénes te juntabas a tocar?
-Con Norberto Gurvich, el Paz Martínez. Estuve la semana pasada con él, era de las figuras de acá y nos abrió las puertas. Él le daba a la guitarra como los dioses. Y se fue armando un ambiente musical… En Monte Grande siempre hubo una cosa muy abierta con el rock sinfónico, el tango y el folklore. La música andaba por acá.
-¿Qué hay en usted de aquel muchachito que tocaba en el colectivo?
-(Más bien) lo que se mantiene siempre es el hecho de que uno hace lo mejor que puede y disfruta con lo que toca y el público. La cosa no es llegar a ningún lado sino encontrar el camino y caminarlo. Ahí uno va y viene, pero volver al lugar de uno implica verlo desde otro lado.
-Al pensar un recital ¿hay un objetivo en vista al público?
 -Que el momento sea único e irrepetible. A veces ser local puede ser bueno o ponerte más nervioso (N. de R.: dio cuenta de la segunda apreciación sobre las tablas). La primera vez que toqué (en Echeverría) después de mucho tiempo fue en el Cine Monte Grande, me acordé de la gente que no está, como mi vieja, y en ese momento me quebré, me costó seguir hablando, de hecho, sólo seguí tocando. Siempre hay una emoción diferente y pensás que tenés que venir más seguido.

Los mejores bises


Momento antes de arrancar, en el camarín, la figura le adelantó en exclusiva a LA TERCERA: “La última vez que vinimos hicimos algo de latin jazz. Pero como el año pasado fue muy productivo, me nominaron a un Gardel por folklore y lo gané en tango, la idea es hacer un poco de esos géneros con alguna que otra sorpresa”.
Hasta la primera despedida del show, se sucedieron tangos y piezas folklóricas como “Milonga Sentimental” y el vals de Héctor Quatromano “Quiero ser tu sombra”, intercalados con un potpurrí de zambas y chacareras célebres, interpretadas con sus particulares acordes acompañados por el santiagueño Alejandro Tula en percusión, Amilcar Ábalos en bajo y Diego Lozano, en teclado. Después de que un grupo de desprevenidos espectadores creyeran que no había bises, llegó lo anticipado a este medio.
Fue el instante más emotivo del encuentro -en el que Salinas recibió un obsequio del intendente Fernando Gray en marco del programa La trova echeverriana- cuando convocó a su padre y homónimo, “el verdadero Salinas”, al que ya le había dedicado chamamés de su autoría. El armoniquista de 70 años interpretó dos temas que dejaron en claro que la mística sigue intacta y pidió un momento de atención para agradecer no sólo esa invitación sino la intervención en “Sin tiempo”, el último CD triple del hombre de los dedos de oro.
Para el cierre y sin aviso, Juan se sentó en el cajón peruano para evidenciar que no sólo comparte su vocación musical sino también el histrionismo escénico a la hora de conectarse con las notas. Redobló la apuesta, un par de canciones más tarde, con “Isn't she lovely” de Stevie Wonder a través del bajo, con acompañamiento guitarrero de papá.

Rosarigrandense

En una cita donde abundaron las referencias artísticas locales, la telonera del espectáculo no podía ser menos que una echeverriana, aunque por adopción. Carola Nadal, acompañada por Leonardo Ríos (guitarra) y Walter Rodríguez (bombo), presentó temas de su disco “A Fontanarrosa”, en honor a su coterráneo dibujante. No faltó la ineludible mención a Salinas a través de un tango del local Luis González.
“La vida me trajo para acá y encontré un pedacito igual a Rosario porque hay muchos artistas. Eché mis raíces, encontré la vida, mi familia, muchos amigos y gente que incluso hoy permite desarrollarme”, definió la cantante a los cronistas.



