31 de enero de 2011

“No nacieron con una pistola en la mano, sino con un carretel de grabación que imprime la sociedad”

Por Noelia Leiva

Lo planteó la titular de uno de los 24 hogares que le pidieron al gobernador Daniel Scioli políticas sociales más inclusivas. El recorte mediático y político que impulsa la carrera por encontrar culpables de los hechos violentos. Detrás, las organizaciones que trabajan en la prevención, a través de la promoción de derechos. Y el faltante presupuestario que expone a las instituciones al riesgo de cerrar sus puertas.

La lógica retrocede a la época feudal: quien nacía en el seno de una familia hidalga era coronado con la legitimidad de sus decisiones, pero quien lo hacía en la pobreza debía reducir su vida a la monotonía detrás del fortín. En pleno siglo XXI, las organizaciones abocadas a la infancia creyeron necesario subrayar que las cualidades de vida de un sujeto o sujeta no dependen de las condiciones de su alumbramiento sino de las oportunidades que encuentra o le son vedadas después. “Ningún niño nace delincuente ni asesino”, enfatizaron las integrantes de la Red de Hogares y Centros de Día de la provincia de Buenos Aires en una carta abierta al gobernador Daniel Scioli.
“Ellos no vinieron al mundo con una pistola en la mano sino con un carretel de grabación vacío que imprime la sociedad”, llamó la atención Ángela Adamini, responsable del Hogar La Casa de los Chicos, de la browniana José Mármol, y una de las pioneras en integrar el colectivo bonaerense. “Tenemos la obligación de reclamar la protección de sus derechos a comer, educarse, transformarse en ciudadanos”, convocó, en diálogo con LA TERCERA.
El documento fue firmado por 24 entidades del Conurbano que dedican la jornada completa a la contención de los infantes. Encuadran su labor en la Ley 13.298 que derriba el concepto de los pibes como objetos. Pero la estigmatización de los individuos que carecen de recursos económicos y posibilidades de desarrollo también les calzan el traje de ‘malvivientes’. “Hay temor hacia esos chiquitos, pero en realidad la culpa es de todos (por el colectivo social completo), cuando ya son cuatro generaciones sin escolaridad, salud ni trabajo”, planteó la referente.
Una porción de la agenda mediática y política busca un chivo expiatorio. Cada vez que un hecho de violencia tiene a un pequeño como protagonista (porque, claro, poco se dirá de aquellos en los que son víctimas) la granja se agita hasta recurrir al mismo efugio, con la creatividad exprimida. El pedido de ‘mano dura’ de otros tiempos se replica en padres que ven a pibes de la edad de sus hijos como potenciales enemigos, pero también en legisladores y funcionarios. Recluir en una institución penal a personas de menor edad -desde los 14, según el tema del momento- es lo “adecuado” para muchos a los que el poder sí les dio voz.
En cambio, para quienes le ponen el cuerpo al desafío hay otra explicación: “En el camino hacia su adolescencia muchos pasan cosas que hacen que sus valores se trastoquen por eso hoy no sólo roba, sino mata y deja de creer en todo”, expone la misiva que ni Scioli ni el ministro de Desarrollo Social Baldomero Álvarez de Olivera respondieron, al cierre de esta edición.
“Creemos en la prevención más que en trabajar en el delito, por eso los recibimos desde tan temprana edad, se forman con otra mirada sobre la vida”, entendió, por su parte, Norberto Holubico, del Hogar Rinconcito de Amor de Loncghamps.
En la lista de adherentes también se lee Casa MANU de Esteban Echeverría, la browniana El Alba, Nuestra Señora de la Gracia de la Asociación Mensajeros de la Paz, la Casa de los Chicos Ceferino de Lanús y entidades de La Plata, Tigre y Campana, entre otros.

Porque “los chicos no votan”

Hasta que la discusión vuelve a la redistribución de la riqueza, el faltante que no genera puertas masivas. “Hoy nuestros Hogares y Centros de días están cerrando por falta de recursos, por lo que dejan a más niños desprotegidos”, denuncia la carta colectiva. “Se supone que tenemos que tener recursos para mandarlos a la escuela, pagar servicios, al personal, las visitas médicas, las salidas; pero lo que tenemos es mínimo”, planteó Andamini.
Las becas que el Estado bonaerense otorga por niño no guardan relación con los costos del cuidado. Para zurcir las roturas del amparo social, las entidades se valen de colaboraciones particulares, mientras aguardan una modificación en las políticas gubernamentales. Sospechan que la falta de compromiso perdura porque “los chicos no votan”, cuestionó la representante de José Mármol.

*

Cuando el río suena…

Cristina Fernández: “La reducción a 14 años es un derecho penal juvenil diferente para darle un marco de protección, pero también de adecuación a los tiempos que corren. Discutir esto es desviar verdaderamente el problema”.

Florencio Randazzo: “Los jueces tienen las herramientas como para que, aquellos pibes que no sean imputables pero peligrosos, estén detenidos como corresponde”.

Adolfo Pérez Esquivel: “¿Cuándo van a preguntarles a los chicos cuál es su seguridad?”.

Eugenio Zaffaroni: “Un adolescente no es inimputable por el hecho de ser adolescente, es menos reprochable por encontrarse en un proceso evolutivo”.

Daniel Scioli: “Estoy de acuerdo con la ley que baja la imputabilidad de los menores (y en) tener mayor rigurosidad en la aplicación de estas leyes”.

