20 de diciembre de 2009

Una nena “desaparecida” estaría en manos de su padre, acusado de pedófilo

Por Noelia Leiva

Tiene 5 años. Un operativo policial autorizado por un Tribunal lomense se la llevó de su casa. Los familiares aseguraron que fueron golpeados por el grupo especial de tareas que intervino en el supuesto allanamiento. No hay registros de su paradero en la Justicia. Sospechan que está con su padre, denunciado por comprar y vender material pornográfico de niños y niñas.

El Tribunal de la Familia Nº3 de Lomas de Zamora estaba recusado. Pese a ese impedimento a actuar, ordenó el allanamiento del domicilio donde vive Ana Paula Crespo para llevar a su hija de 5 años, Abigail, hasta las manos de su padre, Diego Greppi, acusado de conductas pedófilas. El comportamiento se alejó aún más de la constitucionalidad: un operativo armado a cargo del Grupo Halcón, golpes a integrantes de la familia y un simulacro de fusilamiento completaron el procedimiento. Hace 13 días que no hay noticias sobre la niña.
El viernes 4 de diciembre rodearon la casa de Wilde 40 efectivos, 16 de la división especial de operaciones de la Policía Bonaerense, según describió el abuelo de la nena y padre de Ana Paula, Oscar Ángel Crespo. Lo que siguió no fue un habitual cambio de tenencia, que demanda un proceso de representación de los progenitores ante la Justicia. Derribaron la puerta, “patearon la panza a la madre, le gatillaron en la sien tres veces con un arma descargada al tío y secuestraron a la nena, la propia jueza (María Silvia Villaverde) se la entregó al padre”, describió, por su parte, Raquel Holway, presidenta de la organización Alerta Vida. Durante dos días, la mujer agredida debió recibir atención médica a causa de una hemorragia ginecológica como consecuencia, explicó la referente social, de las agresiones policiales.
Desde el “secuestro judicial”, la familia no encontró ningún registro del paradero de la nena, pese a la exigencia de los protocolos legales. “Lo único que dice (la magistrada) es que está con el padre, pero no hay nada por escrito”, sostuvo la titular de la asociación reconocida por su intervención en el caso del psicólogo Jorge Corsi, procesado por pedófilo. Para aumentar la desidia, “se supone que Greppi vive en (la localidad bonaerense de) San Martín pero no hay un domicilio legal de él”, informó.
La falta de explicaciones a la violencia institucional y fáctica no es una sensación nueva. Tras las primeras acusaciones contra el papá, el Tribunal le otorgó un régimen de visitas. Los encuentros “debían realizarse en el Puesto Vasco”, informó la militante social a LA TERCERA. Se trata de un ex centro clandestino  de detención y tortura que funcionó durante la última dictadura militar en la localidad bonaenrese de Quilmes.
Los allegados a la pequeña no se explican por qué los funcionarios judiciales no la defienden. Entre las organizaciones que acompañan el reclamo de la aparición de Abigail circuló el dato de que, en una populosa red social virtual, el acusado es ‘amigo’ de familiares de Villaverde.

Vínculos abusivos

El matrimonio no convivió nunca. Cuando Ana Paula quedó embarazada, Greppi “se borró”, graficó Crespo padre. Volvieron a saber de él cuando la beba nació. Según describió, a pocos meses, la mujer comenzó a detectar algunos comportamientos en el hombre que podían ser peligrosos. “Le metía la mano dentro de los pañales a la niña, pero no lo denunció porque recién empezábamos a entender del tema”, aclaró. Investigaron y descubrieron que Greppi compraba y vendía material fotográfico de chicos y chicas en situaciones sexuales, a través de una página web.
Con esos antecedentes la familia denunció al hombre ante el Tribunal. Por la falta de acción, llevaron su queja sobre al Congreso de la Magistratura nacional y a la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos, pero parecen haber caído en oficinas con cajones muy hondos.

Publicado en La Tercera del 17/11/2009
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27 de noviembre de 2009

Para que todas las mujeres tengan todos los derechos

Por Noelia Leiva

Unas 250 personas participaron en el encuentro que invitó a pensar claves para impulsar la reglamentación de la flamante ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres. La visibilización de la problemática y la distinción de sus modalidades fueron los epicentros del debate.


                                                            Foto: Analía Luna/ Mariana Correa

La distribución desigual del poder en el ámbito público y el privado entre hombres y mujeres, que deriva en la inequidad sustentada por un sistema patriarcal todavía vigente, fue el núcleo de debate del encuentro que se celebró el sábado último en la Universidad Nacional de Lanús (UNLA), ante 250 personas. Se propuso como el primer paso para conformar una red social que difunda los contenidos e impulse la reglamentación de la flamante ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra ellas.
“Todas las mujeres, todos los derechos” fue, a la vez, el nombre de la convocatoria y la síntesis de la temática que se abordó en cinco comisiones, una por cada modalidad de agresión machista que la nueva normativa distingue. Porque si se trata de ordenarlas en categorías, algunas son más frecuentemente identificadas en el imaginario colectivo. Así ocurre con la variable “doméstica”, en la que la integridad psíquico-física de la víctima se denigra en manos de un varón con quien mantiene un vínculo sentimental o parental.
Pero hay otras menos visibles. La violencia “institucional” es la que ejercen los órganos del Estado cada vez que, por ejemplo, en las Comisarías o la Justicia culpan a la víctima de haber generado los mismos ataques que ella sufrió, por el sólo hecho de su condición de mujer. Es que “todavía hay poco tratamiento de lo que significa pensar en clave de género porque la desigualdad no se hizo visible”, evaluó Violeta Correa, presidenta del programa de la casa de altos estudios convocante que articula en las carreras que integran su oferta académica el concepto de distribución horizontal de las posibilidades.
Articulada con las violaciones a los derechos que vehiculizan las entidades de orden público va el tipo de atropello que atenta contra la salud “obstétrica”, que niega la igual atención sanitaria reproductiva para todas y la práctica de la interrupción de embarazos en los casos que el artículo 86 del Código Penal exime de pena, es decir, cuando corre riesgo la vida de la madre o si fue causado por “una violación o un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente”, según sentencia la normativa. El congreso fue otro espacio en el que las organizaciones sociales y feministas pidieron la despenalización del aborto.
El dogma de que ellas merecen una paga inferior a los varones en su desempeño laboral, incluso cuando cumplen las mismas tareas que ellos, también integra el abanico de categorías que definió la ley sancionada en marzo último. Lo completa la cara de la violencia que atraviesa a características socieconómicas y geográficas: la “simbólica”, con su variante “mediática”.
“No sólo tenemos que redistribuir la riqueza sino también la palabra, de eso nos tenemos que encargar”, enfatizó la diputada nacional de Libres del Sur Cecilia Merchán en la mesa de inauguración del encuentro, que compartió con su par bonaerense Laura Berardo, Correa y la periodista Mariana Carabajal. “La disputa  por el poder está en todos los ámbitos; el doméstico, el de las organizaciones, de las instituciones y en todos los espacios de representación”, le explicó a Alma del Sur la legisladora cordobesa.
Las actividades fueron organizadas por la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados bonaerense, la de Derechos Humanos del Concejo Deliberante local, el Instituto de Políticas Públicas Juana Azurduy y la casa de altos estudios.

Primeras conclusiones
Luego de los espacios de debate, los más de dos centenares de mujeres y varones del Conurbano Sur que participaron se reunieron en un plenario para sintetizar ante los demás los puntos abordados. Las comisiones coincidieron en la importancia de visibilizar la problemática desde la multiplicidad de variantes.
Con ese fin,  ideas para realizar campañas en los centros de salud, las escuelas y los institutos de formación docente se repitieron en las exposiciones. Por su parte, profesionales de la psicología, el trabajo social y el derecho acordaron mencionar la normativa en sus estudios o diagnósticos, para aportar a su diseminación.
Como propone la ley, la intención es la de “sensibilizar, prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres”. Para ello, todavía resta su reglamentación y la asignación de partidas en el presupuesto federal para el abordaje territorial de la problemática.

Alma del Sur

25 de noviembre de 2009

Silencio o palabra obligada: cómo el discurso dominante ejerce violencia


Por Noelia Leiva

Desde hace diez años, cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Pero el sistema patriarcal lleva muchos más en la reducción del rol que le asigna a ellas. Los caminos para recortar la libertadr son múltiples. La reproducción de estereotipos machistas en los medios y la opresión de la posibilidad de decir son vehículos instalados para agredir a las mujeres.

