20 de diciembre de 2013

Otro femicidio: mataron a la hija de una Mariposa de Villa París

Por Noelia Leiva. La joven residía en Morón pero se había criado en Glew, donde viven su mamá y otros familiares. Había alertado que su pareja quería matarla, cosa que finalmente hizo: apareció descuartizada. Está detenido porque confesó su responsabilidad. Su madre era parte de la organización territorial que lucha contra la violencia de género.


Una mujer es asesinada en el país cada 36 horas. La mayoría de los responsables son hombres con los que tienen o tuvieron alguna relación sentimental. Gabriela Consme es uno de los nombres detrás de la estadística: fue hallada muerta en el distrito bonaerense de Morón y por su femicidio detuvieron a su novio, Walter Santiago Marker. La joven era hija de una de las integrantes de Las Mariposas de Villa París, de Glew, que trabaja en la defensa de la equidad entre los géneros y que asumió la lucha para reclamar prisión perpetua para el responsable y el fin de la violencia hacia las mujeres.
El martes último el hermano de la joven dio aviso a la Policía por su desaparición. Su mamá estaba recién llegada de San Juan, porque con mucho esfuerzo había viajado Encuentro Nacional de las Mujeres. Cuando allanaron el domicilio del hombre, con quien la chica salía hacía poco tiempo, encontraron ropa y el celular de ella. Hasta que él confesó su culpabilidad.
Recién el jueves pudieron dar con el cuerpo de Consme, de 24 años, y constatar lo peor: estaba descuartizada, en una bolsa. Por la atrocidad de la violencia, la fiscal Adriana Suárez Corripio, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 8 del Departamento Judicial Morón, le aseguró a los allegados que “pedirá prisión perpetua”, transmitió Myriam Machaca, referente del colectivo feminista de Glew. Al cierre de esta edición, Marker (las mujeres dudan de que el que dio sea su nombre real) se encontraba detenido.
En el allanamiento, encontraron una cámara de fotos donde había imágenes de una ex pareja, también desaparecida. “Como sabemos que va a tener algún defensor que va a apelar (el requerimiento de cárcel por 35 años) es necesario que ese dato sea tenido en cuenta por algún abogado o abogada” que defienda a otra víctima más de la violencia sexista. La representación ante la ley es otro problema: como el entorno de la mujer carece de recursos para costear un patrocinante, esperan que algún profesional se solidarice y oriente en la causa.
“El domingo (por el 24) se encontró con él y luego le mando un mensaje a su hermano donde le decía que estaba con miedo porque él la quería matar. No se supo más nada, hasta que la encontraron descuartizada”, describió la militante, en diálogo con LA TERCERA.
El dolor caló hondo en Glew, donde la muchacha se crió. Por eso, quieren que el sepelio se realice en el distrito y no en el Oeste del Conurbano, donde residía con una de sus hijas, de 3. La otra, de 7, vive con su abuela, una de Las Mariposas. Como el domicilio de la joven está radicado en Morón, Almirante Brown “no se hace cargo”, señaló Machaca, mientras aguardaba la confirmación para que la madre de la chica fuera a reconocer el cuerpo.
Para ellas, fue un golpe en doble sentido: por la pérdida de una persona cercana y por la causa de esa muerte, que reafirma que todavía hace falta pelear contra la opresión patriarcal.

La lucha debe continuar

El jueves último se realizó un festival en la plaza Victorio Grigera de Lomas de Zamora donde se repudiaba la violencia hacia niñas, adolescentes y adultas, luego de que dos familias denunciaran que sus hijas habían sido abusadas en una fiesta privada. Ese mismo día, Las Mariposas supieron que Gabriela, a quien buscaban hacía dos días, estaba muerta. Como el colectivo de Glew era parte de la convocatoria, los vecinos y las vecinas que concurrieron a la actividad se enteraron allí del nuevo femicidio.
Fue la confirmación de que se debe enfatizar en la defensa de los derechos de las mujeres, ayer el grupo browniano llevó una bandera negra en señal de luto a la Muestra de Organizaciones Culturales y Comunitarias (Mocca). Ni bien confirmen que Gabriela podrá ser sepultada en Brown, como desea su familia, prometió convocar a sus pares feministas para aunarse en el repudio contra la violencia machista, que lastima, anula y mata.

Publicado en La Tercera http://www.diariolatercera.com.ar/0/vnc/nota.vnc?id=6791

“¡Al machismo ponele bomba!”