Publicado en La Tercera del 31 de enero de 2011

http://www.diariolatercera.com.ar/detalle.php?articulo=No-nacieron-con-una-pistola-en-la-mano,-sino-con-un-carretel-de-grabaci%F3n-que-imprime-la-sociedad&tipo=1&documento=7211&sistema=diarios

25 de enero de 2011

Mates bajo un cielo de igualdad


Por Noelia Leiva

Los fines de semana, Puerto Madero se calza la bandera de la equidad. Hasta allá viajan representantes de la región que se suman a las Mateadas por la Diversidad, un espacio para compartir experiencias, necesidades y deseos, con una amplia presencia del colectivo de gays, lesbianas, bisexuales y trans. La información también es puesta en común. Importa que nadie se sienta solo, ni sola.

El primer encuentro surgió como todos los buenos proyectos: con la atención a las ideas, pero también a las sensaciones. Fue cuando un grupo de amigos y amigas se citaron para disfrutar al aire libre de una tarde porteña y que tuvieran consigo la bandera del Orgullo Gay no generara reacciones adversas como tiempo antes de la Ley de Matrimonio Igualitario, la consagración que empezó a rescatar a las múltiples identidades sexuales del purgatorio de los prejuicios. Esa experiencia fundacional les prendió la lamparita: ¿por qué no convertir esa ronda en una invitación colectiva? Desde entonces, cada semana Puerto Madero recibe a la Mateada por la Diversidad, hacia donde también viajan vecinos y vecinas del Conurbano sur.
Si hay algo con lo que coinciden los organizadores de la iniciativa es que la “integración” se fija como objetivo. Al inicio de cada reunión, quienes llegan están invitados a presentarse, una forma de abrir el juego. Mientras se comparte un mate o un refresco y algunas galletitas, la charla gira en torno a las inquietudes de los participantes porque “las relaciones interpersonales son lo primero” a sembrar, le indicó a LA TERCERA Alberto Suar, uno de los cuatro coordinadores e integrantes de la Fundación Buenos Aires Sida (FBAS).
Como él, varios de los iniciadores componen instituciones del campo popular comprometidas con la defensa de los derechos para todas y todas, pero aclaran que las citas de cada sábado o domingo no forma parte del calendario de ningunas de esas entidades. No obstante, el asesoramiento legal o sanitario y el ejercicio de la contención que cada uno pueda llevar de su militancia también se suman a la propuesta, en el parque Micaela Bastidas.
“Quienes están solos tienen que saber que estamos acá, que nos acercamos”, convocó Fernanda Harris, la representante del género femenino en el cuarteto que prepara la mateada. En él también se cuenta José Luis Vicente, otro miembro de la FBAS. Entre las 130 personas que concurrieron a las tres juntadas ya realizadas hubo de Lomas de Zamora, Banfield, Temperley y Turdera, por lo que el colectivo espera pronto visitar alguna de las plazas sureñas.

Miradas en el espejo


No es que algo haya cambiado, pero sí. Es decir, el amor y los deseos son los mismos que estuvieron siempre en las personas de todos los géneros y tienen la capacidad de ser redescubiertos, a veces, incluso después de años. En pleno ágora, la quita de las cadenas a esos sentidos fue el cambio. La Ley ya no fundamenta a los coliseos romanos porque entiende que debe ser cada humano o humana quien decida con quién, cómo o cuándo compartir su vida con otra persona, de su sexo o no.
“La revolución se generó a partir del 1 de diciembre de 2009, cuando Alex Freyre esperó junto a muchos, entre ellos yo, para saber si (el jefe de Gobierno de Buenos Aires, Mauricio) Macri lo dejaba casarse. Eso generó mucha movida en la gente, apertura mental”, analizó Diego de Jesús Arias, el primero que tuvo la intención de juntarse a tomar mate, ese símbolo criollo al que, de paso, “se le saca la carga machista” con la ‘cebada’ en red.
La televisación del debate por la norma de matrimonio igualitario provocó “que muchos salieran del closet en ese momento frente a sus familias”, rescató el también representante de la Federación de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans. Aunque todavía falta desandar obstáculos, sobre todo en una porción de adultos que superan los 40 años, los fines de semana son una invitación a reconocer el camino de la inclusión.


Para más info, se puede buscar el grupo de Facebook 
“Mateadas x la Diversidad Bs As”.

Publicada en La Tercera del 25 de enero de 2010
http://www.diariolatercera.com.ar/detalle.php?articulo=Mates-bajo-un-cielo-de-igualdad&tipo=1&documento=7160&sistema=diarios

20 de enero de 2011

"Si es difícil ser mujer hoy, mucho más si vivís con VIH"

Por Noelia Leiva

Lo planteó una de las responsables de un informe que investigó sobre la vinculación de las jóvenes y adultas que conviven con el virus y los profesionales que las atienden. Muchas denunciaron que no reciben información sobre la patología, los efectos de su medicación ni las formas de evitar la transmisión. “La falta de tiempo y compromiso” como causa de la desidia.

