20 de junio de 2013

“Una asociación militar ilícita creada para delinquir” (Primera parte)


Por Noelia Leiva

Lo definió Martín Almada, el abogado paraguayo que descubrió hace veinte años los archivos secretos del Plan Cóndor. Fueron “tres toneladas de material” con pruebas de que los militares de seis países de América Latina se articularon para imponer el neoliberalismo desde el Terror.


La primera vez que el educador y abogado paraguayo Martín Almada fue señalado por el responsable del terrorismo de Estado en su país, Alfredo Stroessner, fue en Argentina, en 1972. Había venido a presentar su tesis doctoral en Pedagogía, que denunciaba que la educación en su Nación estaba al servicio las estructuras de clase, de opresores por sobre los oprimidos. Desde entonces, un ciclo de tortura y muertes de seres queridos le dio muestras de sobra de que el aparato militar estaba instalado para destrozar todo germen de cambio, bajo las órdenes de Estados Unidos.
Pero tuvo una oportunidad de confirmarlo: cuando encontró, a fines de 1992, archivos secretos del Plan Cóndor que sobrevolaba sobre América Latina para desarticular la organización popular. A veinte años del hallazgo, repasó para Marcha los aportes de ese material “del horror”.
-¿Cómo define usted el Plan Cóndor?
-Es un pacto criminal firmado entre los gobiernos militares de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay durante la década de 1970, para recurrir al genocidio y para establecer un proyecto económico neoliberal salvaje, según las ordenes de Henry Kissinger, secretario de Estado norteamericano (hasta 1977).
Sus ejecutores fueron los militares formados en la Escuela de las Américas, Zona del Canal de Panamá, para llevar a cabo la Doctrina de la Seguridad Nacional. Es decir, un ataque sistemático desde el Estado con los impuestos que pagaba el pueblo y contra la población civil: obreros, jornaleros, sindicalistas, estudiantes, profesores, periodistas, religiosos, artistas, abogados, médicos, intelectuales. El objetivo fue aniquilar a quienes encarnaban un modo de construcción de identidad social más equitativo, y eliminar -material y simbólicamente- la posibilidad de pensar de esa manera.
-¿Cuándo y cómo comprendió la magnitud internacional de ese programa?

-Cuando encontramos (detrás de la comisaría de Lambaré, Paraguay) tres toneladas de piezas documentales que comprometían a los gobiernos del Cono Sur. Sobre todo, comprendí el por qué de la brutalidad de la tortura a la que me sometieron los militares extranjeros en Asunción. El archivo del terror era el espejo de la Guerra Fría (N de R: porque Estados Unidos quería impedir que el modelo comunista se propagara en el territorio).

-¿Qué fue lo que pensó ni bien supo de la existencia de esos archivos?

-Fundamentalmente, la investigación que realicé fue en torno a algunas preguntas. Primero, cómo murió mi esposa, porque a mi me dijeron que se había suicidado (pero fue detenida y asesinada por la dictadura de Stroessner). Después, por qué militares extranjeros me torturaron en mi país. Por último, quería encontrar los cassettes que registraban mi tortura y que luego hacían escuchar a mi esposa, como método de tortura psicológica mientras estaba detenida en la propia sede de la Escuela “Juan Bautista Alberdi” (de la que era director) de San Lorenzo, a12 kilómetros de Asunción.

-¿Hubo agentes económicos detrás del terrorismo de Estado?
-Sí, Kissinger tenía el plan de imponer en toda América Latina a “manus militaris” la política económica neoliberal, es decir, la arbitrariedad, el abuso de poder, la corrupción y la impunidad, bajo la armónica articulación con la injusticia social. La política económica neoliberal preconiza el crecimiento en base a una apertura del mercado a la economía internacional, es decir una globalización del mercado. Los individuos fueron privatizados en cuanto se les hizo perder la noción de lo público.
-¿Puede decirse que el material hallado ayudó al esclarecimiento al ser citado en procesos legales que juzgaron a genocidas?
-Sí. El Archivo de Paraguay permitió entender a la Justicia de los seis países el mecanismo de funcionamiento de esa asociación militar ilícita creada para delinquir. Se formalizó ese pacto criminal a fines de noviembre de 1975 en Santiago de Chile. En representación del gobierno argentino firmó el acta fundacional el capitán de navío Jorge Demetrio Casas, entonces Director de Operaciones del Servicio de Inteligencia del Estado (SIDE).-¿Había en ese material información puntual sobre Argentina?
-El archivo permitió constatar que había una fluida comunicación entre los aparatos represores a través de los telex y también de visitas personales, como la de (Jorge) Rafael Videla que participó oficialmente de un acto patriótico y a su regreso se llevó a los presos italo-argentinos e italo-uruguayos. Vinieron además (Emilio) Massera y todos los que fueron jefes de Inteligencia de las fuerzas. Torturadores paraguayos recibían cursos de entrenamientos organizado por el SIDE. Hay algunos casos concretos de argentinos que conocí, como el de Oscar Luis Rojas, que fue mi compañero en el Campo de Concentración de “Emboscada” a45 kilómetrosde Asunción entre 1976 y 1977. Recuperé mi libertad en septiembre de 1977 y no tuve más noticias de él. Los milicos lo trataban como “El Monto”. Según el Archivo del Terror “se fue a la Argentina”.