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Luis, el verdadero

Cuando subió las escaleras hacia los micrófonos, Luis Salinas padre ya tenía en claro el mensaje que iba a transmitir: “No voy a irme de este mundo porque muera nomás, voy a quedarme en mi hijo y en los que vengan detrás”, recitó. El vecino del barrio Lauda se alejó de la vidriera musical hace 35 años, pero el arte perduró en el ADN.
-¿Cómo sintió el reencuentro con Juan y Luis?
-Son dos regalos que me hizo la vida. Cuando ya pensaba que las flores se habían muerto vino él (por su sucesor) y me dijo ‘no, tenemos que hacer el disco’. Pero, como le digo a mi hija, ‘no estoy más orgulloso del Chini -su nieto- que de Luis, se siente orgullo porque le dan continuidad a la música de uno’.
-¿Cómo entiende los pasos que da su hijo en la carrera, su modo de reinterpretar los clásicos?
-Una vez le dije que tendría que hacer música comercial porque él hacía jazz solamente. Me contestó: ‘Es lo mismo que me pidas que me case con una mujer con plata. Yo hago lo que me gusta’.

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“Los militares deben estar donde tienen que estar”
El concierto terminó ya entrado el 24 de marzo. Treinta y cinco años habían pasado de la última vez en el que un escuadrón militar, con apoyo civil, llevó adelante una sublevación antidemocrática que acopió tantas muertes y desapariciones que se convirtió en la dictadura más cruenta recordada por los argentinos. La música, trinchera de muchas de esas víctimas, voz de muchos de los rebeldes y evocadora de muchas de las ausencias sin esclarecer, nunca se corrió del frente.
“En esa época hice la colimba, de 1976 a 1978. Fui de los primeros que hicieron (el Servicio Militar Obligatorio) con 18 años. Me tocó el cuerpo de Infantería de Marina, en Bahía Blanca. Esos dos años fueron duros”, describió Salinas, acodado en un aparador circunstancial, ante la consulta de este medio.
Esa vivencia y alguna pertinaz recomendación familiar marcaron la senda por la que el músico decidió posicionarse en el devenir republicano: “Creo que los militares tienen que estar donde tienen que estar, no pueden ser gobierno porque están formados para otra cosa. Mi vieja me decía que para hacer lo que (fuera que) hagas tenés que prepararte, y lo militares están para otra cosa. Hay cosas muy oscuras de las que prefiero no hablar porque las pasé y es de mal gusto. Pero lo que viví cuando salí fue una cosa que a uno lo ha marcado. No estoy de acuerdo con el asesinato, de cualquiera de los dos lados”.
Inaudito, perturbador. Puede que la realidad conmine de modos extraños, incómodos, pero allí está y reclama participar. “No creo demasiado en la política porque de donde vengo y desde que soy chico veo pibes comiendo en la calle, o que cuando tienen determinada edad ya no se les da bolilla”.
No ajeno a las contradicciones, el montegrandense reclamó acción a aquellos a los que no da crédito: “Más allá de la derecha o la izquierda, el Estado debe ocuparse de la gente que está indefensa. La delincuencia se combate con trabajo no con Policía más dura. Creo mucho en las personas que trabajan, estudian y hacen lo mejor que pueden.
Tal vez así, casi sin darnos cuenta, la cosa cambie”.


Publicado en La Tercera del 29 de marzo de 2011


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A largo plazo, sobre lo preexistente


Por primera vez desde la intervención europea de la tierra, surge de una asamblea con representantes de las etnias del país el Consejo Nacional Indígena, con autoridad para representar a los pueblos originarios. Cuestionan la proximidad a los intereses comunitarios del CPI creado por ley. Se organizan para llevar candidatos a las elecciones. Piden “no monopolizar” a la Pacha Mama, que es madre de todos y todas.