Como el adulto que reprende a un niño en el nombre de la autoridad que le asigna el paradigma que pone a los chicos y las chicas al nivel de un ente ‘incivilizado’. Como la dominación de los varones hacia las mujeres, una estrategia para no compartir el poder. Así, la vinculación entre pacientes y profesionales de la salud puede ser igual de asimétrica que otras relaciones verticales si el galeno se sube al pedestal del único detentor del saber. Según el último informe elaborado por la Red Argentina de Mujeres Viviendo con VIH/Sida, el 63 por ciento de las sujetas que conviven con ese virus tiene una “mala relación” con sus médicos.
La desigualdad puede vestirse con los trajes del prejuicio. En los consultorios, hay especialistas que siquiera revisan a las que solicitan la consulta porque “todavía relacionan (la patología) con la promiscuidad o el uso se drogas”, denunció ante LA TERCERA María Eugenia Gilligan, responsable de la segunda investigación de la entidad con sede en la Ciudad de Buenos Aires. Para llegar a sus conclusiones, consultaron a 30 sujetas del Conurbano bonaerense, Rosario, Córdoba y el territorio porteño.
Si la falta de información confiable transforma lo desconocido en amenaza, la brecha de conocimiento que aleja a quienes tienen acceso a la educación y quienes no favorece la demonización del cuadro sanitario. De ser un ‘grupo en riesgo’, es decir, un colectivo que requiere un cuidado extra para su salud, pasan a ser “personas de riesgo para los demás”, planteó el documento de la institución.
El “estigma” vence las fronteras sociales y traspasa el límite de lo privado porque “en muchos casos son excluidas por sus familias y otras se autodiscriminan”, es decir que “se aíslan, cuando se higienizan se lavan con lavandina, están temerosas de tener relaciones sexuales o de formar nuevas parejas”, explicó, por su parte, Marina Dátola, la encargada de llevar adelante las consultas en Lomas de Zamora, Lanús y Almirante Brown. “Si es difícil ser mujer en esta sociedad, mucho más si vivís con VIH, porque sos excluida”, reprochó.
El estudio -denominado “Im-pacientes II” en oposición a la asignación de la ‘pasividad’ a los y las que solicitan un diagnóstico sobre su organismo- reveló que el 80 por ciento de las participantes no fue notificado sobre las características y posibles efectos adversos de su medicación, mientras que el 77 por ciento aseguró que nadie con guardapolvo blanco les contó sobre las vías de transmisión y los métodos para evitarla.
Sin embargo, la opción de cambiar de médico o médica o de elevar la queja por las falencias en la atención no es tenida en cuenta por la mayoría de las jóvenes o adultas que conviven con la enfermedad. “Hablar libremente de lo que les pasa en estos temas tan delicados, como la sexualidad, a las mujeres con poco acceso a la información les da miedo, (temen que) si hablan de más el servicio de su hospital no las atienda”, describió Gilligan.
El dedo inquisidor societario sobre sus decisiones también pretende recortar la elección de las individuas sobre la maternidad, porque hay especialistas que frente al pedido de asesoramiento para planificar la gestación de un hijo devuelven un “no podés, vas a traerlo para sufrir”, reprodujo la coordinadora del informe a partir de los testimonios obtenidos. Y si no quieren llevar adelante un embarazo, también encuentran resistencia al solicitar pastillas anticonceptivas o dispositivos intrauterinos porque “creen que no van a usar más preservativo”.
Según la experiencia de Dátola, hay explicaciones para la distancia que sostiene un sector de los repiten el juramento de Hipócrates: “Para algunos hospitales es una cuestión de tiempo porque están desbordados y en otros lo que falta es compromiso”, planteó. Para lograr la “sensibilización” del cuerpo médico y ahondar en el empoderamiento de las sujetas que viven con el virus, la Red organiza grupos de consulta y contención que, en la zona, tienen escenario en los centros sanitarios públicos Luisa Cravenna de Gandulfo, de Lomas; el lanusense Evita y el Arturo Oñativia, de Rafael Calzada.


Publicada en La Tercera del 20 de enero de 2010

http://www.diariolatercera.com.ar/detalle.php?articulo=Si-es-dif%EDcil-ser-mujer-en-esta-sociedad,-mucho-m%E1s-si-viv%EDs-con-VIH&tipo=1&documento=7127&sistema=diarios

Pintadas por la equidad laboral entre hombres y mujeres



Las tareas domésticas que ellas realizan también son “trabajos”. Las responsabilidades de ellos incluyen el cuidado de los hijos. Esas son las propuestas de la intervención urbana: concientizar sobre la igualdad de género.