Lucha, resistencia, cambio. La palabra hecha propia puede ser una herramienta de modificación de la realidad sostenida y confirmada por el discurso dominante que transmiten instituciones vinculares o de orden estatal. Por eso, la opresión que genera el silencio contravoluntario o un significante que cosifica es una forma más de violencia contra las mujeres, en el camino por derrumbar viejos modelos patriarcales. Acerca de cómo los estereotipos ejercen su rol de verdugo en la búsqueda de decidir sobre sí mismas.
Los mecanismos para vituperar la identidad de las mujeres por el sólo hecho de serlo tienen múltiples variantes. A través de la historia, las estructuras machistas de la sociedad se colaron en un modelo de familia siempre regulada por el “jefe de hogar”, una Justicia con martillos masculinos o Estados gobernados por hombres cuyas esposas eran disminuidas, casi sin excepción, a figuras de decoración en la escena política. En ese circuito, el acceso a la posibilidad de decir era exclusividad de quienes se jactaban de llevar el mando.
Aunque los avances hacia la equidad genérica que impulsan los movimientos feministas son notorios, la desigualdad prima. En un marco posmoderno de redes globales, la utilización discriminatoria de la palabra está vigente, a la vez que se profundizada por la diseminación de esas pautas a través de cada vez más vías. “Hay un estereotipo de género que coincide con cómo nosotras fuimos 'construidas' culturalmente. Si no entrás (en esa categoría), recibís la mirada juzgadora del resto, así como desde lo mediático se tiende a la minimización” de las sujetas, explicó a LA TERCERA la comunicadora social Norma Aguirre, de Presidente Perón.
Así, la horizontalidad de la posibilidad de hablar aún no está difundida. Se produce “una doble opresión, la de género y la de clase”, categorizó la también integrante del Movimiento Territorial de Liberación (MTL) de Lanús. Es decir, las mujeres pobres no cuentan con ámbitos comunicacionales de amplio espectro para contar su realidad. Y la mayoría de las que sí acceden, por tener más recursos, se enmarcan en modelos predeterminados.
“Los medios gráficos muestran fotografías del cuerpo (femenino) y ven el femicidio como homicidio en situaciones que provocó la mujer”, víctima por el sólo hecho de no ser varón. “Hay un discurso que lleva a ese juicio social”, entendió Aguirre, de modo que esas muertes se catalogan como crímenes pasionales o cuadros de inseguridad, pero nunca se aborda el detrás de escena cultural.
“Desde lo radial –continúo su análisis la comunicadora- somos las acompañantes del conductor, las que decimos los horóscopos y las recetas de cocina. La televisión es tan violenta que establece a la mujer como objeto, no como sujeta que integra la sociedad, que decide y define”. Tal forma de utilización de vínculos comunicacionales está catalogada por la flamante ley 26.485 como “violencia mediática”, que se define como la “publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, la injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra su dignidad”.
Esta forma de agresión se evidencia en la representación de escenas pornográficas o de contenido sexual donde ellas –adultas, adolescentes o niñas- son vehículos del placer para el varón. La cosificación de la mujer, cuya máxima expresión es la utilización de su cuerpo con fines económicos y la trata, asume variantes en la intimidad doméstica.

Violencia privada: los límites del ‘decir’


“Las palabras denigratorias son violencia, muy comunes en una relación conyugal” cuyos lazos no están sanos, definió Marisú Devoto, presidenta de la Fundación Propuesta con sede en Lanús pero con trabajo en todo el Conurbano Sur. ‘No servís’ u ‘otra vez hiciste esto’ son formas verbales de la agresividad patriarcal que se repiten en los casos que atiende la entidad y que “no tienen que ver con un hecho concreto sino con considerar a la mujer un objeto o un sujeto devaluado”, precisó la especialista.
En este marco, ellas están reducidas a responder a la voluntad de sus parejas o familiares dentro de los límites del hogar, al tiempo que no les reconocen su capacidad para desenvolverse en ámbitos públicos de decisión. Pero, autojustificadas en el amor o movidas por el temor, la denuncia de esos vínculos se dilata. Aún más en los episodios en los que el varón dice arrepentirse, la antesala de la próxima embestida que puede vestirse de desacreditación oral, privación de las actividades sociales, golpes o violaciones sexuales. Un comportamiento que va más allá de las fronteras económicas y del reconocimiento legal de la unión.
“Es un comportamiento histórico-cultural que, a veces, tiene que ver con inseguridades (de ellos) porque están construidos socialmente para ser ganadores, para dominar”, desglosó Devoto.

Para aprender a hablar

Así como el lenguaje articulado se enseña hasta que se transforma en la herramienta para que los sujetos y las sujetas doten de significado al mundo, pedir ayuda también puede aprenderse.  “Sin la palabra, no hay posibilidad de cambios”, juzgó Cristina Estruch, psicóloga del browniano centro de salud “El Encuentro”.
Por eso, los diagnósticos se logra desde “las herramientas que tiene cada persona”. En ese marco, que “la problemática esté más socializada” disminuye obstáculos hacia el fin de un paradigma de larga data. Desde la misma óptica, la abogada y licenciada en seguridad Rossana Malpartida, que se desempeña en los Tribunales de Lomas de Zamora, hizo hincapié en que las mujeres “no se cansen y golpeen puertas” para cambiar su situación.
En la práctica, son “14 defensoras para 500 mil causas, cuyo 80 por ciento va a la Defensoría porque no tienen para pagar” un estudio jurídico privado, detalló, sobre el funcionamiento del distrito judicial lomense que abarca también a Esteban Echeverria, Almirante Brown, Avellaneda y Lanús. Pese a la sobrecarga de casos, la legista destacó la existencia de otros caminos complementarios para lograr ser escuchadas, como la asistencia gratuita en los Colegios de Abogados.
“La legislación es perfecta como herramienta para reclamar derechos pero muchos no la conocen”, admitió la letrada. Según entendió, además de la injerencia del contexto patriarcal, existe la “desinformación” de los jueces pero “aunque son leves, hay logros”.
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MUJER PÚBLICA

Los rostros de la violencia de género son tantos como espacios donde se interrelacionan las mujeres. No faltan en la lucha sindical o la militancia social, terrenos para los que la historia dominante reservó sólo genitales masculinos. LA TERCERA conversó con Graciela Dravicevich, presidenta de la porteña Asociación Mutual Sentimiento, que alcanzó presencia mediática cuando recibió amenazas de desalojo del edificio en el que desarrolló, por una década, actividades relacionadas con la salud y la cultura.
-¿Ser mujer es un obstáculo en el ámbito de las actividades sociales?
-Siempre es un obstáculo. El problema fundamental es tratar de coordinar, siendo mujer, a un montón de compañeros y compañeras, porque ellas también están acostumbradas a la conducción de un varón. El machismo está en nosotras. Hay mayor dificultad cuando hay que hacer una presentación con miembros del Gobierno u hombres de otras empresas sociales.
-¿Hubo avances en los últimos tiempos?
-Muchos. Pero, después de tantos siglos de opresión, no alcanza. En la mutual lo discutimos siempre, porque a veces se nos disparan en la cabeza construcciones machistas, ancestrales, contra las que tenemos que combatir. 
-Y en las asambleas en las que participa, ¿se nota la opresión?
-Sí. A veces usan la palabra de forma irónica, otras de forma explícita. En todos los ámbitos. Hace 15 años, me presenté ( a pedir trabajo) en una reconocida empresa de traffic en Buenos Aires y tuve que ir con una gorra para ocultar el pelo, lentes, pantalón y remera ancha. O disimulaba que era mujer, o no me dejaban hacer la fila.
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Cada 25 de noviembre

A través de la resolución 54/134, hace una década, la Asamblea General de las Naciones Unidas determinó la fecha para que el mundo reclamase la erradicación de la violencia machista. Fue en conmemoración del asesinato -en 1960- de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, activistas en la República Dominicana al mando de Rafael Trujillo.

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24 de noviembre de 2009

Femicidio, el ciclo de la violencia por su nombre

Por Noelia Leiva

En lo que va del año, 82 mujeres y niñas fueron víctimas de homicidio. Sus asesinos fueron, sobre todo, varones con los que tenían un vínculo sentimental o familiar que comenzó con un abuso ocluso. La estructura patriarcal multiplica el silencio. De eso no se habla.