Habituada a las mundanidades cuyos determinantes históricos no tienen más que 2011 años, la cronista le consulta a la entrevistada, una diaguita calchaquí que se incorporó a la comunidad kolla al casarse con un cacique de esa nación, sobre las posibles limitaciones que la ley de reforma electoral podría generar en el conjunto partidario de los pueblos originarios. “No necesitamos una autorización judicial para hacer nuestro padrón de miembros de comunidades preexistentes y organizarnos”, aclaró, como si fuera redundante, Andrea Quevedo, titular de la Mesa Política Indígena Provincia de Buenos Aires. Su colectivo busca tener presencia en las listas de candidatos y, para definir cómo lo harán, constituyeron un Consejo Nacional a partir de una asamblea celebrada en Glew, Almirante Brown.
Defienden que es tiempo que la lucha por la defensa de su identidad -en lo simbólico y también en lo concreto, como la organización comunitaria de las tierras- alcance los espacios de decisión del Estado que adoptó el soporte físico de los gobiernos previos al arribo europeo. Una incursión con nombre propio. Mientras acampaba en la Plaza de los Dos Congresos para exigir normas que reconozcan los reconozcan, la vecina y referente de la red bonaerense creada hace 7 años dialogó con LA TERCERA sobre la aplicación de planes de gestión “a largo plazo” y con el “ideal social del origen” latinoamericano.
-¿Que el Consejo Nacional se constituyera para representarlos significa que las entidades que ya están en funcionamiento no lo hacen?
-Existe en el INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas), el CPI (Centro de Participación Indígena) que debería nuclear a hermanos de los pueblos originarios y funcionar de forma autónoma. Los trabajadores pelean para ser representativos porque son ellos quienes deben ser consultados. (En cambio,) el INAI es un área administrativa, pero cree que nos representa, cuando tiene un presupuesto para un relevamiento territorial que nunca se hizo.
-¿La institución que lanzan se concentrará en el acceso a parcelas donde vivir?
-No solamente, también en la representatividad. Acampamos aquí para pedir que se trate y vote el proyecto de ley de reparación histórica para los pueblos, con una participación más directa en el presupuesto. También nos permitiría obtener la personería de orden público, porque actualmente es de ONG cuando somos naciones. Pedimos que el convenio 169 (de la Organización Internacional del Trabajo) tenga rango constitucional porque si bien la ley 23.302 (de Política Indígena y Apoyo a las Comunidades Indígenas) adhiere a él, no fue votado por tercera parte sino por simple mayoría. Todavía tenemos comunidades que, al ser desalojadas, pelean por títulos particulares cuando deberían hacerlo por los comunitarios; en cada lado hay herramientas jurídicas diferentes.
-¿Se podría cambiar con una incursión originaria en cargos políticos?
-Sí, queremos lograr la participación directa en el Estado. En Almirante Brown, armamos el primer Consejo Indígena reconocido por ordenanza. Si bien hacemos política de estructura, en estas elecciones queremos ser protagonistas como en Catamarca, donde tenemos dos hermanos concejales por Concertación Forja, o en Jujuy, donde hay un candidato a intendente de Humauaca con su partido, el Movimiento de Participación Comunitaria Indígena. En Santa Fe, la Mesa Política acordó con el oficialismo. Además de ser ciudadanos de Almirante Brown, debemos ocupar esa banca como representantes originaros, (en función de) una política preexistente. Los pueblos no tenemos opciones para votar, con nuestro ideal social, nuestra cultura, nuestro origen.
-¿Cómo se constituye su ‘ideal social’?
-Uno de los temas es el territorial. Por falta de viviendas se pelean pobres contra pobres, que se produce al convertir la tierra en un monopolio cuando es la base de la riqueza en Argentina. No tenemos derecho de capitalizar la naturaleza. Hay que cuidarla, aunque sea con interés de crecimiento económico. Somos los hombres los que distribuimos mal las riquezas que nos da la Pacha, porque para ella somos todos sus hijos. A veces entienden que, cuando hablamos de que la tierra debe ser comunitaria, nos referimos al conformismo de manejarnos con lo básico. No estamos en contra del crecimiento, pero debe hacerse con estrategias que no lastimen ¿De qué sirvieron las monedas si, como en Japón, de un suspiro se perdió todo? Hace falta que se piensen en programas a largo plazo, no a cuatro años para ser reelectos, y eso fue lo que vimos en el Gobierno nacional, aunque tenemos diferencias, por ejemplo, sobre cómo proceder ante las mineras.