Irrumpir en el espacio público suele ser la estrategia perfecta para dar entidad palpable y reconocible para los demás a situaciones de vida en la que implosionan conflictos sociales o individuales. Esa lógica fue la que entendió la Asociación Civil Creando Juntas, del browniano Don Orione, a la hora de pintar en el barrio stenciles con referencias a la equidad de género: la visibilización de las tareas domésticas como un “trabajo” y la incorporación del varón al cuidado de los hijos.
Las paredes y los bancos de la plaza pueden convertirse en carteleras desde donde gritar información o invitar a mirar lo que siempre se vio, pero con otra perspectiva. Desde diciembre, los espacios públicos próximos a la Manzana 35 donde funciona la institución se pobló de “señalizaciones” en las que indican que la leyenda “Hombres trabajando” cuadra para identificar a un padre que cambia los pañales de su beba o bebé, según representa la obra de arte urbana, de modo que sus responsabilidades no sólo estén asociadas a la fuerza o la toma de decisiones en órbitas de poder. Una figura femenina que tiende la ropa lleva el mismo título pero con su equivalente genérico, para señalar que los quehaceres caseros no son actividades inherentes al ‘ser mujer’ sino una labor que debe ser reconocida como las realizadas en otros ambientes privados.
“Estamos a favor de la igualdad de oportunidades. Una lava, cuida a los chicos, barre, cocina… todo eso no se ve”, recalcó Cristina Centeno, titular de la entidad. La equidad también se gesta en una “crianza compartida” de los niños o las niñas, un desafío que les aclara a ellos que “no es una obligación (de sus compañeras) sino un mandato patriarcal”, apuntó la referente, en diálogo con LA TERCERA. También las sujetas deben atravesar estructuras y aceptar que “hay otra opción” a la que equipara el ser una  ‘buena mujer’ con la dedicación exclusiva al rol de madre-esposa.
“Algunas dicen que es muy bueno concientizar para que los maridos ayuden, aunque siempre está el que te dice que ensucias el barrio”, planteó la dirigente. Pese a ello, la metodología de instalar carteles en la avenida Eva Perón y los sitios próximos al centro comunitario local es identificada como una “estrategia transgresora” que cumple su objetivo multiplicador. Al aire libre también están las pancartas que aclaran que la pastilla de anticoncepción de emergencia (o ‘del día después’) puede tomarse hasta 72 horas tras la relación sexual riesgosa, no sólo luego de las 24.
Creando Juntas entiende que la palabra es el adminículo esencial para excarcelar mitos promovidos por el machismo. Por eso, incluso en verano funciona el espacio de asistencia a víctimas de abuso y maltrato, que pueden pedir ayuda al teléfono 4268-3252 o buscar información en www.creandojuntas2002.blogspot.com. En marzo retomarán los talleres de arte y las rondas donde compartir sus vivencias con sus pares.

Por Noelia Leiva

Publicada en La Tercera

14 de enero de 2011

Mujeres que viven con VIH: 'pacientes' de la indiferencia


Por Noelia Leiva

Los profesionales se ubican en el lugar del saber. Pero no explican. A veces, ni siquiera revisan a sus pacientes porque todavía asocian al virus con “la promiscuidad o el uso de drogas”. Y si ellas planifican su maternidad, no falta quienes le presagian para sus hijos o hijas un destino alejado de la buena salud. Así lo rescató el último informe elaborado por la Red Argentina de Mujeres Viviendo con VIH-Sida.

Patriarcado: red invisible que pretende organizar el destino de las personas según su género, con privilegio del masculino, al que corona como detentor natural y anacrónico de la dominación. Ese detrás de escena social no es ajeno a la esfera sanitaria, donde ni siquiera la intimidad es entendida como potestad de las sujetas. El lugar de poder ejercido por el médico, es, en ocasiones, el pedestal del que son expulsadas las ‘pacientes’, ya cautivas desde su definición semántica. Por eso, el 63 por ciento de las mujeres que viven con VIH en la Ciudad de Buenos Aires, el Conurbano bonaerense, Rosario y Córdoba manifiesta tener una "mala relación"con su especialista de cabecera.
Así lo develó el último informe que elaboró la Red Argentina de Mujeres Viviendo con VIH-Sida (Ramvihs), el segundo de la institución. De las 30 entrevistadas, 23 reconocieron que los galenos a los que consultan "no están nada interesados en su situación socioambiental", de modo que diagnostican sus casos a partir de la reducción del ser a una de sus partes. A veces, ni siquiera acceden a revisarlas. "Todavía nos encontramos con prejuicios personales que relacionan al virus con la promiscuidad o el uso de drogas", cuestionó María Eugenia Gilligan, coordinadora de la investigación.
Las fronteras de lo privado parecen apenas bambalinas. "Una tiende a decir ‘en quién confío’ y cuando vas al Servicio de Salud rompen la confidencialidad con carteles gigantes en la historia clínica (que dan cuenta de esa afectación en el sistema inmunológico) o comentan entre las enfermeras o el personal de limpieza", describió la referente. "Esta patología está tan relacionada con lo sexual que una espera un poco de contención", planteó. Sin embargo en el consultorio la recepción puede tornarse adversa.
Según 'Im-Pacientes II', como denominaron al análisis, el 80 por ciento de las consultadas no recibe información sobre las características y efectos secundarios de la medicación, otro factor para que los pasos de ellas sean tan largos como el oncólogo, depositario del saber, lo permita. Sólo tres puntos porcentuales menos de ese conjunto asegura que los profesionales nunca les contaron acerca de las vías de transmisión y la formas de prevenirla. 
"La imposición verticalista del médico, maltratos y amenazas redundan en la no adherencia de las mujeres por períodos prolongados", reza el informe. Algunas desconocen que pueden realizar una interconsulta o cambiar de centro sanitario para atenderse si no están conformes con los resultados. Otras, temen que como represalia a denunciar la situación deficitaria que atraviesan les cierren las puertas, sobre todo cuando no poseen recursos para costear el tratamiento en espacios privados.
El condicionamiento económico las lleva a soportar largas filas para solicitar turnos, retirar los remedios o ser atendidas, tanto que esa "burocracia" para alcanzar las respuestas es identificada por la Red como otra forma de discriminación -en el marco de ámbitos sanitarios desbordados- donde hasta el mismo personal administrativo asume el escalón del ‘mandamás’ para con quienes esperan recibir un diagnóstico.
La Ley Nacional de Sida (23.798) erradica la estigmatización como filtro para las relaciones personales y laborales hacia quienes deban tratarse por la enfermedad del lazo rojo, así como habilita un "registro nacional de infractores" para los que dañen la dignidad de esos ciudadanos y ciudadanas. Sin embargo, el faltante de herramientas informativas legitima la relación "asimétrica" -en términos de la evaluación- entre las mujeres y sus curadores, próxima a las charreteras que el modelo tradicional de familia da a los adultos por sobre los niños y que el marco machista deposita en el varón.