No hay datos oficiales. Las historias de las 82 mujeres y niñas asesinadas en la primera mitad de 2009 en Argentina aparecen reflejadas en las crónicas periodísticas involucradas en casos de "crímenes pasionales" o "inseguridad". Sin embargo, no se habla de "femicidios", es decir, de cuando el circuito de la violencia de género alcanza su máximo escalón: la muerte. La importancia de dar voz para llamar a cada cosa por su nombre.
Homicidios causados por parejas, ex parejas o familiares directos y violaciones que concluyen en la extinción de la vida se enumeran en el análisis que realizó la asociación civil porteña La Casa del Encuentro. Del total de casos relevados, 60 murieron en manos de varones con quienes mantenían o habían mantenido vínculos sentimentales, seis padecieron ultrajes sexuales y las restantes fueron asesinadas por personas con las que, al parecer, no sostenían una relación. Para los especialistas, no se trata de raptos de locura del victimario sino de un comportamiento aprehendido y enmarcado en la estructura socio-cultural del patriarcado.
“La violencia es abuso de poder”, definió a El Cruce Marta Boimel, sexóloga educativa y asesora del Consorcio Latinoamericano de Anticoncepción de Emergencia (CLAE). Es que “la cultura patriarcal cosifica los cuerpos de las mujeres como objetos de pertenencia de otro, los objetiviza”, explicó, por su parte, Fabiana Tuñez, coordinadora general Casa del  Encuentro, que elaboró el conteo a partir de las coberturas de agencias de noticias y diarios nacionales. “El femicidio es el asesinato de mujeres, niñas y personas allegadas a causa de la violencia de género”, precisó para apelar a las palabras que los ámbitos de poder evitan.
En este contexto que entiende a las prácticas lesivas desde un marco social, la muerte va más allá de la edad o zona de residencia. El 22 por ciento de las víctimas tenían entre 19 y 30 años, mientras que un 17 por ciento correspondía a la franja etárea de 13 a 18. En la mayoría de los casos, había antecedentes de “vínculos violentos pasados”, señaló la referente de la asociación porteña.

LA DEUDA JUDICIAL

"Femicidio" es un vocablo ausente en el discurso cotidiano de medios de comunicación y políticas sociales, una falta que alcanza al ámbito judicial. El Código Procesal Penal no reconoce esa figura y mucho menos la aplica como una forma de “crimen contra los derechos humanos”, como lo entiende Tuñez. Para las militantes, la explicación recae otra vez sobre el andamiaje que avala que el hombre se asuma superior.
Los casos exceden los límites del hogar. “Es violencia institucional: cuando la mujer va a radicar la denuncia, en la comisaría le dicen ‘es el padre de tus hijos, andá, hacele un guiso y mimalo’”, sin darle curso a la presentación, cuestionó la sexóloga. Tres de los femicidas de casos que fueron incluidos en el informe, tenían antecedentes por agresiones.
Organizaciones como la que integra esa referente feminista bregan por que la Justicia incorpore a su balanza el concepto de "homicidio por cuestiones de género", para cuyos culpables piden la pena de prisión perpetua (35 años de reclusión) y la eliminación de las prerrogativas de la patria potestad, pero no de sus obligaciones.
“Los jueces tienen un gran poder político derivado de su formación histórica”, criticó, por su parte, Celina Rodríguez, del Espacio de Mujeres del Frente Popular Darío Santillán (FPDS). “La mujer tiene derecho a cambiar de vida, a vivir feliz, y para eso necesitamos una relación horizontal donde el poder esté planteado en forma democrática”, concluyó.

LOS CAMINOS DE LA VIOLENCIA

A partir de las marcas iniciales, la agresión hacia las mujeres -por ser mujeres- recorre un círculo que termina cuando ellas deciden alejarse o se produce el femicidio. Comienza con “la descalificación y el maltrato, el control, los celos y el alejamiento del entorno social y afectivo”, enumeró Tuñez. Hasta que explota, “es como una olla a presión”, graficó Boimel.
Luego, se genera una etapa de arrepentimiento, “como una luna de miel donde el varón llora, se justifica, hace regalos y promete cambiar, por lo que la mujer siente culpa”. La naturalización de los episodios que censuran las libertades de ellas favorece que el ciclo siga su curso, porque justifica el sometimiento desde la aceptación de preceptos patriarcales, cuando no se trata de miedo o apremios económicos para sostener el hogar.
El varón violento mina progresivamente su entereza hasta que “ella misma se transforma en lo que él quiere, aunque nunca llega a conformarlo”, detalló la coordinadora de Casa del Encuentro.
Esta retroalimentación es, con frecuencia, sostenida por el ámbito familiar de la afectada debido a compartir los preceptos de la pretendida superioridad masculina o no creer la veracidad de las afecciones, porque el victimario exhibe una cara afable y distinta a la del ámbito doméstico.

LA IMPORTANCIA DE DECIR

Cuando a la búsqueda de ayuda responden puertas cerradas, el silencio se convierte en violencia por omisión. “Lo que no se nombra, no existe”, sentenció Claudia Perugino, abogada y miembra de la Red Par (Periodistas de Argentina en Red-Por un periodismo no sexista). Las palabras pueden volverse aliadas del cambio o artífices del ocultamiento. Ese mismo que hace “una telenovela de los episodios policiales donde las víctimas son mujeres”, como el abordaje mediático de los casos de Nora Dalmasso y María Marta García Belsunce.
Por siglos, las mesas familiares estuvieron presididas por varones que gozaban de la autoridad para definir qué era correcto y qué no. “Nos negaron la palabra, la posibilidad de expresarnos, de opinar sobre el mundo público”, criticó la comunicadora. De allí, la importancia de comenzar a nombrarse, de acompañarse para cambiar el curso de la realidad social. La necesidad de hacer visibles la problemática y de no naturalizar la opresión.

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“POR SER MUJER, JOVEN Y POBRE”


No se trata de estadísticas, sino de las personas que están detrás. El femicidio de Sandra Ayala Gamboa, de 21 años, es uno de los casos que integran la lista de muertes de 2007, pero las pautas de impunidad están marcadas con más fuerza: a la joven peruana la violaron y asesinaron en un edificio de La Plata que dependía del Ministerio de Economía bonaerense, donde actualmente funciona una sede de la Agencia de Recaudación de la provincia. Había ido a una entrevista de trabajo con un conocido. Encontraron su cuerpo seis días después, el 22 de febrero.
“A Sandra la mataron por ser mujer, joven y pobre”, consideró Celina Rodríguez, del FPDS local y una de las militantes que acompañó a la familia en la búsqueda del esclarecimiento. La investigación que lleva adelante la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 platense, a cargo del fiscal Tomás Morán, no presenta “ningún avance”, se indignó ante El Cruce la mamá de la chica, Nélida Gamboa Guillén. “Para mí hay muchas pistas, pero para la Justicia no hay nada, son todos testigos”, cuestionó. Los allegados a la muchacha todavía no saben quién permitió su acceso y el de su femicida al área de Archivos de la oficina estatal, por entonces en remodelación.
“De sólo pensar por lo que pasó mi hija, no quiero que otra esté en ese lugar”, señaló Nélida, que cada año encabeza un acto para recordar a Sandra en el sitio del asesinato, en la calle 7, entre 45 y 47. Allí donde un cartel reza “Femicidio = asesinato de mujeres”.

Publicado en: Revista El Cruce

13 de noviembre de 2009

“Yo, sí puedo”, la experiencia cubana para la alfabetización

Por Noelia Leiva

El programa busca enseñar a leer y escribir a personas mayores de 10 años. Otorga las herramientas básicas para incorporarse al sistema de educación de adultos u oficios. Emplea un método de asociación de números con letras. Y denosta los prejuicios que plantea al “iletrado” y el “sabio” como opuestos. Desde hace 15 días, se aplica en el distrito.