Por Noelia Leiva. Por segundo año, los Varones Antipatriarcales organizaron un encuentro en el que participaron más de un centenar de muchachos que cuestionan la masculinidad patriarcal. Ni machos ni fachos: feministas.







“Un hombre no comienza jamás por presentarse como individuo de un determinado sexo: que él sea hombre es algo que se da por supuesto”, cuestionaba Simone de Beauvoir en su célebre obra “Segundo sexo”. Como el patriarcado los tiene a ellos como vectores del poder que concentran y aplican por herencia cultural, cambiar la mirada sobre la masculinidad resulta un paso fundamental en la lucha por la equidad entre los géneros. Ése es el objetivo planteado en el Segundo Encuentro de Varones Antipatriarcales, que se realizó este fin de semana en Mendoza con delegaciones de seis provincias. “Ni machos ni fachos” es la consigna que identifica al colectivo, que se autoproclama feminista.
Desde el vamos, la propuesta desafía la ‘heteronorma’: un grupo de hombres -alrededor de 120- que no se conocen conviven en un campo durante tres días, dispuestos a hablar de sí. Una vez allá, hay otra consigna que interpela aún más, que es sentirse en la libertad de que las cosas les pasen porque, aunque sus DNI digan que son varones, pueden emocionarse, besar, abrazar. “Nos encontramos desde el lugar del amor para crear vínculos lejos de las prácticas cotidianas de competencia y de fuerza, y poder  derribar muchos de los prejuicios que hacen a la homofobia”, definió Alejandro Aymú, uno de los representantes capitalinos del movimiento y participante de la experiencia por segundo año consecutivo.
El sábado, cuando llegaron, pusieron el cuerpo en acción en actividades lúdicas y espacios de yoga que sirvieron para romper el hielo y empezar a pensar. En la jornada siguiente, se realizaron talleres que ahondar sobre “los feminismos”, el aborto y la explotación sexual, entre otros temas. Hubo ítems en los que no se alcanzó consenso, como si hay que adoptar una mirada reglamentaria o abolicionista sobre la prostitución, pero “se pudo avanzar en el diálogo”, recalcó el militante. Se trata de interpelar e interpelarse: aquí, a los “varones prostituyentes”; en todos los órdenes, a los hombres que inexorablemente fueron criados bajo dogmas machistas y que tienen la oportunidad de erradicarlos.
“¡Al Estado ponele bomba!¡Al machismo ponele bomba!”, cantaban en ronda bajo el sol en uno de los momentos que compartieron todos. Fue al ritmo de la canción que en su versión original invita a “menear suavecito para abajo”. Los muchachos gritaban “feminismo desde abajo” y transformaban el “movimiento sexy” del ‘hit’ en uno “anti: antiimperialista, anticlerical, anticapitalista y antipatriarcal”.
El lunes, hubo espacio para plantear los ejes de un documento que aún no se difundió y que concentrará las ideas del encuentro, que abordó en simultáneo dos vías difíciles de trabajar. Por un lado, el replanteo individual en tanto sujetos que cuentan con la legitimidad social de ser dueños de sus cuerpos y decisiones -acaso también de los de las mujeres y otras “identidades disidentes”- por el simple hecho de ser hombres. Por otro, mostrarse en lo social como personas capaces de aportar al movimiento de las mujeres por la igualdad de oportunidades.
“Lo personal se vuelve político y lo político, colectivo. Es todo experimentación, no tenemos referencias, sólo lo hacemos”, enfatizó Aymú. Hace tres años que defienden esa lógica como grupo, que funciona en el centro cultural Olga Vázquez de La Plata, la Casa Nuestra América en Capital Federal y El Transformador  en Haedo. Hasta Mendoza también llegaron delegaciones de Santa Fe, Neuquén, San Luis, Córdoba y Tucumán.