Por Noelia Leiva

Publicada en La Tercera del 29 de marzo de 2011
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23 de marzo de 2011

“En el intercambio desde la diversidad aparecen los sentidos”

Lo sostuvo Alejandro Irurzun, docente del curso “Introducción a la coordinación grupal”. La capacitación reflexiona sobre la constitución de redes de personas. Apunta a orientadores comunitarios que acompañan a personas que tienen alguno de sus derechos vulnerados. Está organizada por Red-Salud Mental y el Centro de Referencia de Lomas de Zamora.

Equipos de trabajo, colectivos de amigos o amigas, conjuntos familiares: el día a día se organiza en redes de personas con cualidades particulares, dispuestas (o no) a vincularse con otras incluso desde la diversidad. El Grupo Red-Salud Mental, de Remedios de Escalada, y el Centro de Referencia del Distrito Judicial de Lomas de Zamora pusieron en marcha la capacitación “Introducción a la coordinación grupal”, un curso de tres meses destinado a trabajadores comunitarios que intervienen en los núcleos sociales para ayudar a una interrelación más saludable.
Con la técnica del psicodrama (aquella que invita a no ser oyentes de las clases sino a intervenir mediante la interpretación de un personaje) como una de las estrategias para comunicar, las clases tienen entre sus participantes a miembros de entidades que trabajan con personas en situación de calle, jóvenes en conflicto con la ley, sujetos o sujetas que sufrieron la violencia simbólica o física, entre otros cuadros. Se trata de conocer la dinámica de cada entramado para poner en común objetivos, según le explicó a LA TERCERA el psicólogo Alejandro Irurzun, docente de la formación.
-¿Para consolidar al funcionamiento grupal es necesario involucrarse?
-Al trabajar con la gente más lastimada, si no te involucrás no podés avanzar, pero si te involucrás demasiado tampoco se te hace posible. El curso intenta ofrecer herramientas para que el trabajo no lastime a quien intenta asistir. Como diría (el psicólogo social) Alfredo Moffat, hay que ir al campo con una caja de herramientas lo suficientemente apta para bancarse un sufrimiento que no se resuelve con palabras solamente, mucha desdicha, familias lastimadas, ausencias muy significativas, falta de modelos.
-¿Es necesario conocerse a sí mismo y a los demás integrantes para ser parte de un equipo?
-Conocer la particularidad de las personas con las que se trabaja es importante. En principio, la gente que viene es porque a veces se encuentra desprovista de poder hacer algo más que estar ahí. Mediante el psicodrama un muchacho trajo la necesidad de ver a sus hijos, pero no podía porque regía una medida judicial. Él estaba en situación de calle y a la noche pernoctaba en una institución. Otro hombre no estaba impedido por (un recurso de) exclusión pero no podía ver a sus chicos porque sentía vergüenza por un hecho que lo había llevado fuera de su casa. Uno tenía la libertad y no sabía que hacer, mientras el otro carecía de ella. En los grupos, de ese intercambio surge la posibilidad de pensar con otros.
-¿Cómo se organizan los roles para que no haya un líder autoritario?
-Es parte de lo normativo, se define cómo se llevará a cabo la tarea. Nadie es ni tan sano que no tenga que aprender ni tan enfermo que no tenga algo para ofrecer. En la vida hay que compartir habitaciones, hay que aprender a renunciar, aceptar que se es uno más, no uno menos. Para que todo salga mejor debe haber una palabra compartida, heterogeneidad. En esa diversidad cada uno tiene derecho a poseer su mirada sobre la realidad y en el intercambio aparecen los sentidos.
-¿Puede tenderse a señalar que lo dañino está fuera del conjunto propio?
-Sí, una de las tendencias es a la victimización. Siempre los malos están afuera. Por ejemplo, para un señor de 50 años lo malo puede ser que su señora no quiere tener intimidad, pero para ella lo malo es que él sólo quiere tener relaciones sexuales. La realidad es esencialmente subjetiva. Ese cruzamiento de resonancias y del mundo imaginario de cada uno es lo que enriquece.
-Al principio mencionó casos de relaciones entre padres e hijos, ¿qué importancia tiene la familia en la constitución de los miembros del grupo?
-La matriz familiar es sumamente condicionante de como se cría un humano. Esto de la familia Ingalls donde papá y mamá condicionan todo está muy lejos de ser realidad porque hay otros integrantes no animados como los medios masivos de comunicación o los modelos que asumen en la escuela. Esa institución del padre que se respetaba desde el miedo no existe, más de una vez los hijos se relaciona con los padres desde un lugar parejo, cuando en realidad es una estructura piramidal no autoritaria en la que algunos llegaron primeros que otros.