Creer que es posible, decir que sí. Luego de recorrer más de 30 países, incluso aquellos desarrollados donde la pobreza es ono de una desigualdad paradójica, el programa de alfabetización creado en Cuba “Yo, sí puedo” comenzó a trabajar en cuatro barrios de Almirante Brown. En dos años, esperan alfabetizar a 7 mil personas, cantidad fijada a partir de los relevamientos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) que, aunque cuestionados en Argentina, son la muestra testigo que los organismos internacionales toman como referencia para determinar las necesidades educativas del país. LA TERCERA dialogó con Roberto del Valle, asesor cubano del plan en el distrito. El abordaje desde el propio lugar, el barrio, contra “la forma actual de esclavitud de los pueblos”.
El método de difusión de las herramientas de la lectoescritura está destinado a mayores de 10 años. Se nutre de clases audiovisuales de 30 minutos que se comparten en grupo a lo largo de 65 encuentros, con el acompañamiento de facilitadores o facilitadoras que saben leer y escribir, pero no necesariamente tienen experiencia en la docencia. En el subcontinente, se articula a partir del Instituto Pedagógico Latinoamericano, que llega a este punto del mapa a través de un convenio entre la Fundación Un Mundo Mejor Es Posible (Ummep) y la comuna browniana.
“Si usted quiere insultar a una persona, le dice analfabeta y ya, la humilla. Es la forma en que obligan a firmar con el dedo y a hacer mil cosas, sobre todo en procesos electorales”, observó Del Valle. El acercamiento a estrategias para cambiar esa realidad “puede constituir una masa importante para la proyección teórica y de políticas de desarrollo pero, también, una peligrosamente opositora”, sobre todo gracias a la particularidad argentina de “opinar desde la primera frase”, observó el educador.
Para lograr el objetivo, el programa usa un mecanismo de asociación de números –que, para el desempeño cotidiano, la mayoría de las personas conoce- a letras,en función de su frecuencia de uso. Luego de un rastreo de las personas con necesidad de ser alfabetizadas, se efectúa un “adiestramiento”, en el que se ejercita la expresión oral y la representación numérica. Segundo, se enseñan las letras y las combinaciones silábicas para formar palabras y expresar frases con ideas. Por último, se “consolidan” esos conocimientos, como nexo con el sistema educativo formal.

La universalidad de la pobreza

-¿El programa avanza sobre las necesidades sociales?
-Está concebido para alfabetizar América Latina. Tiene un componente relacionado con la enseñanza de la lectoescritura y otro con la formación cultural integral de la persona. En este caso, se trabajan elementos de salud, educación sexual, literatura, arte. No está concebido sólo para Argentina, en cada país se contextualiza.
-Incluso dentro de una misma región hay realidades disímiles. Por ejemplo, no es lo mismo hablar de la Ciudad de Buenos Aires que del Conurbano ¿Se hace hincapié en estas particularidades?
-No, el programa atiende a las necesidades más generales que tienen los pobres del mundo, que son necesidades globales. Porque los iletrados son pobres, los ricos tienen con qué pagar (la alfabetización). No particulariza en la idiosincrasia
de cada región. Está pensado para un llanero venezolano, un campesino boliviano, un hombre de la serranía de Colombia…
-Paulo Freire (pedagogo brasileño, autor de la concepción de que el educador
y el educando se relacionan en un proceso de liberación mutua) apunta a trabajar desde las necesidades,el conflicto o el desconocimiento ¿Coinciden?
-El programa toma de la teoría de Freire el concepto de palabra y frase generadora,pero que parten de lo vivido por la persona sin buscar posiciones políticas. Parte de su práctica cotidiana, de lo que él conoce. Se dice (en la cartilla que se usa en las clases) “una casa latinoamericana” porque todo el mundo sabe lo que es una casa, tenga o no. Se dice “un beso” porque todo el mundo sabe lo que es, aunque no tenga quién lo bese.

Contar con las palabras

El mecanismo de asociación de letras a números “fue una idea del comandante en jefe Fidel Castro”, aclaró Del Valle. Se parte de que las personas analfabetas “saben contar, porque sino no pueden vivir”. En función de la frecuencia de uso de cada letra en Latinoamérica, se le asignó una numeración a cada una. Así, la “A” es la 1 y la “W”, la 30. Mediante el mecanismo de identificación de un objeto –a través de su imagen- con su nombre,se separa en sílabas la palabra, se numera cada letra, se realizan las combinaciones silábicas y se trabaja sobre la nueva letra, porque cada clase se concentra en una.


Barrios que pueden
Para empezar, “se buscan cuatro elementos fundamentales: el iletrado, un facilitador, que es el nexo entre la videoclase y el participante; el punto de alfabetización, donde podamos colocar una video y un televisor; y todas las personas que quieran apoyar”. El rectángulo de voluntades se completó en los barrios Amancay, de Glew; La Cumbre, de Burzaco, Loma Verde y Barrio Lindo, de Malvinas Argentinas. Allí, son 22 quienes van a clase hace 15 días y otros 60 los que fueron “detectados”. Además, se proyecta trabajar en San Gerónimo, El Gaucho y Don Orione.

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30 de octubre de 2009

Glifosato: vecinos cuestionaron su uso en las vías del tren


Por Noelia Leiva y Guillermo D’Ambrosio

El herbicida es usado para erradicar la vegetación de los costados de los rieles, aunque fue generado para el cultivo de soja transgénica. Los especialistas aseguraron que llega a provocar trastornos en el equilibrio sanitario de las personas. Es más económico que emplear trabajadores permanentes. Pese a las denuncias, Ugofe sostuvo que la implementación del agroquímico “fue autorizada”.

De paradojas está hecho el relato de la realidad. Asociado a un pasado de esplendor, el errocarril, que impulsó el desarrollo comercial de las poblaciones que atravesaba, se convirtió en un agente peligroso para los ecosistemas aledaños a las vías. A partir de las denuncias de vecinos y especialistas, los métodos de desmalezamiento que aplica la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia (Ugofe) están en la mira por la implementación de glifosato, un herbicida de amplio espectro que afecta a organismos vegetales y animales y que puede generar hasta afecciones embrionarias en los seres humanos. La empresa reconoció la utilización del químico pero se respaldó en las autorizaciones oficiales para implementarlo.
Como una crisis o una enfermedad se anuncian con síntomas, las personas que viven en las cercanías a las estaciones de la Línea Roca en el Conurbano Sur sospecharon la presencia de un factor no deseado cuando las plantas en sus jardines o en los mismos terraplenes ferroviarios comenzaron a languidecer. Y entonces la búsqueda de antecedentes los llevó a otros distritos bonaerenses, como Vicente López,donde organizaciones barriales
se manifestaron contra el uso de la sustancia y su catalizador asociado, implementados originalmente en el cultivo de soja transgénica que es inmune a sus efectos nocivos por la
manipulación artificial en su composición.
LA TERCERA comprobó el resultado del trabajo de las cuadrillas contratadas por Ugofe en Turdera, donde integrantes de la Asamblea local, representantes del Parque Finky y del Foro Hídrico lomense describieron el proceso que logró erradicar la vegetación en las nmediaciones. “No actúa solo sino con un coadyuvante que le permite abrir las membranas (de las plantas) para ser absorbido”, precisó Alejandro Almeida, miembro de las entidades ambientales y uno de los precursores del proyecto para que el Concejo Deliberante corte toda
acción contaminante en el territorio sobre el que legisla.
Las huellas del químico no se redujeron a un foco en el trayecto del tren. En Almirante Brown y Esteban Echeverría, agrupaciones ambientales elaboraron comunicados y propuestas presentadas a los ediles contra el mecanismo que aplica la concesionaria. En Lanús, los vecinos impulsaron una ordenanza, aprobada el viernes último, por la que se “prohíbe la aplicación de agroquímicos para la eliminaciónde pastizales en los predios ubicados
en el distrito, sean de dominio público o privado perteneciente al Estado nacional, provincial o municipal, y en predios de dominio privado de uso o acceso público”, según establece la normativa.

¿Corredor “ecológico” o “cancerígeno”?

La sustancia “actúa como un defoliante, es un tóxico de acción prolongada”, aseguró el biólogo e integrante de la Asociación Ecológica de Lanús. Según subrayó, el glifosato
produce la muerte de la flora -que en general es autóctona y, por ello, da entidad de “corredor ecológico” al área- y de batracios, peces o reptiles que se constituyen en depredadores naturales de los mosquitos, sobre todo en época de generación de epidemias. “El agente transmisor del dengue (el Aedes Agypti) no tiene un control natural”, denunció el
especialista. Por otro lado, los trastornos en la salud humana se conocen a partir de sus antecedentes en la agricultura: “Efectos cancerígenos y reproductivos y acción mutagénica”,
denunció un estudio del médico de la Universidad de Buenos Aires Jorge Kaczewer.
“Nos están afectando social y sanitariamente, todo por su negocio y a costa nuestra”, denunció Almeida. Es que a la hora de preguntarse por qué la firma aplica químicos en lugar
de aumentar la cantidad de empleados en el desmalezamiento manual, la reducción de costos se presenta como la principal respuesta.


