21 de julio de 2011

Santa Catalina es Reserva Natural Provincial



Por Noelia Leiva

Lo declaró la Cámara de Diputados bonaerense ayer. Aprobó el proyecto que el Senado había devuelto con modificaciones. Algunas parcelas serán consideradas Paisaje Protegido, cuya reglamentación resta por hacer. Daniel Scioli deberá decidir si lo promulga o lo veta. Una victoria para la lucha vecinal.

La única lucha que se pierde es la que se abandona. Ayer, para los vecinos y vecinas de Lomas de Zamora esa sentencia dejó de ser solamente una invitación a la esperanza: después de cuatro años de organización, el predio lomense de Santa Catalina fue declarado Reserva Natural Provincial. La Cámara de Diputados bonaerense reforzó el aval que le dio en 2010 y aprobó por unanimidad el proyecto enviado por el Senado con modificaciones. El gobernador Daniel Scioli tiene en sus manos la decisión de promulgar o vetar la iniciativa.
El recinto estaba colmado de banderas, como si, una vez más, un trozo del distrito se hubiera instalado en La Plata. Otro tanto seguía la definición a través del canal on line del Legislativo, las redes sociales o los mensajitos de texto. Es que la resolución puede analizarse desde dos planos: el de la conservación de las 728 hectáreas del espacio, según consta en el artículo 1 de la flamante ley, y el del significado de cuidar al ambiente que, como repitió el colectivo desde el inicio, “no es de nadie pero es de todos”.
Las modificaciones que introdujo la Cámara Alta provincial determinó que las parcelas que contienen actividades humanas con fines educativos serán consideradas bajo la figura de Paisaje Protegido, lo que implica un grado de protección menor al que abraza al resto de la superficie -laguna incluida- pero habilita la continuidad de, por ejemplo, las prácticas agrícolas amparadas por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). El próximo paso es elaborar la reglamentación del área, si Scioli no echa por tierra las manos levantadas de los legisladores.
“Estamos felices de la vida, como todos los que desde su lugar aportaron un granito de arena”, sintetizó ante LA TERCERA Sergio Federico, integrante de la Asociación Ambiental Pilmayqueñ, en nombre de sus compañeros de cruzada. El arribo a la meta “no hubiese sido posible sin la lucha de los vecinos. El único éxito y logro es de ellos”, aclaró, instantes antes de la aprobación, el diputado del GEN Marcelo Díaz.
Su par de Unión Celeste y Blanco, María Elena Torresi, se adelantó al voto: “Es un día de fiesta donde Santa Catalina es una realidad”, celebró, y destacó la labor del ingeniero agrónomo local Alberto De Magistris que aportó su investigación sobre el espacio verde para elaborar los fundamentos del proyecto. Instantes después llegó el festejo, cuando se escuchó el “aprobado” oficial.

Chau Covelia

La conservación del equilibrio natural que implica la declaración de Reserva llama a la empresa de recolección de residuos Covelia S.A. a detener su avance en el territorio, como ya lo determinó hace 15 días el juez federal de Quilmes Luis Armella. El magistrado dio a lugar a una demanda presentada por la organización vecinal que ordenó la “inmediata paralización de toda obra, construcción o actividad en el predio y laguna Santa Catalina y la remoción de todo vehículo, maquinaria y material constructivo”.
El documento también reclama la puesta en práctica de medidas de conservación para que el ecosistema recupere las características que tenía en 2008, cuando comenzaron los rumores de que se instalaría allí una planta de tratamiento de residuos. Un camino en el centro de la laguna, desagües artificiales, senderos para la circulación de camiones de gran porte, traslado de escombros y basura y la construcción de un muro de cerca de 400 metros fueron algunas de las acciones que concretó la firma, en detrimento de la supervivencia de uno de los últimos pulmones verdes de la Cuenca Matanza Riachuelo.
Con la reciente aprobación, deberá definirse cómo cumple la compañía con el mandato de la Justicia y cuál será su futuro en la superficie que compró a la UNLP pese a que se trataba de un Espacio Verde Público.

En el camino

“Cuando empezamos sabíamos lo que estaba sucediendo, que había una laguna que se querían vender. Con mi sobrino empezamos a juntar firmas, queríamos hacer una ordenanza”, describió Patricia Rodríguez, secretaria de Pilmayqueñ y pionera en la defensa. Sin saberlo, habían coincidido con De Magistris y el abogado Julio Medina, que poco después empezaron a recorrer aulas para contar que en Camino de Cintura y Juan XXIII había un predio que cuidar.
Hubo charlas, cartas, petitorios. Casi 50 mil personas rubricaron desde entonces la planilla que pedía la protección. También hubo discusiones y detenciones: los poderes involucrados eran (son) lo suficientemente fuertes como para retrasar el cronograma. Un día al especialista en Derecho le dijeron, en pleno epicentro lomense, que “si quería hacer política, se armara una lista”. Eso y la demora en las respuestas alcanzaron para convocar a la primera movilización.
Y no pararon. Tenían con qué: 550 hectáreas de espacio verde, 25 de laguna en perfecto estado; 90 de pastizales  bajos, 70 bosque implantado mixto y 4 de talares eran la base ideal para demandar la tutela. Al iniciar la investigación, se detectaron 700 especies de plantas, 17 de mamíferos, 10 de peces y 7 de reptiles, entre otras tantas, según el estudio del agrónomo. Eran mucho más que números. La vida pedía acción.


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El proyecto protege a las 728 hectáreas indicadas por el registro catastral,
incluida la laguna. 
Las parcelas en las que se desarrollan actividades 
agropecuarias serán consideradas Paisaje Protegido.


Publicado en La Tercera del 14 de julio de 2011

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