*

Las clases finalizan el próximo 27 de mayo. Se realizan en Del Valle Iberlucea 4277, a cinco cuadras de la estación Remedios de Escalada. Participan cerca de 70 personas por encuentro. Los organizadores, estiman que en la segunda mitad del año evaluarán la puesta en práctica de los conceptos. 
Info: grupo_red01@hotmail.com

Por Noelia Leiva

Publicado en La Tercera del 21 de marzo de 2011

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14 de marzo de 2011

Recolectando derechos perdidos

El Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) convocó por segunda vez en su historia a la elección de conductores de la cooperativa que lo representa. La celebración tiene sabor a triunfo porque consiguieron trocar una actividad producida por la pobreza, como es la colecta de cartón de las casas para vender, en una fuente organizada de ingresos, pese a que su condición laboral sigue sin formalizarse. Hay una regla madre: los niños y las niñas no trabajan.

La democracia consolidó la centralidad de los individuos como decisores de la vida política de su propia comunidad en polis conformadas por una reducida cantidad de personas, a comparación de las urbes 2.0. Pese a la lejanía de la Grecia original, epicentros de trabajo barrial revalorizan el concepto de elección de representantes del Soberano. El Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) es un ejemplo de esa perspectiva, que transformó una actividad laboral desprendida de la exclusión social como la recolección de residuos urbanos en una práctica con reconocimiento institucional. En la selección del directorio de su cooperativa “El amanecer de los cartoneros” participaron 1500 miembros, la mayoría del Conurbano sur.
Fue la segunda celebración ciudadana en dar cuerpo al concepto de organización política y social. Durante el encuentro, los cuartos oscuros se armaron en Tandil y Olivera, a metros del Parque Avellaneda. Hombres y mujeres viajaron, como todos los días, desde Lomas de Zamora y Lanús hasta el centro porteño, aunque esa vez no para recoger los desechos de las casas. “Uno ve que en sindicatos y universidades, en la política en general, se agarran a piñas por tres votos, y que gente que viene del barro, de la pobreza más profunda, tenga este sentido cívico es gratificante”, redimió Juan Grabois, abogado y militante del colectivo.
Como todo equipo autogobernado, sus miembros acordaron un orden de prioridades que responde a sus necesidades básicas: participación equitativa y protección de la infancia son dos pilares en la gestión de la actividad en el día a día. Los ingresos producidos por el grupo son distribuidos horizontalmente, pero el efectivo que cada quien obtiene al vender lo recolectado durante la jornada va al bolsillo individual, porque “es importante que la cultura del trabajo y la solidaridad vayan de la mano: no se puede ser solidarios en base al trabajo ajeno, salvo situaciones extremas”, subrayó el referente, en diálogo con LA TERCERA.
Si bien el camino hacia las urnas internas no tiene obstáculos por definición (no faltan los ‘punteros’ barriales que avizoran los beneficios de conquistar una masa de 2200 personas como es el Movimiento), entre los candidatos que fueron escogidos hace 15 días no había dirigentes mayores porque “decidieron dejarles el lugar a los más jóvenes”. Los grandes aportan desde afuera de la Comisión, ahora presidida por Emilio Carrasco, la experiencia de los primeros años de lucha, cuando Mauricio Macri ocupaba la pantalla mediática para impedirles caminar por las callecitas de Buenos Aires.
La persistencia de la meta bien fijada les permitió acceder a una obra social, un monotributo y un “incentivo” de 600 pesos mensuales. Llevan un uniforme similar al personal de limpieza contratado por el Gobierno porteño que los “identifica como trabajadores”, en un terreno de detrimento del prejuicio producido en las arterias más ‘tops’ al inicio de la visibilización de la tarea.
“Por el nivel adquisitivo de los barrios de Capital Federal, se produce más cantidad de carros que en el Conurbano. Es más redituable trabajar acá”, explicó Grabois. Así como el titular del PRO “tuvo que aceptar un programa de reciclado prácticamente dirigido por las cooperativas”, muchos frentistas incorporaron el trato igualitario con los adultos que ‘cartonean’. Se logró, en general, tanto, que hasta nacieron historias de amistad y amor.

