20 de junio de 2013

El 77% de las mujeres agredidas es víctima de su pareja

Por Noelia Leiva
Lo reveló un informe del Ministerio de Salud bonaerense. La estadística corresponde a los casos registrados en hospitales públicos entre 2011 y 2012. La mayoría son jóvenes y sufrieron violencia física. Pero hay otros casos que no llegan a ser registrados: la importancia de dar un acompañamiento interdisciplinario.
Si hay un fenómeno social que es difícil traducir en números es el de la violencia de género. Las personas que la atraviesan no siempre piden ayuda y, si consiguen hacerlo, pueden evitar radican sus denuncias ante organismos formales. Sin embargo, los casos que sí se conocen alcanzan para dimensionar el avance del machismo sobre la vida cotidiana: en los hospitales bonaerenses, casi 900 pacientes se atendieron entre 2011 y 2012 por esa causa, y la mayoría fueron mujeres. En el 77 por ciento de los casos el agresor fue un varón con el que la víctima mantenía una relación sentimental.
Así lo reveló un informe del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires que se desprendió de su Programa de Prevención y Atención de la Violencia Familiar y de Género, en el que se demostró que las mujeres de entre 15 y 39 años son las más afectadas por los comportamientos machistas, de los que los golpes, las quemaduras y el abuso sexual son los más visibles. Padres, tíos y abuelos son agresores, pero los novios, concubinos, esposos o ex parejas se apuntan como los principales agentes de la violencia, en el 77 por ciento de las consultas.
Entre 2011 y 2012 se atendieron 895 casos denunciados como daños movidos por motivos de género, según la estadística que repasó los registros de hospitales y centros de salud bonaerense. De ellos, poco más de 8 de cada 10 pacientes eran mujeres, sometidas por hombres de su entorno familiar. “Las jóvenes son las más afectadas. Con este porcentaje, observamos la incidencia de los noviazgos violentos y la mayor vulnerabilidad durante su edad fértil, ya que muchas sufren la violencia en el embarazo o cuando sus hijas o hijos son pequeños”, explicó Lidia Tundidor, coordinadora del programa del que se desprendieron las estadísticas.
Los números ayudan a entender el peligro de que un hombre crea que una muchacha es de su propiedad y que puede poseerla, marcarla, maltratarla o descartarla a su antojo. Sin embargo, hay casos que requieren de ayuda pero son difíciles de detectar: “Nos sucedió en la guardia que venían pacientes con quemaduras de cigarrillo (provocadas intencionalmente) y aseguraban que les había saltado aceite, por ejemplo. Muchas veces se atienden como accidentes domésticos, pero son producto de la violencia de género”, le explicó a LA TERCERA Angélica Barragán, jefa de Enfermería del hospital lomense Luisa Cravenna de Gandulfo.
Así como en la cotidianeidad de un vínculo agresivo es difícil resolver pedir ayuda, también la vorágine de cuadros que los profesionales reciben en las salas de emergencia “sobrepasa” a los profesionales, que -aseguran- no siempre pueden acompañar a la persona en el proceso de contar qué le sucedió y orientarla a pedir ayuda. Pero cuando esa situación se explica, también puede suceder que “van los familiares y desiste de hacer la denuncia”, por temor a que los golpes proliferen o por la promesa de que no volverán a ocurrir.
De estos casos, algunos espacios intentan tener un “sub registro”, ya que no los pueden validar como situaciones generadas por el machismo si no es “la misma paciente la que denuncia”. Por eso, apuestan a prevenir, generar grupos de mujeres que intercambian sus experiencias o articular con servicios de profesionales que pueden acompañarlas hasta hacerse lo suficientemente fuertes para tomar la decisión de alejarse del agresor, que muchas veces es el padre de sus hijos o el único sostén económico de la casa.
“Creemos que hay que trabajar de la manera más descentralizada posible. Nos parece que el hospital es un actor fundamental porque está muy ligado a la comunidad y es donde primero aparece la situación de violencia”, le había señalado a este medio Maite Sandá, directora de Derechos de las Mujeres y Equidad de Género local, cuando comenzaron a intervenir en el Gandulfo para ayudar cada vez que aparecían posibles situaciones de conflictos familiares.
“Creo que hay un avance porque esta clase de comportamientos están más expuestos y cada vez se crean más lugares donde se puede hablar sobre ellos. Antes costaba más que saliera de lo privado, mirábamos para otro lado. Si bien hay falencias en la Justicia o en los mecanismos para protegerlas, se puede intentar buscar un cambio”, entendió, a su turno, la psicopedagoga Cristina Estruch, que se desempeña en el hospital de Adrogué Lucio Meléndez.