Con "autorización" oficial

Aunque todas las miradas apuntan a Ugofe, la Unidad Gestora no inició acciones en el campo legal, tampoco tras la reciente aprobación en Lanús de la ordenanza que impide la eliminación vegetal con el agroquímico cuestionado. Pese a las críticas, la empresa defendió
la implementación del mecanismo y se respaldó en los avales estatales.
“Trabajamos con dos métodos: el desmalezado manual y otro con un herbicida, el glifosato, en dosis bajas y a 30 o 40 centímetros del piso”, aseguraron a LA TERCERA desde el área de Prensa y Relaciones Institucionales a cargo de Eduardo Montenegro. Tenemos la autorización (para usar la sustancia) del (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) Senasa, y de la Secretaría de Producción del Ministerio de Asuntos Agrarios bonaerense, para
contratar a esas empresas”, arguyeron sobre la toxicidad de la sustancia.
Primero se efectúa la práctica artesanal de corte de pastizales y luego se aplica el producto para evitar el crecimiento verde, detallaron. La unidad de gestión contrata a compañías cuyos trabajadores están obligados a emplear indumentaria adaptada. “Si no cumplen, no podrán trabajar con Ugofe”, perjuraron. No obstante, los vecinos denunciaron
que el personal sólo se cubre el rostro con barbijos descartables.

"Utilizarlo en las vías del tren es injustificado"

Uno de los integrantes del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(Conicet), Andrés Carrasco, sentenció que la utilización del aminoácido sintético conocido
como glifosato es “injustificada” para el control de la vegetación lindera a los rieles. Por el contrario, es “preferible que se acondicionen esos terrenos como espacios verdes; no que se rocíen jardines, animales y niños (de las áreas) lindantes a las vías” con el químico.
A través de trabajos que el embriólogo llevó a cabo con su par en el Consejo Alicia Massarini, Carrasco concluyó que “lo novedoso, aproximadamente desde 1990, es la aparición de paquetes tecnológicos de siembra”. Según explicó a LA TERCERA, se trata de combinaciones productivas de semillas, herbicidas y métodos de cultivo intensivo desarrolladas por grupos agropecuarios especializados en oleaginosas. Los paquetes se extendieron fácilmente por la gula financiera de los inversores que encontraron en la vedette de los biocombustibles -la soja- un refugio financiero de alta plusvalía.
“Los herbicidas no son inventos modernos. Probablemente el glifosato sea el primero, pero es seguro que no será el último porque las grandes empresas lo fabrican para lograr reacciones a las que las plantas son resistentes y obtener semillas transgénicas con esa resistencia. Constituyen un paquete tecnológico de semilla más herbicida que mata todo lo que hay en el suelo menos la planta (genéticamente alterada). Crece sin interferencia de malezas u otros vegetales. Eso es lo nuevo”.
El glifosato es el principio activo de esas sustancias. Aunque “no es fácil”, el producto puede mezclarse con el agua luego de un contacto prolongado. Esa propiedad y su “facilidad” para filtrarse en las células humanas lo hacen un factor medioambiental de riesgo para las fases de agua subterránea: “No es difícil que entre en las células animales, de hecho es más fácil que penetrar en las vegetales”, especificó Carrasco.

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Carta al gobernador tucumano por el asesinato de Javier Chocobar


SEÑOR GOBERNADOR:

Los que suscribimos la presente miembros del Consejo de Acontecimientos Aborígenes de Argentina – CAA, doña Vibiana DIAZ ALANCAY L.C.4.472.160; doña Luisa MAMANI DNI.11.477.309; don Gudelio Ignacio BÁEZ DNI.92.383.733; Wenceslao VILLANUEVA DNI.18.727.320 y don Ricardo Luís ACEBAL DNI. 4.648.651 nos dirigimos a usted a fin de expresarle nuestra gran preocupación por la injusticia y violencia que sufren nuestros Pueblos Originarios en vuestra Provincia.
Le recordamos las palabras de respuesta del Jefe Indígena Seattle (de la nación aborigen Dewamish) al presidente de los Estados Unidos de Norteamérica Franklin Pierce. No entendía como se podía comprar y vender la Tierra y respondía “el hombre no puede poseer la Tierra, así como tampoco puede ser dueño del Cielo, del frescor del aire, del brillo del agua”. Hoy, después de casi dos siglos, aún asombran y admiran al mundo occidental esas simples respuestas cuya sabiduría, critica, prudencia y esperanza identifica a nuestros pueblos originarios quienes las practican en sus acciones.
Nuestro Consejo, viene observando que las comunidades indígenas de gran parte del continente americano y en particular de las Provincias de nuestro Territorio Argentino, están viviendo con mucha zozobra las acciones de desalojo y desmonte de su hábitat. Así ocurre en vuestra Provincia con la Comunidad India Quilmes en Colalao del Valle y el pueblo Lule en el Nogalito.
Actualmente estamos viviendo el trágico desenlace ocurrido en la Provincia de Tucumán, donde para evitar que un individuo sea dueño del cielo, del frescor del aire, del brillo del agua haya sido asesinado don Javier Chocobar (un anciano indígena), y otros cuatro hermanos de la comunidad Chuschagasta hayan quedado heridos gravemente por las armas de quienes no quieren comprender el mensaje del Jefe Indígena Seattle.
Se dice que el principal responsable del hecho sería un reconocido hombre, cercano a vuestro gobierno, Darío Amín (supuesto propietario). Por este motivo alertamos a usted por la gravedad de la situación trágica en que viven nuestros hermanos de Chuschagasta, ya que fueron objeto de una brutal agresión, cuyo fin es el triste resultado que hoy las familias Chocobar, Mamani y otras junto a todas las comunidades, lloran y seguirán llorando, hasta que las lágrimas se conviertan en un contundente tsunami telúrico que nos vuelva a nosotros mismos.
Una muerte mas justo el 12 de octubre, fecha de “la puñalada de 1492” y que queremos sacar de nuestra memoria. Es muy triste seguir contando nuestros muertos, en vez de estar trabajando por el fortalecimiento y sostenimiento intercultural con los Pueblos Originarios. Se reavivan otra vez los cinco siglos de dominio occidental sobre nuestras comunidades originarias, con un saldo de mas de 90 millones de masacrados en toda América.
Exigimos a vuestro Gobierno que en forma inmediata, por intermedio de sus poderes dentro de sus competencias, tomen las medidas necesarias y concretas para asegurar las tierras que nos pertenece por el derecho consuetudinario y ancestral. Y en particular hagan las investigaciones del caso, eficaces y transparentes para que este hecho sea esclarecido a la mayor brevedad, aplicándose las sanciones máximas pertinentes a los responsables, como se suele hacer en las sociedades progresistas y civilizadas.
Somos concientes que estamos en vísperas de celebrar el “Bicentenario de la Independencia”, por lo que no se puede seguir tolerando que ciudadanos argentinos tengan poca o ninguna consideración con la vida de sus congéneres y mas con la vida y dignidad de nuestros hermanos de los pueblos originarios.
Tenemos claro que vuestra responsabilidad como gobernador de esa Provincia se encuentra muy comprometido ante la muerte de nuestro anciano Chocobar; Por lo que consideramos que este crimen debería aclararse de inmediato y hacer la debida justicia.

Saludamos respetuosamente. 

Fuente:  Consejo de Acontecimientos Aborígenes (CAA) de Argentina

26 de octubre de 2009

Educación sexual o cómo mirarse a sí mismo

Por Noelia Leiva 

Hablar sobre deseos y sentimientos no es tarea sencilla, menos si se trata de los propios. El tratamiento educativo de la sexualidad le demanda al adulto generarse interrogantes, romper prejuicios. La información para el respeto del otro, en una “educación para la vida”.