Igual de niños

Una condición diferencia a los trabajadores y las trabajadoras de quienes no deben serlo: la edad. “Los chicos están en una guardería para erradicar el empleo infantil del sector”, planteó, categórico, el integrante del MTE. Para la Fundación Che Pibe, que se encarga de cuidar a los nenes y las nenas, el nombre adecuado es Escuela Maternal Infantil y Casa del Niño, porque “no es un lugar para ‘guardar’ a los pequeños”, diferenció Marcela Val, miembra de la entidad de Villa Fiorito.
La clave para el éxito del programa es pensar actividades desde la educación popular que les hable desde un lugar de pares.  “A un pibe que viene de una situación de vulnerabilidad no podés dejarlo frente a la televisión durante siete horas, sin una actividad superadora”, instó. Los 150 gurrumines concurren desde las 17 hasta la última hora del día, que es el tramo en el que sus padres van a vender lo obtenido y ellos se quedarían solos.
Por septiembre de 2009, cuando largó la iniciativa, los niños todavía trabajaban como adultos, a diferencia de otros de su edad, que estaban en la escuela. Ahora “pueden dar una mano, que es normal, pero ya no como antes”, cuando se desenvolvían como si sus cuerpos fueran mayores. Pero no todo está hecho: hace falta llevar el cupo a 200 integrantes y, por lo tanto, ampliar el predio. Para colaborar con mano de obra o materiales, pueden comunicarse a fundacion_chepibe@hotmail.com y 4286-5987.


Por Noelia Leiva

Publicado en La Tercera del 14 de marzo de 2010 http://www.diariolatercera.com.ar/detalle.php?articulo=Recolectando-derechos-perdidos&tipo=1&documento=7515&sistema=diarios

2 de marzo de 2011

Una invitación a la creatividad literaria

Marta Mazzilli es una de las docentes y escritoras montengrandenses cuya trayectoria obtuvo más reconocimiento. Coordina talleres literarios que concibe como una llave para que cada quien abra el propio mundo de las palabras. Recibe a adultos y niños. Tres jóvenes fueron galardonados en Chubut. La coordinadora y dos de las premiadas conversaron con LA TERCERA.