"Vas a traerlo para sufrir"

Los cristales patriarcales se encargaron de ver los cuerpos femeninos como medio para ‘dar a luz’ a los hijos, preferentemente hombres. A las dueñas de ese físico se les asigna la función social de madres, no como elección sino en tanto sinónimo de pertenecer al mujerío. Las que conviven con el virus ni siquiera pueden contar con ese espacio finiquitado, según juzgan una porción de los herederos de Hipócrates. "Cuando decís que querés tener un bebé, te contestan ‘No podés. Vas a traerlo para sufrir'", describió Gilligan, a partir de los diálogos registrados entre las participantes.
Un tratamiento que controle la carga viral y la profilaxis adecuada hacen abundar a las posibilidades de que la descendencia no presente el mismo cuadro médico que sus madres. Mientras no deseen quedar embarazadas, la norma 25.673 que creó el Programa de Salud Sexual y Reproductiva les garantiza el acceso a anticonceptivos del tipo que elijan, pero nada más que el 20 por ciento de las consultadas lo saben.
En el caso de pedir pastillas o un Diú (Dispositivo Intrauterino), "se niegan porque creen que si usas eso no te vas a cuidar con preservativo y vas a ir desparramando el virus de cama en cama", disparó la representante de la institución. Por eso, el norte de la ONG es "instalar el tema en la agenda pública, sensibilizar" el abordaje horizontal y claro de la temática para todas y todos.

La palabra justa

‘Portadora’ o ‘contagio’ son términos que la Ramvihs descartó de su lenguaje. Es que el conocimiento de algo empieza cuando puede ser nombrado. "Hace 20 años se hablaba de mal incurable, hoy es una enfermedad crónica por la cual se toman todos los días medicaciones", ancló la responsable de la investigación. "Todas las personas son sanas, algunas viven con VIH", subrayó. 
Por eso, sostener que una persona ‘contagió’ a otra es etiquetar a un culpable. La transmisión ('vertical' si se produce en el vínculo madre-hijo) es el término correcto, libre de voluntad. Tampoco recomiendan adoptar la categoría 'grupo de riesgo' porque puede invertir la carga de la prueba para convertirse en 'peligro' para los demás, en lugar de sujetas con su salud amenazada si se interrumpe el tratamiento. 
Para las entrevistadas, hablar de Sida resulta un camino espinoso, sobre todo cuando tampoco encuentran comprensión en su entorno afectivo. Ahondar en sus sensaciones fue posible en el estudio tras generar un lazo de confianza con quienes hicieron las preguntas, también convivientes con el virus. La entidad capacitó a algunas de sus miembras para invitar al diálogo. Las que dieron su testimonio fueron amas de casa, trabajadoras desocupadas, empleadas domésticas, meretrices, pensionadas, docentes y artesanas, de 18 a 58 años y de todos los estados civiles.

Más información:
http://www.ramvihs.org.ar/home.htm


Publicada en Artemisa Noticias el 14 de enero de 2010

http://www.artemisanoticias.com.ar/site/estudios_detalle.asp?id=61&idnota=7322

13 de enero de 2011

10 de enero de 2011

La "esperanza" tiene casa nueva

El hogar que recibe a chicos y chicas que conviven con VIH se mudó a su sede propia, en la que comenzó a trabajar hace cinco años, tres menos de los que lleva en funcionamiento. Más espacio para jugar y desarrollarse acompaña la propuesta de la organización: información para “fortalecerse” y tomar sus propias decisiones. En su flamante vivienda también necesita del acompañamiento solidario.