Es como mirarse al espejo, pero a uno que buscara más allá de lo que se ve a simple vista. Como cuando la imagen del yo interroga, la sexualidad genera cuestionamientos que, a veces, se resuelven con el silencio. El abordaje de la temática desde la educación está reglamentada por una ley y diseñada por un programa nacional, con un cumplimiento progresivo. Contra los prejuicios, la necesidad de un recorrido integral del sujeto, que es sexual en sí mismo.
Las críticas a hablar sin eufemismos se sucedieron a lo largo de los años. La última, proveniente de un arzobispo de la Iglesia Católica, asociaba la información sobre la problemática con conceptos “neomarxistas”. Para los especialistas, las observaciones negativas del diálogo con niños y adolescentes se explican por un entramado de causas más asociadas a la persona que dice, al reflejo de las propias dudas, que a ponerse en el lugar de quien recibe la información.
Que la sexualidad no es otra cosa que genitalidad es el primer espejismo a desenmascarar, lo que demanda involucrarse desde aspectos más profundos del ser: “Implica trabajar los sentimientos, los afectos, la comunicación. Debe formar parte de la educación para la vida, es fundante de cada uno de nosotros”, definió Marisa Milesi, responsable del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable en Esteban Echeverría. La clausura de expresar lo que moviliza remite a la falta de respuestas, sustentada, a su vez, en la reducción de la información.
El plan oficial comenzó a funcionar en 2002. Cuatro años más tarde, la ley 26.150 demandó la elaboración del Programa de Educación Sexual Integral, por el que “todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual en lo establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada”. Los contenidos se abordan desde espacios institucionales como “Salud y adolescencia” o Biología, aunque para ello es preciso que los docentes trabajen sobre qué es para sí mismos ese aspecto vital. La misma observación se extiende a los adultos en el grupo familiar.
Es que “desde el silencio y lo actitudinal también se transmite”, señaló a LA TERCERA Marta Boimel, sexóloga educativa y asesora del Consorcio Latinoamericano de Anticoncepción de Emergencia (CLAE). “Detrás, hay mucho dolor y muerte”, interpretó la especialista. Y las estadísticas grafican que crecen los fallecimientos de las mujeres y los niños por abortos o enfermedades de transmisión sexual.

El campo del nosotros

Trabajar la temática remite a la construcción de las personas, entendidas en su marco sociocultural. Para ello, hay una acentuación progresiva de una visión desprovista del marco patriarcal que permita vivir sin culpa la libre elección, negada por modelos ajenos de qué es ser mujer y qué ser hombre. El abordaje áulico apela al reconocimiento del otro como par, como base de la relación consensuada con quien está al lado.
Como se trata de vínculos, la participación determina el camino a seguir “desde las dudas y preguntas de los chicos”, aseguró Natalia Baigorria, coordinadora de Niñez, Adolescencia y Familia lomense. La utilización de métodos anticonceptivos y el asesoramiento sobre VIH/Sida son los principales tópicos sobre los que se dialoga. Con la misma óptica, la subsecretaria de Educación de Almirante Brown, Esperanza Córdoba, resaltó la importancia de “que, sobre todo en las zonas vulnerables, no vivan los embarazos no deseados como un mero designio”.
Desde los 4 años, los contenidos se orientan al cuidado del propio cuerpo, a conocer “que les pertenece todo el tiempo, que hay cosas que pueden permitir y otras que no”, explicó Boimel. Es una herramienta más para impedir que sufran abusos sexuales, “un abuso de autoridad que, en algunos casos, se aprovecha del vínculo de amor que siente el niño”, cuando los agresores pertenecen al núcleo de adultos significativos.
Cuando son más grandes, el trabajo también se cimienta en la importancia de elegir cuándo y con quién mantener relaciones sexuales, en función de una decisión integral del sujeto, que lo comprometa desde lo que es y que cuente con las medidas para la protección de la salud. A diferencia de quienes consideran que exponer lo que pasa es una manera de incentivar prácticas irresponsables, la educación sexual se plantea como “un elemento fundante del respeto por el otro”, subrayó Milesi.
*
Diálogo fuera de las aulas

El tratamiento de la sexualidad en los barrios periféricos del Conurbano se topa con la falta de caminos con la que cuentan niños y adolescentes que no tienen recursos económicos. La dificultad para acceder a la información en zonas donde el nivel de escolaridad es bajo deja a los sujetos más desamparados frente a sus propias dudas. En ese marco, organizaciones sociales y políticas trabajan en la inclusión.
“Primero hay demanda, los pibes quieren saber, después aparecen los prejuicios”, describió René Contreras, del área de Salud de Barrios de Pie en Esteban Echeverría. En las exposiciones en La Morita y Altos de Monte Grande, se repite el concepto de la mujer como responsable de la prevención de embarazos mediante la utilización de píldoras anticonceptivas, sin que el varón esté obligado a usar preservativos, incluso cuando las pastillas no actúan contra el contagio de enfermedades.
Los talleres buscan favorecer la planificación familiar, que encuentra dos obstáculos fundamentales: “Los discursos contradictorios que provienen de algunos sectores de la Iglesia y la situación de riesgo social”, factores que el referente señaló como causas del alto número de mamás adolescentes.

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25 de octubre de 2009

El invierno en tiempos de cólera

Por Noelia Leiva

No son personajes literarios ni viven en páramos desconocidos. Su resistencia a veces se parece a la esperanza, a veces a la resignación. Frío y enfermedades se multiplican en los asentamientos, donde la satisfacción de derechos no es una constante. Una espera que no es ficción.


En tiempos de cólera no espera sólo el amor, desde el banco de una plaza, como en la novela de pluma colombiana. Las ausencias se hacen presente con mayor fuerza cuando la satisfacción de las necesidades básicas de los sujetos no llega. Frío, pies mojados y enfermedades son constantes en los puntos olvidados, donde las respuestas se aguardan y la realidad se padece. En asentamientos como el “17 de Noviembre”, de Ingeniero Budge, el invierno está lleno de paradojas.
En la distancia que puede recorrer un colectivo local, las miradas de los vecinos pueden mutar. Las diferencias entre centro y periferia, como en el mapa mundial, pueden repetirse en cualquier ciudad. Pese a que los meses pasan luego de que el predio que alberga a alrededor de 15 mil personas recibiera el reconocimiento de la expropiación, las dificultades para la organización –cuando los intereses políticos dividen- hacen que la situación de riesgo social se agrave. Y las bajas temperaturas traen enojo, generan preguntas. “Es una situación paradójica: no tenemos agua corriente pero tenemos el agua en los pies”, señaló Armando Chávez, delegado de la manzana 16 del asentamiento.
Hace una semana, la última lluvia –que, como la promesa del personaje de García Márquez, nunca resulta la última - provocó que las bases de 50 centímetros sobre las que algunas familias habían construido sus casas no fueran suficientes para mantener el piso seco. La inundación hizo que los vecinos se agruparan en las casillas de quienes habían podido armar cimientos más altos, más lejos del piso de tierra. Hacinados, las historias se mezclaban. “Estamos hermanados en la pobreza”, describió el referente.
Así las cosas, la cotidianeidad es la misma que la de cada invierno en cada asentamiento: ni gas, ni agua potable ni tendido de luz. Los integrantes del barrio montaron a principios de año una red propia para extender la energía eléctrica, pero con el frío la demanda es tanta que “no alcanza para encender la candela de una estufa de cuarzo”. La calefacción tampoco puede apelar a la combustión, porque las paredes están hechas de material inflamable, como madera, y puede que se “incendie lo único que tienen”, apuntó Armando.
El “17 de Noviembre” tiene 115 manzanas. Se estima que viven allí 2500 grupos familiares, pero los vecinos no conocen cuántos son los que, como ellos, viven en la espera, como el hombre de ficción que envió 131 cartas para reconstruir la esperanza. “Hay números, pero no los conocemos”, aseguró el delegado, porque no todas las manzanas reciben ayuda de los programas bonaerenses de asistencia. También entre ellos hay diferencias. Y con el frío, duelen más.


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24 de octubre de 2009

Contra una problemática “intercultural e interclasista”

Por Noelia Leiva

La apertura de la primera Comisaría de la Mujer en Lomas de Zamora reabrió el juego para que las voces sociales analizaran causas y características del maltrato contra ellas. De cómo la historia personal está atravesada por los cánones culturales que determinan un modelo de mujer dependiente.

Decir que no sucede, mirar para otro lado hasta que todo termine o el ciclo comience otra vez,buscar explicaciones en los cánones que designan cómo debe ser una mujer, incluso más allá de sus deseos. El círculo de la violencia de género se alimenta de esos  modos de actuar, trampas culturales que el sistema patriarcal justifica. Contra ello, los ámbitos de contención buscan dar respuestas,aunque las controversias también los abarcan. La apertura de la primera Comisaría de la Mujer en Lomas de Zamora se presenta como un disparador para hablar del tabú del sometimiento, en una problemática que tiene al silencio como principal aliado.
La semana próxima se estima como la fecha en la que la división policial comenzará a funcionar en 25 de Mayo al 300, Temperley. Será un proyecto que entiende a ellas en su núcleo familiar, laboral y la vía pública, ámbitos en los que pueden materializarse situaciones de violencia. Para ello, las áreas del Ejecutivo municipal especializadas en derechos e igualdad de género prestarán su servicio para ayudar a las denunciantes a que lleguen hasta la flamante comisaría. Sin embargo, la decisión de poner en palabras el padecimiento es el resultado de un proceso de flagelación de la persona durante años. “Es una problemática compleja, con múltiples factores que atraviesan todas las clases sociales. Es intercultural e interclasista”, definió a LA TERCERA la trabajadora social Natalia Baigorria, coordinadora de Niñez y Violencia de la Dirección de la Municipalidad de Lomas de Zamora de Promoción de los Derechos Sociales que comanda la psicóloga Miriam Etcharren.
La iniciativa está impulsada por el Foro Municipal de Seguridad, cuyo titular,Jorge Revoredo, entendió la presencia de efectivos de esa fuerza capacitados como un paso importante para la “defensa de la mujer”, tal como difundió a través de un comunicado de prensa. Claro que no se trata de su tutela ante el sometimiento,sino, en cambio, de que ellas vuelvan a considerarse sujetos con posibilidades y aptitudes.