Para no ser un ‘animal de costumbre’
Un poco por hábitos no cuestionados, otro poco por la comodidad de ser el que manda, hay rasgos de la cotidianeidad que marcan la desigualdad. Incluso para quienes cuestionan al patriarcado existen “micromachismos”, que son “pequeñas prácticas invisibles o muy naturalizadas que determinan la opresión”, definió el militante, según se conversó en uno de los talleres.
Esos rastros van desde “dejar pasar a una señorita en el colectivo para mirarle la cola” o porque tienen que subir ‘primero las damas’ hasta “pensar que la mujer tiene que hacer la comida, lavar y planchar o creer que los roles de dirigencia los tiene que ejercer un varón”, enumeró. “Son señales que hacen que pongamos en conocimiento el lugar de jerarquía. Las tratamos de advertir y revertir a partir de la problematización”, sostuvo.
También es animarse a hacer lo que mira mal el manual del ‘macho’: besarse, abrazarse, emocionarse. Eso también implica otra manera de relacionarse con pares, que a veces es difícil de gestar por fuera de los espacios donde se da la reflexión. Ése es el desafío: quitarse el patriarcado “del propio cuerpo”, correrse de las conquistas heredadas.
El cimiento del camino que recién comienza es considerarse “un desprendimiento” del movimiento feminista ya que a partir de su cuestionamiento a los privilegios machistas es que ellos comenzaron a ser críticos con el rol responsable de lo masculino en esa disparidad. No pretenden cambiar la forma estereotipada de ser hombres por otra distinta pero única: “La idea es desarmar estos modelos hegemónicos a partir de una multiplicidad de prácticas y saber que los genitales no nos hacen varones o mujeres, son parte de identidades que vamos construyendo”.

Publicado en Marcha Noticias http://www.marcha.org.ar/1/index.php/nacionales/92-generos/4734-al-machismo-ponele-bomba

"La actitud del Ministerio de Salud es contraria a derecho"


Por Noelia Leiva. Lo consideró Perla Prigoshin, presidenta de la comisión que elabora sanciones hacia la violencia de género. Se refiere a la cartera porteña que determina que los médicos deben denunciar si sospecha que una paciente se practicó un aborto. No tratar la interrupción del embarazo en el Congreso es un caso de maltrato "institucional".