“Nuestro mensaje es la esperanza”, sintetiza Silvia Casas cuando debe describir la razón de ser de MANU, el hogar de niños, niñas y adolescentes que viven con VIH, cuyas siglas retoman la autodefinición: Mucho Amor Nos Une. Luego de ocho años en marcha, comenzaron la mudanza hacia su sede propia, en Monte Grande. Un espacio donde cada persona tenga más posibilidades de jugar y ser cuidada, de acuerdo a sus necesidades.
Weiman 670 es, finalmente, la dirección en la que ya reciben a los chicos y chicas que, más que con una enfermedad, llegan con la carga que la sociedad puso sobre sus espaldas sin pedirles permiso. La organización se encarga de que tomen sus medicamentos, realicen sus estudios y descubran su ‘yo’, ajeno a los estigmas. De acuerdo a sus edades, se les acerca la información para que sepan de sí y puedan conectarse con quienes deseen.
A la flamante vivienda llegan tras cinco años de trabajo voluntario, en el que contaron con donaciones de vecinos, empresas y ayudas de organismos gubernamentales. Del departamento que la familia Díaz Morales les había cedido en comodato, lograron un lugar con capacidad para 18 huéspedes, con habitaciones diferenciadas para bebés, nenes y adolescentes, una sala donde alojar a algún residente cuando presente un cuadro que pueda afectar a los demás, como varicela; un cuarto para los ayudantes, otro para almacenar los remedios y la atracción central: un fondo listo para ser el escenario de los juegos.
Los 12 habitantes del hogar, de 8 meses a 20 años, participan de un “trabajo profundo” que persigue el objetivo de permitirles “estar fortalecidos primero y después poder explicarle al otro su condición de persona con VIH, que es otro modo de vida, no sinónimo de muerte”, planteó Casas, coordinadora y fundadora de la institución, en diálogo con LA TERCERA.
Es que merced al equipo de profesionales y al reconocimiento que MANU supo ganarse, la atención del cuadro clínico no presenta imprevistos por fuera de los márgenes de cada diagnóstico, pero “lo más difícil de superar son los factores agregados, el estado de abandono en sus primeros años de vida”. Para acompañarlos en el camino de crecer, hay quienes concurren ad honorem para cocinar, ordenar y dar apoyo escolar, entre otras actividades.
También, hay grupos vinculares que deciden dar un paso más y se ofrecen como padrinos, de modo que, luego de una entrevista con el equipo directivo, pueden invitar a un niño a su residencia por un fin de semana, para que el pibe sienta una clase diferente de encuentro afectivo del que recibe de sus pares y miembros de la entidad.
“Lo que les pasa a ellos es porque sus padres no supieron (que se podía prevenir la transmisión del virus), pero pueden hacer cosas mejores. Por ejemplo, si deciden tener hijos, les decimos que con un tratamiento y profilaxis (sus descendientes) pueden ser sanos”, explicó la referente, que no dejó de hacer hincapié en la importancia de multiplicar la información comprometida con la salud sexual y reproductiva desde la infancia, de acuerdo a la etapa madurativa de cada sujeto.

Por Noelia Leiva

Publicado en La Tercera del 10 de enero 

http://www.diariolatercera.com.ar/detalle.php?articulo=La-esperanza--tiene-casa-nueva&tipo=1&documento=7030&sistema=diarios

4 de enero de 2011

“El cultivo es nuestra trinchera”

Por Guillermo D’Ambrosio y Noelia Leiva

Son una veintena de hombres y mujeres del sur del Conurbano bonaerense. A “pura pasión” dedican sus manos al cuidado de la planta a la que le ofrecen sus loas: la marihuana. Defienden su uso recreativo y medicinal. Impulsan el autocultivo como vía de erradicación del narcotráfico y una puerta de acceso a una vida más sana, en contacto con lo natural. Quieren que sus derechos se respeten de raíz, por eso piden la despenalización de la tenencia simple, en ajuste a recientes fallos judiciales.

“Yo tuve la mejor flor, la mejor de la planta más dulce. Mejor no hablar de ciertas cosas…” ¿Mejor no hablar de la ‘flor más dulce’? Mejor, sí hablar. En contradicción con el reflejo del modo más común de tratar los temas ‘tabú’, cristalizado por Sumo en 1985, el personaje de Peter Capusoto y sus videos hallaba referencias a la marihuana en casi todo el cancionero popular argentino: “Está hablando del ‘faso’”, aseguraba con genuflexión excitada mientras señalaba el grabador portátil que reproducía el track. Más cercanos al chico del sketch que al fausto del rock argento, los y las integrantes de la Agrupación Cannabicultora de Zona Sur (ACZS) creen que es positivo fomentar una cultura, que es conveniente divulgar ‘ciertas cosas’. Su interés, en este caso, tiene tanta Historia como historias en su derredor. Se trata de la autoprovisión de esa hierba.
El grupo, cuyos referentes serán nombrados en el correr de este artículo con pseudónimos, consolidó su activismo en ese cónclave del Conurbano bonaerense como una rama de la Coordinadora de Agrupaciones Cannábicas, una red de productores que hace años propulsa desde Mar del Plata el fin de la estigmatización de los cultivadores, mientras fomenta la reducción de daños por el empleo de la planta, ya sea para fines recreativos, culinarios o terapéuticos.
Su mirada reivindica al cultor -en la acepción más extensa del término- de la ‘chala’ por sobre el usuario de THC (Tetrahidrocannabinol), la sustancia que produce los efectos orgánicos atribuidos a la ‘tuca’. No obstante, reconoce al ‘uso’ por encima del ‘consumo’, ya que el colectivo denosta el hábito social de reducir todo a objetos que pueden ser comprados: el encuentro verde no es un vínculo mediado por la demanda y la oferta sino la legítima dote de cada adulto o adulta de cosechar los frutos de su esfuerzo privado y aplicarlo sobre sí en el modo que desee. “El cultivo es nuestra trinchera”, enfatizaron desde la red, a modo de definición de su identidad.
Todo ello, se ampara en un constructo legal internacional que en la contemporaneidad restringe el supuesto peligro de esa actividad contra la salud pública y desacredita su rol perturbador del orden en cantidades exiguas.
Pese al salto jurídico, en el imaginario colectivo perviven prejuicios que motean a quienes comparten un cigarrillo de esa flor como ‘adictos’, ‘enfermos’, ‘delincuentes’ -en tanto sujetos que actúan en presunto conflicto con la Ley- o simplemente ‘drogones’; todas ellas, formas de entendimiento del fenómeno a todas luces muy distanciadas de los nodos de gestación de ese quehacer.
Según una quincena de ellos que recibió a LA TERCERA en el asado de despedida del 2010 realizado en un chalet de la lomense ciudad de Banfield, la práctica hortícola estimula un “contacto con la naturaleza”, el retorno a un ritmo de vida en el que las cosas “no se pueden acelerar” y contribuye a lograr un provecho sano y “responsable” de la marihuana. Pero, incluso, sus testimonios encierran una mordaz crítica al circuito “mafioso” de las verdaderas ‘drogas’ psicoactivas -tanto en sus versiones prohibidas como legales- y a algunos abusos individuales convencionalmente aceptados, como el tabaquismo o alcoholismo.
Su militancia se divide entre sativas e índicas, manojos de cogollos y esquejes, cannabinoides y compost de lombrices californianas y revive en las reuniones que sostienen regularmente, en las que fundamentalmente se definen andariveles de acción que pueden tener un carácter más comunitario, con actividades abiertas de formación o solidarias, y otro específico, constituidos por talleres de sembrado y preservación del cáñamo, movilizaciones en defensa de usuarios criminalizados por la Justicia y manifestaciones en pos de la despenalización de la tenencia simple.