El dogma del poder del padre

“La base de todo está en la sociedad patriarcal, que naturaliza ciertas conductas del hombre y construye los valores de cómo debe ser una mujer”, subrayó Baigorria. El mandato familiar en el que el poder desciende del varón y hace de sus decisiones pretendidas formulaciones incuestionables.
Frente a ello, el desafío es “socializar,cuestionar, hacer circular la palabra con respeto a los tiempos de cada persona”. En este punto, el abordaje no tiene que dejar de ver que la falta de un espacio físico donde la mujer vaya a vivir con sus hijos lejos del agresor, de un sustento económico, judicial y emocional son los obstáculos contextuales que incentivan al silencio.


Ayudar a decir

“Esta vez él tenía razón” es la frase que Adriana Fonte, coordinadora de la Fundación para la Prevención y Asistencia en Salud Mental (Prasam), indicó como una de las más pronunciadas por las mujeres que atraviesan situaciones de violencia, desde descalificaciones verbales hasta violaciones sexuales en el interior de la pareja o el matrimonio, porque las instituciones
legales tampoco las preserva del maltrato. La entidad, que trabaja en Almirante Brown, como su par lanusense Propuesta son puntos de referencia para cuando deciden buscar ayuda. La aflicción está potenciada por “la cultura del ‘mejor callarse’, de ser sumisa”, definió la especialista browniana. En ese marco se entiende cómo a las características individuales se suma la macro-determinación de la herencia social. Y si de evaluar estadísticas se trata, una encuesta realizada por Propuesta indica que el 97 por ciento del universo consultado reconoce a la violencia como un delito, del que sólo el tres de cada diez acepta conocer algún caso. Ocho puntos por encima de la mitad de encuestados reducen la problemática a una enfermedad” del golpeador.
*
Algo más que buenas intenciones

Los movimientos sociales y feministas asumieron como propia la bandera de la lucha contra la violencia de género desde una mirada que critica al Estado y su ausencia. El Espacio de Mujeres del Frente Popular Darío Santillán organiza talleres en los barrios periféricos del Conurbano, donde los casos de mujeres víctima no son pocos. Sin embargo, el colectivo se encarga de aclarar que el problema no es exclusivo de los sectores más vulnerables, aunque está potenciado por la pobreza como una forma más de abolición de derechos. Y que las comisarías, en vez de ayudar, obstaculizan.
Hay una “doble victimización”, consideró Adriana Pascielli, también integrante del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) de Lanús. La primera se produce cuando el varón agrede, mientras que la segunda se genera al momento de denunciar y  “en
la comisaría la culpabilizan, porque pareciera que es responsable de la violencia que sufre”.
Si la problemática tiene como origen “la opresión de la mujer por el patriarcado”, la solución se inicia en un cambio de paradigma. En ese camino, las organizaciones “pueden tener buenas intenciones, pero el Estado tiene que estar presente”, demandó .

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El camino de la lucha colectiva

 Por Noelia Leiva

El predio estaba abandonado. Un grupo de trabajadores desocupados lo recuperaron e instalaron allí cuatro centros productivos y una escuela para adultos. Sin patrones pero organizados, su lucha se llevó un nombre: Darío Santillán. Desde su asesinato, reivindicar a su compañero es otro de los motivos que los impulsa a seguir la transformación social.

"Saber qué es lo equitativo y no hacerlo, he ahí la cobardía”. La frase de Confucio abrió la charla. Sobre la mesa, un libro del filósofo chino y otro sobre la vida de Fidel Castro, además de herramientas para tratar el metal. Carlos Romeo es una de las personas que trabaja en la herrería. En total, son cuatro los proyectos productivos que funcionan en el predio recuperado Roca Negra, en Monte Chingolo, Lanús, bajo el “esfuerzo militante” del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) local desde hace 6 años. Allí trabajó Darío Santillán antes de ser asesinado el 26 de junio de 2002. Allí se gesta una mirada propia para luchar por “el cambio social”.
La consigan es clara. Los integrantes del movimiento buscan revolucionar y revolucionarse para llegar a “ese hombre distinto que quería el Che, que sea solidario, pueda compartir, acompañar”, definió Carlos, de cuerpo cansado por el trabajo al sol y conceptos decididos. Se trata de una cruzada por una forma de trabajar y de educar distinta, sin líderes ni patrones.
En el Roca hay herrería, bloquera,taller de serigrafía y un mercado frutihortícola. El 10 por ciento de las ganancias se destinan al movimiento y el resto es repartido de forma equitativa entre los trabajadores. Además, avanza el sueño de la escuela propia, a la que ya concurren 17 alumnos y tiene una importancia particular porque deja asomar un cambio en las prioridades de las personas más pobres, aunque aún halla necesidades básicas insatisfechas. Antes la gente se sumaba por la promesa de obtener un “bolsón de alimentos o un plan social”. En cambio, la escuela permite incorporar adherentes que se interesen por los valores del MTD a partir de comprenderlos, de aprender a leer y escribir. “Antes reclutábamos por la panza. Ahora, por la cabeza”, puntualizó el herrero.
Las decisiones de qué comprar,cómo organizar la labor productiva y cómo defender la lucha se toman necesariamente en asamblea. Que la agrupación no tenga referentes retrasa los tiempos de acción pero, a la vez, la fortalece porque “si mataran al líder, todo se desorganizaría”. Para Carlos, en el movimiento pasa otra cosa: “Acá nosotros sabemos que si nos matan, va a haber un montón de compañeros atrás del asesino y va a tener cadena perpetua”.

La historia

El predio de Camino General Belgrano al 4400 estaba deshabitado desde hacía 15 años. Guillermo Parodi, su dueño, pidió un crédito de 10 millones de pesos y desapareció.En 2002, las Madres de Plaza de Mayo entendieron que era el espacio ideal para fundar un centro de producción solidaria, aunque más tarde la reacción de la organización no fuese la más deseada. Al principio, los MTD de Lanús, Almirante Brown y Solano se reunieron para poner en marcha esa forma distinta de compartir el trabajo con el otro, sin patrones. Pero de a poco, por distancia geográfica y criterios diferentes, se decidió que los representantes lanusenses iban a ser los únicos responsables del predio.
Pero en septiembre de 2008, recibieron una mala noticia. Tras más de una década y media sin presentaciones fiscales, el Roca Negra debía ser rematado. Una primera movilización al Centro de Martilleros de Capital Federal dilató la fecha de la operación, hasta que con el segundo intento de remate la organización entendió que debía agudizar la resistencia e ir por la expropiación. Entonces acudieron a las Madres.
“Fuimos a hablar y le contamos. Nos dicen: ‘Qué vamos a hacer nosotras, fíjense ustedes qué pueden hacer y los acompañamos, pero no queremos hacer nada más con eso’. Imaginate, es como si te abandonara tu mamá”, relató Carlos. “Así que empezamos a ir a La Plata. Les decíamos a los diputados: ‘Dale, firmame la ley”.
El 27 de febrero el proyecto de expropiación ingresó en la Legislatura bonaerense. La Cámara Baja lo aprobó el 30 de abril y el Senado le dio el sí definitivo el 26 de noviembre de 2008, a partir de lo cual el espacio pasó a pertenecer a la asociación civil del movimiento, “Semillita de Algarrobo Colorado”.