Un fallo de la Corte Suprema de 2010 deja en claro que los derechos personalísimos, que hacen a la dignidad e intimidad, deben protegerse incluso si por ello no se denuncia un delito. En contra de ese paradigma y del secreto profesional, tres médicas del hospital porteño Juan Fernández maltrataron y denunciaron a una mujer que llevaba un aborto en curso y solicitó asistencia. El caso, por el que hoy el movimiento antipatriarcal realizará un escarche en la institución, deja en evidencia cómo se denuestan a las ciudadanas: la prohibición de que decidan si parir o no y la agresión en los ámbitos dedicados a la atención ginecológica y obstetricia. Para Perla Prigoshin, abogada y presidenta de la Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de la Violencia de Género (Consavig), la actitud manifiesta que "la ideología persecutoria está por encima de los derechos de las mujeres".
En junio, una joven de menos de 30 años ingresó al centro médico para solicitar la ayuda de especialistas. Las médicas Julieta Andrea Wainfeld y Virginia Driedrich le "hicieron comentarios inapropiados, la culparon de lo sucedido y le manifestaron que le indicarían menor dosis de analgésico para que sienta lo que hizo", transmitió un comunicado que emitió la Comisión para repudiar la actitud. Tras el cambio de guardia, la colega Rosana Buffa llamó a la fuerza de seguridad para denunciarla y volver a someterla a la humillación, mientras su salud se ponía en riesgo porque habían pasado "menos de 24 horas" desde la intervención quirúrgica que había atravesado. La justificación fue que la Dirección Legal y Técnica del Ministerio sanitario capitalino determina que los profesionales tienen que notificar a la Policía cuando suponen encontrarse frente a maniobras abortivas.
-¿Existe algún marco legal que ampare esta disposición del Gobierno que conduce Mauricio Macri?
Desde la Consavig entendemos que se trata de una indicación contraria a derecho. Es una barbaridad. Se encuentra, por ejemplo, el fallo de la Corte Suprema de la Nación por el caso Baldivieso (NR: en 2010 determinó, a partir de que un médico denunciara a su paciente por consumo de clorhidrato de cocaína, que "un derecho personalísimo a una esfera de intimidad, en cualquiera de sus fundamentaciones, supera al interés social en la aplicación de una pena"). Con toda claridad se establece después de él que el hecho de que una mujer recurra a un espacio hospitalario demandando ayuda por un aborto no puede ser utilizado como un elemento para denunciar. Con este fallo y la existencia del secreto profesional (cuya violación es un delito tipificado en el Código Penal), lo que indica el Ministerio de Salud es una falta de respeto a lo dispuesto por la Corte y una conducta que muestra a las claras que tiene una ideología persecutoria, por encima de los derechos de las mujeres.
-¿Hay elementos que respalden la actitud de las profesionales en tanto trabajadoras de un sistema con reglas a cumplir?
De ningún modo se puede justificarlas. Vamos a terminar con la obediencia debida de la dictadura. No quiero sonar irrespetuosa con el sufrimiento de quienes atravesaron la tortura y la desaparición pero, si la orden que te dan es ilícita, te podés revelar. No todo da lo mismo. Podemos decir que estaba el empleo en juego, pero qué tal si pensamos que la ética, que tanto se pregona últimamente, está por encima.
-¿Entonces hay elementos para iniciar acciones legales contra esa medida?
Podría hacerse una denuncia ante los tribunales en lo Contencioso Administrativo de la Ciudad para que de algún modo obliguen al Ministerio a retirar esa disposición. De ahí a la sanción hay una larga distancia.
-La paciente atravesó el maltrato por no haber contado con un espacio de salud seguro y público donde practicarse un aborto ¿Cuál es su mirada al respecto?
En una audiencia en la Cámara de Diputados fui invitada y definí que el no tratamiento de la despenalización del aborto, por lo menos, se configura como un hecho de violencia institucional contra las mujeres. Desde lo individual, estoy absolutamente de acuerdo no sólo con lograr que se despenalice sino que se legalice. Es una ocupación del Poder Legislativo que ya debería asumir.
- A partir de su labor en la erradicación de la violencia de género ¿cómo explica que haya sido una mujer la que denuncie a otra y de esta manera vulnere sus derechos?
Las personeras del patriarcado somos las mujeres. En esta dura asignación de roles, somos quienes criamos a los hijos e hijas, le indicamos conductas: "no seas maricón, devolvele la trompada" o le decimos a una nena "dale un vaso de agua a tu hermano ¿no ves que tiene sed?". Se nos inculca el servir. En estos casos no hablamos por nuestra boca, somos habladas por el discurso del dominador. Muchas festejan los chistes machistas que critican a las suegras o compiten con las amigas, porque en el fondo está el cuento de la Cenicienta, en el que se contrapone a la madrastra y las hermanastra, que son las enemigas, y hace falta el beso del príncipe para convertirse en mujer. Son patrones difíciles de erradicar. No me asombra lo que hicieron, pero me duele.
-A partir de la difusión del caso se puso sobre el tapete la violencia obstétrica, que atraviesan muchas mujeres cuando hacen consultas a ginecólogos u obstetras o cuando van a dar a luz ¿Cómo se puede erradicarla?
Trabajamos en una subcomisión sobre esta temática y dimos bastantes pasos. Promovemos acciones preventivas y sancionatorias de dos tipos: capacitaciones a quienes incurrieron en este tipo de violencia para sensibilizarlos y la incorporación del ítem como causal de sumario administrativo. Además, trabajamos en la redacción de una encuesta para conceptualizar lo mejor posible cómo se configura, ya que tiene puntos de contacto con la mala praxis y tortura: si a una mujer le realizan un legrado sin anestesia, no estamos frente a un hecho de violencia nada más sino frente a un acto de tortura.
-¿Cómo se dará a conocer esa encuesta?
La empezamos a hacer circular en charlas con efectores de salud. Después serán interpretadas y las pondremos a disposición de la comunidad. Otra acción es reunirnos y articular con el Instituto Nacional contra la Discriminación, el Racismo y la Xenofobia (Inadi), la Defensoría del Pueblo de la Nación y la Superintendencia de Servicios de Salud para dar curso a unas cartas de denuncia que pusimos a disposición de las mujeres para que puedan dejar una constancia cuando atraviesan estas situaciones de violencia.
-Pero para decirlo ¿hay que desnaturalizar el dolor?
Está claramente naturalizado el dolor y el padecimiento en el momento del parto (o de su interrupción, por los motivos que hasta el momento son no punibles). Desde ya que parir sin violencia no significa hacerlo sin contracciones, pero sí que puede trabajarse y gestionarse en un ámbito amigable y respetuoso. En el caso de que duela tanto que sea intolerable, puede usarse la anestesia indicada por el médico. Nadie tiene que atravesar por lo que no puede.

Publicada en Marcha Noticias http://www.marcha.org.ar/1/index.php/nacionales/92-generos/4665-hospital-fernandez-la-actitud-del-ministerio-de-salud-es-contraria-a-derecho