Números que cuentan
De los casos denunciados y reunidos en el informe del ministerio bonaerense, 51adolescentes de 15 a 19 años fueron atendidas el año pasado en hospitales por haber sido violentadas por sus novios, en el 39 por ciento de los casos, o por familiares, en el 37. Cuando una chica llega a atenderse y a pedir ayuda, es clave la presencia de profesionales y de un entorno afectivo que la ayude a correrse de esa relación, porque difícilmente con los años se despoje del velo del sufrimiento.
Casi 45 de cada 100 mujeres que pidieron atención médica debieron ser llevadas directamente a la guardia, “es decir, presentaban un alto compromiso de su estado de salud”, señaló Tundidor a través del informe. El análisis también reveló que casi el 73 por ciento de las situaciones denunciadas incluyeron daños físicos, aunque
“toda violencia empieza en el plano psicológico y emocional” por lo que, “cuando se llega al hospital probablemente lleve unos 5 años de estar sometida”, señaló la funcionaria.
Cuando las que consultaban tenían entre 20 y 39 años, las tendencias fueron similares pero resultó más marcada la cantidad de víctimas de sus propias parejas o ex parejas: el 77 por ciento. Además, de cada centenar de consultas, en unas 80 se mezclaban los golpes con el vejamen psicológico, sexual, verbal y económico.
La expresión máxima del alcance del patriarcado son los femicidios, es decir, los asesinatos de mujeres por su condición de género. Según el “Observatorio Adriana Marisel Zambrano” de la Asociación La Casa del Encuentro, en el primer semestre de 2012 se produjeron 119 muertes de adultas y niñas como consecuencia de la violencia machista. Nuevamente, sólo se trata de los nombres que trascendieron en los medios de comunicación, principal base de datos de la ONG.

¿El “machismo” tiene la culpa?
Al margen de la situación penal de cada caso, en la que el agresor debe dar cuenta ante la Justicia de su responsabilidad y cesar en sus agresiones, hay un factor que subyace a cada varón en su individualidad: el patriarcado. Cada vez más nombrado en las declaraciones de mujeres que bregan por la equidad de género, se trata de un sistema cultural sostenido por las redes más profundas de la sociedad: la religión, las normas, la política, la economía, las pautas sociales.
Así como todavía genera odios que “una mujer” sea presidenta o como quien conduce la Iglesia Católica debe ser “un Papa” y no una religiosa, el poder de los hombres sostenido y defendido antaño en las guerras es una constante en las comunidades contemporáneas. En ese marco crecen los niños, a los que muchas veces se les inculca que deben saber “pegarle” a los demás para defenderse, que ser “macho” es no demostrar lo que se siente sino ir y tomarlo.
Ese trazado que se cuela en la escuela y en los medios de comunicación es la base machista de la violencia, porque naturaliza que los hombres, por el simple hecho de serlo, pueden decidir por el futuro de lo que los rodean sin más permisos que su voluntad, así se trate de otras personas. Porque, justamente, “sus” mujeres son de “su” propiedad.
El desafío radica en observar críticamente ese hilado de convenciones y animarse a aprender otra forma de relacionarse con los demás. Es decir, defender la libertad y la equidad, sin que el género al que se pertenece sea un condicionante.

Centros de Consulta

*Dirección de Derechos de las Mujeres y Equidad de Género lomense: Entre Ríos 1060, de lunes a viernes de 9 a 16, en la cabecera distrital. Se puede llamar a los teléfonos 4283-3139/3130/2701/2096/1805 y visitar el sitio w.desarrollosociallz.wordpress.com.
*Hospital Gandulfo, Lomas: Balcarce 351.
*Hospital Meléndez, Adrogué: Gorriti 859. Se puede llamar al 4294-1313o 4294-7196.


Publicado en La Tercera del 4 de Marzo de 2013 http://www.diariolatercera.com.ar/0/vnc/nota.vnc?id=1056

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