30 de octubre de 2009

Glifosato: vecinos cuestionaron su uso en las vías del tren


Por Noelia Leiva y Guillermo D’Ambrosio

El herbicida es usado para erradicar la vegetación de los costados de los rieles, aunque fue generado para el cultivo de soja transgénica. Los especialistas aseguraron que llega a provocar trastornos en el equilibrio sanitario de las personas. Es más económico que emplear trabajadores permanentes. Pese a las denuncias, Ugofe sostuvo que la implementación del agroquímico “fue autorizada”.

De paradojas está hecho el relato de la realidad. Asociado a un pasado de esplendor, el errocarril, que impulsó el desarrollo comercial de las poblaciones que atravesaba, se convirtió en un agente peligroso para los ecosistemas aledaños a las vías. A partir de las denuncias de vecinos y especialistas, los métodos de desmalezamiento que aplica la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia (Ugofe) están en la mira por la implementación de glifosato, un herbicida de amplio espectro que afecta a organismos vegetales y animales y que puede generar hasta afecciones embrionarias en los seres humanos. La empresa reconoció la utilización del químico pero se respaldó en las autorizaciones oficiales para implementarlo.
Como una crisis o una enfermedad se anuncian con síntomas, las personas que viven en las cercanías a las estaciones de la Línea Roca en el Conurbano Sur sospecharon la presencia de un factor no deseado cuando las plantas en sus jardines o en los mismos terraplenes ferroviarios comenzaron a languidecer. Y entonces la búsqueda de antecedentes los llevó a otros distritos bonaerenses, como Vicente López,donde organizaciones barriales
se manifestaron contra el uso de la sustancia y su catalizador asociado, implementados originalmente en el cultivo de soja transgénica que es inmune a sus efectos nocivos por la
manipulación artificial en su composición.
LA TERCERA comprobó el resultado del trabajo de las cuadrillas contratadas por Ugofe en Turdera, donde integrantes de la Asamblea local, representantes del Parque Finky y del Foro Hídrico lomense describieron el proceso que logró erradicar la vegetación en las nmediaciones. “No actúa solo sino con un coadyuvante que le permite abrir las membranas (de las plantas) para ser absorbido”, precisó Alejandro Almeida, miembro de las entidades ambientales y uno de los precursores del proyecto para que el Concejo Deliberante corte toda
acción contaminante en el territorio sobre el que legisla.
Las huellas del químico no se redujeron a un foco en el trayecto del tren. En Almirante Brown y Esteban Echeverría, agrupaciones ambientales elaboraron comunicados y propuestas presentadas a los ediles contra el mecanismo que aplica la concesionaria. En Lanús, los vecinos impulsaron una ordenanza, aprobada el viernes último, por la que se “prohíbe la aplicación de agroquímicos para la eliminaciónde pastizales en los predios ubicados
en el distrito, sean de dominio público o privado perteneciente al Estado nacional, provincial o municipal, y en predios de dominio privado de uso o acceso público”, según establece la normativa.

¿Corredor “ecológico” o “cancerígeno”?

La sustancia “actúa como un defoliante, es un tóxico de acción prolongada”, aseguró el biólogo e integrante de la Asociación Ecológica de Lanús. Según subrayó, el glifosato
produce la muerte de la flora -que en general es autóctona y, por ello, da entidad de “corredor ecológico” al área- y de batracios, peces o reptiles que se constituyen en depredadores naturales de los mosquitos, sobre todo en época de generación de epidemias. “El agente transmisor del dengue (el Aedes Agypti) no tiene un control natural”, denunció el
especialista. Por otro lado, los trastornos en la salud humana se conocen a partir de sus antecedentes en la agricultura: “Efectos cancerígenos y reproductivos y acción mutagénica”,
denunció un estudio del médico de la Universidad de Buenos Aires Jorge Kaczewer.
“Nos están afectando social y sanitariamente, todo por su negocio y a costa nuestra”, denunció Almeida. Es que a la hora de preguntarse por qué la firma aplica químicos en lugar
de aumentar la cantidad de empleados en el desmalezamiento manual, la reducción de costos se presenta como la principal respuesta.


Con "autorización" oficial

Aunque todas las miradas apuntan a Ugofe, la Unidad Gestora no inició acciones en el campo legal, tampoco tras la reciente aprobación en Lanús de la ordenanza que impide la eliminación vegetal con el agroquímico cuestionado. Pese a las críticas, la empresa defendió
la implementación del mecanismo y se respaldó en los avales estatales.
“Trabajamos con dos métodos: el desmalezado manual y otro con un herbicida, el glifosato, en dosis bajas y a 30 o 40 centímetros del piso”, aseguraron a LA TERCERA desde el área de Prensa y Relaciones Institucionales a cargo de Eduardo Montenegro. Tenemos la autorización (para usar la sustancia) del (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) Senasa, y de la Secretaría de Producción del Ministerio de Asuntos Agrarios bonaerense, para
contratar a esas empresas”, arguyeron sobre la toxicidad de la sustancia.
Primero se efectúa la práctica artesanal de corte de pastizales y luego se aplica el producto para evitar el crecimiento verde, detallaron. La unidad de gestión contrata a compañías cuyos trabajadores están obligados a emplear indumentaria adaptada. “Si no cumplen, no podrán trabajar con Ugofe”, perjuraron. No obstante, los vecinos denunciaron
que el personal sólo se cubre el rostro con barbijos descartables.

"Utilizarlo en las vías del tren es injustificado"

Uno de los integrantes del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(Conicet), Andrés Carrasco, sentenció que la utilización del aminoácido sintético conocido
como glifosato es “injustificada” para el control de la vegetación lindera a los rieles. Por el contrario, es “preferible que se acondicionen esos terrenos como espacios verdes; no que se rocíen jardines, animales y niños (de las áreas) lindantes a las vías” con el químico.
A través de trabajos que el embriólogo llevó a cabo con su par en el Consejo Alicia Massarini, Carrasco concluyó que “lo novedoso, aproximadamente desde 1990, es la aparición de paquetes tecnológicos de siembra”. Según explicó a LA TERCERA, se trata de combinaciones productivas de semillas, herbicidas y métodos de cultivo intensivo desarrolladas por grupos agropecuarios especializados en oleaginosas. Los paquetes se extendieron fácilmente por la gula financiera de los inversores que encontraron en la vedette de los biocombustibles -la soja- un refugio financiero de alta plusvalía.
“Los herbicidas no son inventos modernos. Probablemente el glifosato sea el primero, pero es seguro que no será el último porque las grandes empresas lo fabrican para lograr reacciones a las que las plantas son resistentes y obtener semillas transgénicas con esa resistencia. Constituyen un paquete tecnológico de semilla más herbicida que mata todo lo que hay en el suelo menos la planta (genéticamente alterada). Crece sin interferencia de malezas u otros vegetales. Eso es lo nuevo”.
El glifosato es el principio activo de esas sustancias. Aunque “no es fácil”, el producto puede mezclarse con el agua luego de un contacto prolongado. Esa propiedad y su “facilidad” para filtrarse en las células humanas lo hacen un factor medioambiental de riesgo para las fases de agua subterránea: “No es difícil que entre en las células animales, de hecho es más fácil que penetrar en las vegetales”, especificó Carrasco.

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