Más información, menos daños

La percepción del daño, como toda puesta de cada quien frente al mundo, puede teñirse de matices subjetivos. Sin embargo, cuando las heridas son sociales, las consecuencias negativas sobre las personas se marcan como grietas. Para la ACZS, la potenciación del conocimiento sobre el autocultivo de cannabis reduce las afecciones sobre el organismo por la injerencia de técnicas naturales de siembra pero, también, la propia provisión recorta el campo de la compra amparada por el narcotráfico.
“El transa es una víctima más, se encuentra en una circunstancia de carencia en la que termina por seguir al rebaño, (se convierte en) una herramienta del sistema”, analizó Charly en la ronda con sus compañeros y compañeras de la agrupación que está en marcha hace cinco meses. Los sureños critican la utilización de los y las que buscan la marihuana por parte del poder que tiñe de impunidad al mercado clandestino. Así, sin una ley que reconozca que sumergirse en la ambrosía del cogollo es una decisión individual a respetar, se perpetra “la coerción sobre los consumidores y pequeños revendedores, que forma parte de la caja chica de las comisarías junto con la prostitución o el juego clandestino”, concordaron los integrantes del colectivo en sucesivos post en el foro www.plantate.com.
El detrás de escena comercial marca los límites de lo culturalmente aceptado -según la entidad- porque también refuerza el estigma de ‘delincuente’ y ‘adicto’ de los productores: es más fácil instalar la alarma sobre lo eventualmente peligroso mientras se favorece la venta por los caminos que no miran los magistrados, que aceptar que cada quien puede hacer uso del vegetal sin que se convierta en un ‘vicio’ ni afectar a terceros y destruir el negocio que retroalimenta la prohibición.
Tener una o algunas plantas en el fondo de casa también resta posibles perjuicios en el cuerpo, en tanto se eliminan químicos (pesticidas, fertilizantes y demás frasquitos empleados por los intermediarios) en el ciclo natural de la hierba y se logra tener control sobre el proceso de disecado y molienda artesanal de la flor, a diferencia de los cigarrillos vendidos que pueden incluir residuos, describieron los miembros de la institución. Entre ellos y para los que se acercan, las macetas se regalan; ningún elemento se troca por dinero.
La autogestación de la presencia verde también evita que los usuarios y usuarias deban ir a comprar a zonas en situación de vulnerabilidad que se convirtieron en terreno vigilado por los encargados del negocio, donde pueden generarse “situaciones de inseguridad”, sostuvo la agrupación.
“No podemos atacar al que vende pero sí ayudar al que compra” a conocer alternativas más saludables para abastecerse, consideró Gabriel. Sus compañeros subrayaron que para lograrlo debe darse el acceso horizontal y público a la información libre de prejuicios, para que, nuevamente, sea cada persona la que decida cuáles son sus propias fronteras entre lo conveniente y lo rechazable. Para ello, organizan los cursos de autocultivo y comparten datos en www.vocerosdelsur.blogspot.com.

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“Tierra, agua y pasión”

Unas mandarinas, una heladora con cubitos y una jarra de agua estaban listas para ser empleadas para satisfacer el apetito o la sed, en el mismo patio donde la charla se hacía de a muchas voces, alrededor de los plantines. El escenario representa la elección de vida que la ACZS promueve: alejarse de productos artificiales, tanto que la práctica del autocultivo termine por poner distancia de otras sustancias penalizadas, como la cocaína, o aceptadas socialmente, como el tabaco.
“Tengo que esperar que crezca, tiene sus tiempos. Eso te baja la ansiedad, aceptás el ritmo natural”, describió Juan, sobre su experiencia en la huerta. La preocupación por los beneficios del sol y la sombra para el crecimiento y florescencia lleva a los hombres y mujeres que los promueven a adoptar una “filosofía” cada vez menos próxima a los riesgos en la propia salud, en ocasiones con sensaciones de mejoras clínicas. Dedicación y observación se ponen al servicio de la creación de lo que luego podrá convertirse en un cilindro irregular cubierto de papel para ser fumado, pero también en brownies, pizzas o panes incorporados a la cocina cotidiana.

