2 de marzo de 2011

Una invitación a la creatividad literaria

Marta Mazzilli es una de las docentes y escritoras montengrandenses cuya trayectoria obtuvo más reconocimiento. Coordina talleres literarios que concibe como una llave para que cada quien abra el propio mundo de las palabras. Recibe a adultos y niños. Tres jóvenes fueron galardonados en Chubut. La coordinadora y dos de las premiadas conversaron con LA TERCERA.

Si la escritura es una puerta a simbolizar en un plano más audaz que el de la cotidianeidad, los espacios de germinación de la palabra como los talleres literarios son ámbitos de “libertad creativa”, definió Marta Mazzilli, quien da vida a uno de esos templos de inspiración desde hace poco menos de dos décadas. Para la educadora, conocer las reglas de los géneros y leer son el punto de partida hacia las criaturas propias. Esa forma de trabajo también construye obras premiadas: tres de sus alumnos, dos niñas y un joven, fueron galardonados en el certamen “Gonzalo Delfino 2011”, de Gaiman, Chubut.
Cada año quienes concurren a la casa de la docente, que se transforma en aula, saben que encontrarán un proyecto guía diferente que atravesará la producción y la elección de autores. Grandes o chicos, pueden recorrer páginas de hacedores rusos, japoneses o latinoamericanos, jugar con los colores o toparse con una propuesta musical que invite a organizar significantes en función del sonido. Puede haber invitados, una jornada en la ciudad, una tarde en un bar para observar a los ocasionales protagonistas de la escena e inventar sus historias. La ex directora del Centro de Investigaciones Educativas (CIE) local y las noveles escritoras recientemente reconocidas, Melina Rodríguez (10) y Giuliana Camarda (12) describieron ante LA TERCERA su experiencia en los encuentros y su mirada sobre los caminos de adhesión a las letras.
-¿Cuándo comenzó su vínculo con la literatura?
-GC: Desde que soy chica leo y me gusta escribir. Mi mamá me leía cuentos, mi abuela me los inventaba. A veces sacaba ideas de un libro y escribía.
-¿Solés leer el material que creaste?
-GM: A veces, cuando me da nostalgia. Me acuerdo que cuando mi maestra me hacía escribir un poema era la última en salir del salón.
-¿Notás cambios en tu búsqueda como escritora a lo largo del tiempo?
-GM: Ahora tengo más conciencia del mundo, de la vida y de lo que se puede hacer con las palabras.
-MM: En general las mamás vienen porque en la escuela no leen ni redactan. En el taller logran la motivación. También adultos o niños que necesitan expresarse a través de la palabra son enviados por psicopedagogas. Soy una amante de la heterogeneidad, por lo tanto todos se incluyen en los grupos. Otros, como estas niñas, vienen porque les gusta, que es lo más lindo.
-MR: Desde chiquita quería escribir poesía y cuentos. Mi mamá siempre me leía. Cuando me quería cambiar (un fragmento de la narración) porque se aburría, le decía que no era así, ya me lo sabía. Tengo una carpeta con lo que hice, aunque hay algunos trabajos que no terminé porque no sabía cómo hacerlo o se me ocurrían más ideas y empezaba otro.
-¿Preferís el cuento o la poesía?
-MR: El cuento me gusta más.
-MM: Paradójicamente, ellas dicen que se sienten más seguras en un género y en realidad brillan en otro, como nos pasa a todos.
-¿Por qué se produce ese fenómeno?
-MM: Creo que es por lo que no hacen en la escuela. La comodidad siempre va para el mismo lado: la narrativa. La poesía se trata como un tema curricular, generalmente. No hay creación. Los que creen que les gusta, vienen con la receta de la rima o la escritura romántica, la descripción de un paisaje. Acá se les da vuelta la cabeza, se dan cuenta de que trabajan poesía libre, con una óptica surrealista de la situación, empiezan a sintetizar lo que antes explicaban con muchas palabras.
-¿Hace falta más lectura en las instituciones?
-MM: Lo cumplen como un deber, la mejor manera es hacerlo con entusiasmo. Falta motivación y corrección. En los talleres literarios en general no se corrige. Hay gente que se puede satisfacer con eso pero hay otra que quiere aprender.
-GM: Los libros son fundamentales, te transportan a un mundo donde no es tan difícil vivir.
-¿En su taller intercambian opiniones sobre sus obras?
-GC: A veces hay un poco de timidez. Para mí, el mayor placer constituye escribir, como diría Virginia Woolf. Escribir para los demás es algo superficial.
-MM: La etapa de comunicar viene después. Ningún gran escritor tuvo la obligación de leer en voz alta. Hay cosas que surgen de un lugar muy profundo del alma o del dolor ¿Para qué convertir un momento placentero en uno de quiebre? Es un espacio de libertad creativa.


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Mirando al sur

El certamen respaldado por la Biblioteca Popular chubutense Ricardo Jones Berwyn recibió obras de tres escritores de Esteban Echeverría. Todos recibieron aplausos. Franco Rosso Lobos con su cuento “Revolución de Octubre” obtuvo el primer premio en la categoría Juvenil, la poesía “Esqueletos” de Camarda se llevó el tercer puesto en Infantil y su narrativa “La misma realidad, distintas lentes” el segundo en la división prosa. Rodríguez logró el segundo escalón del podio con sus versos “Mi selva misionera”, también elegida entre otros nenes y nenas.

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Camarda: “Sócrates decía que todos pueden razonar de la misma manera, tanto niños como adultos, esclavos como ricos. Con la escritura pasa lo mismo: si lo sentís, lo podés plasmar”

Rodríguez: “A mí me dicen ‘¿no te aburrís de leer todo el dia?’, porque a veces a las vacaciones me llevo libros. Y les digo ‘¿pero ustedes no leen?’, porque a mí me gusta”


Por Noelia Leiva

Publicada en La Tercera del 28 de febrero de 2011

http://diariolatercera.com.ar/detalle.php?articulo=Una-invitaci%C3%B3n-a-la-creatividad-literaria&tipo=1&documento=7432&sistema=diarios



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