19 de enero de 2010

Oscuro verano

Por Noelia Leiva

Hay canillas comunitarias dispuestas a una cuadra y media de distancia una de la otra. Ocho de un solo lado del asentamiento. Ocho para por lo menos 15 mil personas. En 17 de Noviembre, como los vecinos llaman al espacio donde implantaron sus casillas como forma de afrontar la crisis habitacional que padecían, las características de cada época del año se sienten más pesadas. Así, la falta de agua y de luz en medio de las temperaturas agobiantes es el escenario que evidencia el abandono.
Ya pasó el invierno en Ingeniero Budge, porque a esa localidad lomense también le pasan cosas. El frío árido que acompañaba a las inundaciones no se siente. Ahora, si se inundan por las precipitaciones fluidas, hace mucho calor. Una amplia porción de las casas no tiene energía eléctrica porque sufre los mismos trastornos que sus vecinos de Camino Negro hasta General Paz, que aunque residen en viviendas de material, no disponen de ese servicio hace tres días. Todo mientras hay anuncios de la llegada de medidores comunitarios, traillers sanitarios y la regularización catastral deseada.
Como cuando las necesidades apremian, en el asentamiento no faltan las diferencias internas, instigadas casi siempre por intereses secuaces de las múltiples convicciones políticas que se acomodan en el distrito. “Hay una Comisión que funciona como una especie de elite divorciada del pueblo, pero de a poco los vecinos ganan voz, que es lo que siempre quisimos”, describió a LA TERCERA Armando Chávez, representante de la manzana 16.
El jueves último, un grupo de residentes se entrevistó con el subsecretario de Obras y Servicios Públicos y Desarrollo Urbano municipal, Fabio Banderas. Según el delegado, el funcionario les prometió que les otorgaría dispositivos para reforzar la red eléctrica que desarrollaron las familias –el Concejo Deliberante autorizó la instalación de medidores comunitarios y particulares con solvento nacional y provincial para las barriadas más pobres-, en sintonía con las declaraciones del intendente Martín Insaurralde en su primera conferencia de prensa, cuando aseguró que estaban en marcha las negociaciones para construir 23 mil viviendas para distribuir entre los residentes de los 16 núcleos habitacionales precarios de Lomas. A un año y dos meses de su instalación, convivir con las falencias promueve la desconfianza de la vecindad.
En ese marco, mientras aguardan que la luz regrese o buscan soluciones caseras para que grandes y chicos accedan al agua potable, los miembros del asentamiento analizan cortar Camino Negro u organizar una movilización, pero todavía no son medidas de fuerza confirmadas.



















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