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Cosa juzgada

El Tribunal Oral en lo Criminal Federal 2 de Rosario, Santa Fe, rechazó el 30 de agosto de 2007 un recurso de nulidad interpuesta por la defensa de Sebastián Eduardo Arriola y el planteo de inconstitucionalidad del segundo párrafo del artículo 14 que compone la ley 23.737. Es sobre esa parte de la norma que las diputadas de Libres del Sur Victoria Donda Pérez y Cecilia Merchán impulsan una derogación. Esa “es la base estructural mediante la cual la Ley de Drogas criminaliza sistemáticamente a los usuarios, ya que los obliga a demostrar su inocencia una vez sometidos al proceso penal”, adujo la cordobeza.
La causa sentó un precedente en torno de la despenalización de la posesión simple luego de atravesar todos los estamentos apelatorios y arribar a la Corte Suprema de Justicia: en 2009, sus ministros afirmaron que “no se había acreditado que su conducta hubiese afectado de alguna forma a la salud pública” y que “era inadmisible una sanción” porque se fundamentaba en un “resultado” -la presunta afectación- que no había sido debidamente constatado.
Así, el debate en ciernes tuvo ayer una nueva actualización de la mano de los camaristas Jorge Ballestero y Eduardo Farah, de la Sala Primera de la Cámara Federal. Fue en favor de un joven que terminó preso por fumar un ‘porro’ en una calle del barrio porteño de Chacarita, hace dos años. El veredicto ratificó que es “inconstitucional” el articulado que reprime el consumo personal de escasas cantidades y que le cabe punibilidad a ese acto sólo cuando es realizado con “ostentación y trascendencia” de modo tal que tenga implicancias en terceros.
Desde la ACZS, Anahí afirmó que es sustentable una mirada sobre la cultura cannábica que exceda el abstencionismo, es decir, la prohibición del recurso como estrategia para evitar el tráfico ilegal de sustancias, desplazar su condena hacia aquellos químicos que sí son lesivos para el organismo social. “Primero hay que generar un cambio normativo, luego el cambio social se va a dar naturalmente”, estimó.


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¡Qué bonita vecindad!


Eduardo y Mariana tenían como vecinos de su casa en La Plata a algunos “fumones”, como los llamaban antes de conocer el arco iris cannábico. Además de usuarios, ponían pala y manos a la obra para cultivar las plantas que les daban las flores que les daban el THC. Entonces se animaron: colocaron un esqueje en su fondo y empezaron a dedicarle su tiempo, aunque regalaban cada cogollo a sus colindantes. Cuando se juntan con sus pares del colectivo, ella prefiere no fumar, aunque sí utiliza en su hogar el picadillo disecado disuelto en aceite o manteca para amasar. Él se prende un faso cuando tiene ganas. Ambos juraron que ya no descuidarían jamás su huerta.

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Amores verdes

Francisco, el marido de Manuela, se inclinó por la perspectiva verde hace años, casi tantos como los que dedica a la proliferación de compost de lombrices. Tiempo después, su compañera eligió sumarse al autocultivo y uso. La vinculación con la marihuana, aseguró, le devolvió energías porque disminuyó los dolores provocados por su convivencia con el VIH, cuando siquiera la morfina podía ayudarla. El ambiente relajado y afectivo que construyeron en la agrupación también colabora con el bienestar. La mujer llevó al grupo el debate sobre la posibilidad de “dar la cara” al comprometerse con el activismo para impulsar el cambio de paradigma jurídico y social.


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Arresto domiciliario


El cuádruple femicida Ricardo Barreda podría quedar en libertad la semana próxima si prospera un amparo judicial. Aún sin juicio, en similar condición está un cultivador quilmeño de 45 años que fue apresado y confinado a cumplir arresto domiciliario mientras aguarda ir al estrado. La casa del hombre fue allanada en condiciones de dudosa legitimidad por la policía local que encontró 35 ejemplares de cannabis sativa, de la subespecie lineo, que emplea para sobrellevar su afección al VIH, es decir, su consumo “es medicinal”, aseguran desde la ONG, que ya marchó en dos oportunidades por su caso.
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Profundo respiro

Cuando lo conocieron, Pablo era un joven que se destacaba por dos cosas: su robustez y sus intermitentes aspiraciones de un nebulizador que le abría los bronquios para respirar pese a su asma. La segunda condición poco a poco le ganó a la primera. Entonces descubrió que cerca de los almácigos de su amigo, el cultivador que integra la agrupación, el alivio venía también cuando inhalaba lo que él dejaba flotar en el ambiente. Ese olor acre pero penetrante le hacía ganar una autonomía que le permitió hoy abandonar las intermitentes ‘pitadas’ al aparato.

Publicado en La Tercera del 4 de enero de 2011


http://www.diariolatercera.com.ar/detalle.php?articulo=El-cultivo-es-nuestra-trinchera&tipo=1&documento=6988&sistema=diarios

2 de enero de 2011

Que piensen menos por nosotrxs y más en nosotrxs.
Que existan palabras que hablen de todxs y que no sea sólo una palabra la inclusión.
Que nadie compre la libertad de otrx ni venda sus elecciones al mejor postor.
Que lo distinto sea una invitación a crecer.
Que las construcciones se hagan en conjunto y los abrazos se multipliquen.



Feliz 2011

Noelia