La identidad

“Somos piqueteros y estamos orgullosos”, subrayó el hombre de la herrería. A veces, la misma gente del barrio prioriza su “prejuicio” y prefiere comprar en otro lugar porque cree que quienes trabajan en el Roca son “gente difícil de tratar”, sonrió Carlos. La reacción de algunos vecinos es, en definitiva, un reflejo de la desviación más amplia del concepto en la vidriera de los medios, con un tinte en general negativo y una mirada que no abarca al contexto social de la lucha. “No podemos negar lo que somos. Y menos cuando hasta los hijos de puta, como los del campo, usan nuestros métodos” para sus reivindicaciones.

La lucha después de la muerte

Desde el 26 de junio de 2002, para Leonardo Santillán integrar el MTD genera sentimientos encontrados. La lucha, por un lado, lo alimenta pero, por otro, le hace sentir de cerca la ausencia de su hermano, Darío, asesinado por una bala policial en Puente Pueyrredón.Ambos trabajaron en la bloquera del movimiento en Villa La Fe, Lanús, que luego se trasladó al Roca Negra por falta de espacio. Allí compartieron labores hasta el día de la muerte. Ahora, el trabajo es una forma de recordarlo, al tiempo que se autogenera la posibilidad de acceso a ese derecho.
Durante el verano, él y Juan trabajan en la fabricación de bloques que venden a 2,50 pesos. “Son más baratos que los de afuera pero de mejor calidad”, subrayó Leonardo. En una semana, se propusieron hacer mil unidades para poder tener un stock disponible para cuando surjan pedidos. Es que en la bloquera, como en todos los proyectos que funcionan en el predio, el trabajo no es constante.
“Darío nos marca el camino, como tantos otros”, se emocionó Leonardo. Para él, se trata de acompañar la lucha en el campo popular para “evitar que más compañeros se caigan”.

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Una suma de dificultades para acceder a la salud

Por Noelia Leiva


Una organización social realizó una encuesta para verificar con qué posibilidades reales cuentan las familias de Villa Fiorito para hacer frente a la Gripe A. Los niños son los más afectados porque sólo hubo turnos para 40 de ellos en las unidades sanitarias. Cuando las falencias impiden la prevención.


Ausencia de profesionales por falta de pago y escasez de insumos resultaron las constantes en el funcionamiento de las cuatro unidades sanitarias que deben atender a 42 mil habitantes en Villa Fiorito, según lo reveló un relevamiento que realizó la organización Che Pibe sobre 102 familias consultadas, en el marco de la expansión de la Gripe A (H1N1). "Acá, eso de que si tenés fiebre vas al médico no existe", afirmó Marcela Val, referente de la organización.

Las fallas en el sistema de salud se evidenciaron cuando el 14 por ciento de las 583 personas encuestadas expresaron apelar al lavado de manos para evitar infectarse con el virus, aunque "la aplicación efectiva de las medidas está limitada por las deficientes condiciones sanitarias, como el no acceso al agua corriente", aclaró el pre-informe, al que accedió AUNO.

De esta manera, la extensión del virus en los barrios y la difusión mediática de la patología evidenció las dos variables que dificultan enfrentar la enfermedad en las barriadas pobres: la falta de los recursos básicos para la prevención y la de las herramientas médicas equitativas para actuar ante cuadros declarados.

La recorrida por las casas de Fiorito se realizó entre el 6 y el 8 de julio últimos, los primeros días de suspensión de las clases para evitar contagios, cuando la curva de consultas por la gripe ascendía.

Según el informe, un 68 por ciento aseguró querer consultar al médico al tener síntomas de enfermedad pero "sólo dos de las cuatro unidades sanitarias entregaron turnos para pediatría" durante la semana de las entrevistas", indicó Val. Mientras que las otras dos salas otorgaron hasta 40 turnos para una población total de 42.902 habitantes.

Si los niños de la salita "La salud como derecho", ubicada sobre el pasaje Eva Perón, sufrían algún malestar durante la primera semana del mes, no iban a poder atenderse, porque de las dos pediatras que estaba contratadas, una había presentado su renuncia y otra se encontraba bajo licencia médica. La misma suerte corrieron los vecinos más chicos de la Unidad Sanitaria "Villa Urbana", entre Larrazabal y Calingasta, donde la especialista no trabajaba desde marzo.

Por su parte, en el centro sanitario "Nueva Fiorito" hubo cupo para 30 pacientes, 15 por cada uno de los dos días de atención, y en el "Ramón Carrillo" sólo para 10, atendidos por dos doctoras.

LOS PROBLEMAS Y LAS CAUSAS
Mientras en la población con más recursos económicos el menor síntoma de fiebre o malestar respiratorio despertaba la preocupación de padecer la enfermedad pandémica, en Fiorito los números confirmaban los problemas de salud históricamente asociados a la precariedad de la infraestructura del barrio.

El 66 por ciento de los encuestados tenían marcas de broncoespasmos, asma y bronquiolitis, que el informe de Che Pibe explica como consecuencia de la debilidad de las construcciones donde viven las familias, la ausencia de redes cloacales, agua limpia con la que higienizarse o cocinar y la instalación de las viviendas en cercanía a focos infecciosos, como basurales y arroyos con caudales contaminados.

LOS ENCUESTADOS
Aunque desde hace diez años la zona es catalogada como "ciudad" por la cantidad de habitantes que alberga, las familias no cuentan con los servicios básicos y sus necesidades son negadas estratégicamente por "el individualismo, la cultura del miedo y el no te metás", denunció la organización en sus conclusiones.

Entre los pobladores hay una mayoría de personas que nació en el interior del país o en países vecinos, como Bolivia, Chile y Paraguay. En la población juvenil, la constante es la dificultad para alcanzar la independencia económica, por lo que incluso cuando son padres conviven con el núcleo parental.

Según el análisis, las dificultades económicas están signadas por la inestabilidad laboral, ya que la mayoría de los vecinos "trabaja en relación de dependencia, comúnmente como changarines en albañilería, cartoneros, botelleros y empleados domésticos", puntualizó el documento. Además, como "no existe fuente de trabajo" en la zona, los vecinos deben trasladarse a la Ciudad de Buenos Aires u otros distritos del Conurbano bonaerense para encontrar una oportunidad de empleo.

MNL-AFD
AUNO-29-07-2009 


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Leoneras del patriarcado estatal

Por Noelia Leiva

Anuncios no faltan en Estado cuya bandera es la de la promoción de derechos. Pero del lado de las organizaciones sociales, el panorama no es propicio para celebrar una apertura social en materia de género. El Espacio de Mujeres del Frente Popular Darío Santillán denunció un “doble discurso” oficial por la demora en la asignación del aval prometido a los talleres sobre salud reproductiva e igualdad que otorgan a las mujeres de los barrios más pobres del Conurbano sur.
Si contra un mandato familiar y cultural dominado por el varón hay que trabajar, también frente a un aparato que puede demorar acciones de participación. Desde octubre de 2003, el colectivo femenino no detuvo sus actividades de formación en el intercambio con militantes de diversas agrupaciones, incluso cuando el respaldo financiero para expandir sus talleres contra la marginación se convirtió en un signo de interrogación. Y la espera sigue.
“Falta trabajar en derechos, para que las mujeres se den cuenta de lo que el patriarcado les vedó durante años”, subrayó Adriana Pascielli, integrante del Espacio y del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) de Lanús. Con esa impronta, las actividades que se realizan en ese distrito se extienden a Almirante Brown, Lomas de Zamora, La Plata y Berisso. “En 2008 presentamos dos proyectos para poder expandirnos y sumar especialistas (mediante recursos del Gobierno), pero hace cuatro meses que nos dicen que está a cobrar”, denunció, en diálogo con LA TERCERA. Al cierre de esta edición, la agrupación había recibido la promesa de que el dinero estaría asignado hoy para la puesta en marcha de más propuestas de género. “Esperemos que la denuncia pública dé resultado”, ese recurso que a veces cumple los roles ausentes.
La demora parece mayor cuando, como producto del trabajo barrial, el frente detecta que la violencia y la imposibilidad de decidir sobre el propio cuerpo son constantes entre las familias sumidas en la pobreza. Y no sólo se trata de un reclamo en pos de la despenalización del aborto como forma de evitar la muerte de quienes no tienen acceso a ámbitos donde, aunque todavía ilegales, se interrumpen embarazos con asepsia. En las unidades sanitarias de zonas de riesgo social “no se cumple la Ley de Salud Sexual y Reproductiva, no se dan anticonceptivos”. Falta de acceso a la información y a las herramientas de cuidado suelen ser la combinación por la que esas mismas mujeres se conviertan en blanco de los prejuicios.
“Hay bastante por hacer”, resumió Pascielli. Es cuestión de seguir, porque el camino ya está empezado.

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