Si la escritura es una puerta a simbolizar en un plano más audaz que el de la cotidianeidad, los espacios de germinación de la palabra como los talleres literarios son ámbitos de “libertad creativa”, definió Marta Mazzilli, quien da vida a uno de esos templos de inspiración desde hace poco menos de dos décadas. Para la educadora, conocer las reglas de los géneros y leer son el punto de partida hacia las criaturas propias. Esa forma de trabajo también construye obras premiadas: tres de sus alumnos, dos niñas y un joven, fueron galardonados en el certamen “Gonzalo Delfino 2011”, de Gaiman, Chubut.
Cada año quienes concurren a la casa de la docente, que se transforma en aula, saben que encontrarán un proyecto guía diferente que atravesará la producción y la elección de autores. Grandes o chicos, pueden recorrer páginas de hacedores rusos, japoneses o latinoamericanos, jugar con los colores o toparse con una propuesta musical que invite a organizar significantes en función del sonido. Puede haber invitados, una jornada en la ciudad, una tarde en un bar para observar a los ocasionales protagonistas de la escena e inventar sus historias. La ex directora del Centro de Investigaciones Educativas (CIE) local y las noveles escritoras recientemente reconocidas, Melina Rodríguez (10) y Giuliana Camarda (12) describieron ante LA TERCERA su experiencia en los encuentros y su mirada sobre los caminos de adhesión a las letras.
-¿Cuándo comenzó su vínculo con la literatura?
-GC: Desde que soy chica leo y me gusta escribir. Mi mamá me leía cuentos, mi abuela me los inventaba. A veces sacaba ideas de un libro y escribía.
-¿Solés leer el material que creaste?
-GM: A veces, cuando me da nostalgia. Me acuerdo que cuando mi maestra me hacía escribir un poema era la última en salir del salón.
-¿Notás cambios en tu búsqueda como escritora a lo largo del tiempo?
-GM: Ahora tengo más conciencia del mundo, de la vida y de lo que se puede hacer con las palabras.
-MM: En general las mamás vienen porque en la escuela no leen ni redactan. En el taller logran la motivación. También adultos o niños que necesitan expresarse a través de la palabra son enviados por psicopedagogas. Soy una amante de la heterogeneidad, por lo tanto todos se incluyen en los grupos. Otros, como estas niñas, vienen porque les gusta, que es lo más lindo.
-MR: Desde chiquita quería escribir poesía y cuentos. Mi mamá siempre me leía. Cuando me quería cambiar (un fragmento de la narración) porque se aburría, le decía que no era así, ya me lo sabía. Tengo una carpeta con lo que hice, aunque hay algunos trabajos que no terminé porque no sabía cómo hacerlo o se me ocurrían más ideas y empezaba otro.
-¿Preferís el cuento o la poesía?
-MR: El cuento me gusta más.
-MM: Paradójicamente, ellas dicen que se sienten más seguras en un género y en realidad brillan en otro, como nos pasa a todos.
-¿Por qué se produce ese fenómeno?
-MM: Creo que es por lo que no hacen en la escuela. La comodidad siempre va para el mismo lado: la narrativa. La poesía se trata como un tema curricular, generalmente. No hay creación. Los que creen que les gusta, vienen con la receta de la rima o la escritura romántica, la descripción de un paisaje. Acá se les da vuelta la cabeza, se dan cuenta de que trabajan poesía libre, con una óptica surrealista de la situación, empiezan a sintetizar lo que antes explicaban con muchas palabras.
-¿Hace falta más lectura en las instituciones?
-MM: Lo cumplen como un deber, la mejor manera es hacerlo con entusiasmo. Falta motivación y corrección. En los talleres literarios en general no se corrige. Hay gente que se puede satisfacer con eso pero hay otra que quiere aprender.
-GM: Los libros son fundamentales, te transportan a un mundo donde no es tan difícil vivir.
-¿En su taller intercambian opiniones sobre sus obras?
-GC: A veces hay un poco de timidez. Para mí, el mayor placer constituye escribir, como diría Virginia Woolf. Escribir para los demás es algo superficial.
-MM: La etapa de comunicar viene después. Ningún gran escritor tuvo la obligación de leer en voz alta. Hay cosas que surgen de un lugar muy profundo del alma o del dolor ¿Para qué convertir un momento placentero en uno de quiebre? Es un espacio de libertad creativa.


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Mirando al sur

El certamen respaldado por la Biblioteca Popular chubutense Ricardo Jones Berwyn recibió obras de tres escritores de Esteban Echeverría. Todos recibieron aplausos. Franco Rosso Lobos con su cuento “Revolución de Octubre” obtuvo el primer premio en la categoría Juvenil, la poesía “Esqueletos” de Camarda se llevó el tercer puesto en Infantil y su narrativa “La misma realidad, distintas lentes” el segundo en la división prosa. Rodríguez logró el segundo escalón del podio con sus versos “Mi selva misionera”, también elegida entre otros nenes y nenas.

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Camarda: “Sócrates decía que todos pueden razonar de la misma manera, tanto niños como adultos, esclavos como ricos. Con la escritura pasa lo mismo: si lo sentís, lo podés plasmar”

Rodríguez: “A mí me dicen ‘¿no te aburrís de leer todo el dia?’, porque a veces a las vacaciones me llevo libros. Y les digo ‘¿pero ustedes no leen?’, porque a mí me gusta”


Por Noelia Leiva

Publicada en La Tercera del 28 de febrero de 2011

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