13 de enero de 2010

Preocupación de los ambientalistas por la utilización de glifosato

Por Noelia Leiva

Denunciaron que las zonas lindantes a las estaciones de tren de Lanús y Gerli muestran síntomas de la aplicación del agroquímico. El Concejo Deliberante había aprobado la normativa que impedía el uso de tóxicos. La posibilidad de que no se cumpla activó la alarma.


Las denuncias vecinales por la utilización de glifosato, un herbicida de amplio espectro,
para el desmalezamiento en las zonas aledañas a las vías del ferrocarril impulsaron la sanción de ordenanzas en Lanús y en Avellaneda que prohíben el uso de agrotóxicos. Sin embargo, una recorrida sobre rieles preocupó a los ambientalistas. A primera vista, hay áreas cercanas a la estación de tren lanusense y la de Gerli que presentan los síntomas de la utilización de esa sustancia que afecta a organismos vegetales y humanos.
Aunque la ausencia de plantas sobre la tierra puede ser advertida por cualquier persona, el ejercicio de detección de sitios afectados enciende más rápidamente los sensores de alarma en los ecologistas. Vicente Piccirillo, integrante del Espacio Oikos-Ecosur, aseguró a LA TERCERA que “en el sector de maniobras (ferroviarias) da la impresión de que sí” volvió a implementarse el químico cuestionado. Coincide con la observación de miembros de la agrupación Finky Verde, de Lomas de Zamora, que consideraron que la más elocuente es Gerli, donde puede distinguirse cómo resulta el paisaje cuando el pastizal es cortado con motoguadañas de aquel que sufre la destrucción vegetal como causa de la implementación tóxica. Por eso, la intención es organizarse para pedir explicaciones al Ejecutivo, que debería velar por la aplicación de la norma.
“Hay que insistir en que (la Municipalidad) tome nota de esta situación para sancionar a la empresa, implementar el poder de policía”, demandó el ambientalista. Y ello independientemente de que “los organismos nacionales digan que el glifosato puede venderse, porque está prohibido en el radio de zonas urbanas, por lo que se incurre en un delito sino se cuida a la población”, consideró, por su parte, el responsable del Foro Hídrico y Sanitario de Lanús, Sergio González. Para ambos, las diferencias de jurisdicciones entre la comuna y la Nación, a la que le compete la administración de la superficie que linda con las vías, está superada, en tanto “se prioriza la legislación más estricta (como en este caso la municipal), mucho más cuando está en juego la salud pública”, sostuvo Piccirillo.
El químico criticado es “una molécula cíclica derivada de la glicina, un aminoácido sintético”, puntualizó Andrés Carrasco en el informe “Glifosato: Vecinos del Conurbano cuestionaron su uso en las vías del tren” que este medio publicó el 28 de octubre último. Según el investigador del Conicet, “no es difícil que entre en las células animales, de hecho es más fácil que penetrar en las vegetales”.
Con estos antecedentes, los colectivos ecológicos manifestaron su decisión de articular información para preparar, en conjunto, una medida para exigir el cuidado de lo natural, además de promover reglas que impidan la aplicación de herbicidas dañinos en aquellos distritos donde los funcionarios todavía no se expidieron.

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