-A partir de su lucha fue nombrado Consultor de Unesco para América Latina ¿volvió a tener contacto con militantes argentinos?

-Me desempeñé en ese rol hasta 1992. Así, por ejemplo, conocí a un albañil paraguayo que realizaba el trabajo de mantenimiento del local de la Embajada Argentina y me comentó haber recibido orden del embajador, si mal no recuerdo llamado Juan Archibaldo Lanus, de tirar todos los papeles que se encontraban amontonados en el sótano de la representación diplomática .Me recordó haber visto biblioratos titulados como por caso ”Hilda Cuevas de Nieves” de 200 páginas; “Persecución a los Montoneros”, de 200; “La subversión en Argentina entre 1974 y 1980”. Le pedí en 1993 que me entregue esos documentos pero el “valiente” paraguayo no se animó. Más tarde, en el país, también acompañé a Gustavo Santander Dans, juez penal que llevaba entonces la causa Cóndor en Paraguay, para tomar contacto con sus pares argentinos y llevar piezas documentales del Archivo del Terror para los jueces (Jorge) Urso y (Rodolfo) Carnicoba Corral. Además, ambos fuimos recibidos por el entonces ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Taiana, a quien formulé el pedido de investigación sobre los documentos citados. En nuestra presencia ordenó a la persona que le acompañaba que se ocupe del asunto, pero nunca tuve respuesta.


Publicada en Marcha http://www.marcha.org.ar/1/index.php/elmundo/113-paraguay/2933-una-asociacion-militar-ilicita-creada-para-delinquir

El 77% de las mujeres agredidas es víctima de su pareja

Por Noelia Leiva
Lo reveló un informe del Ministerio de Salud bonaerense. La estadística corresponde a los casos registrados en hospitales públicos entre 2011 y 2012. La mayoría son jóvenes y sufrieron violencia física. Pero hay otros casos que no llegan a ser registrados: la importancia de dar un acompañamiento interdisciplinario.
Si hay un fenómeno social que es difícil traducir en números es el de la violencia de género. Las personas que la atraviesan no siempre piden ayuda y, si consiguen hacerlo, pueden evitar radican sus denuncias ante organismos formales. Sin embargo, los casos que sí se conocen alcanzan para dimensionar el avance del machismo sobre la vida cotidiana: en los hospitales bonaerenses, casi 900 pacientes se atendieron entre 2011 y 2012 por esa causa, y la mayoría fueron mujeres. En el 77 por ciento de los casos el agresor fue un varón con el que la víctima mantenía una relación sentimental.
Así lo reveló un informe del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires que se desprendió de su Programa de Prevención y Atención de la Violencia Familiar y de Género, en el que se demostró que las mujeres de entre 15 y 39 años son las más afectadas por los comportamientos machistas, de los que los golpes, las quemaduras y el abuso sexual son los más visibles. Padres, tíos y abuelos son agresores, pero los novios, concubinos, esposos o ex parejas se apuntan como los principales agentes de la violencia, en el 77 por ciento de las consultas.
Entre 2011 y 2012 se atendieron 895 casos denunciados como daños movidos por motivos de género, según la estadística que repasó los registros de hospitales y centros de salud bonaerense. De ellos, poco más de 8 de cada 10 pacientes eran mujeres, sometidas por hombres de su entorno familiar. “Las jóvenes son las más afectadas. Con este porcentaje, observamos la incidencia de los noviazgos violentos y la mayor vulnerabilidad durante su edad fértil, ya que muchas sufren la violencia en el embarazo o cuando sus hijas o hijos son pequeños”, explicó Lidia Tundidor, coordinadora del programa del que se desprendieron las estadísticas.
Los números ayudan a entender el peligro de que un hombre crea que una muchacha es de su propiedad y que puede poseerla, marcarla, maltratarla o descartarla a su antojo. Sin embargo, hay casos que requieren de ayuda pero son difíciles de detectar: “Nos sucedió en la guardia que venían pacientes con quemaduras de cigarrillo (provocadas intencionalmente) y aseguraban que les había saltado aceite, por ejemplo. Muchas veces se atienden como accidentes domésticos, pero son producto de la violencia de género”, le explicó a LA TERCERA Angélica Barragán, jefa de Enfermería del hospital lomense Luisa Cravenna de Gandulfo.
Así como en la cotidianeidad de un vínculo agresivo es difícil resolver pedir ayuda, también la vorágine de cuadros que los profesionales reciben en las salas de emergencia “sobrepasa” a los profesionales, que -aseguran- no siempre pueden acompañar a la persona en el proceso de contar qué le sucedió y orientarla a pedir ayuda. Pero cuando esa situación se explica, también puede suceder que “van los familiares y desiste de hacer la denuncia”, por temor a que los golpes proliferen o por la promesa de que no volverán a ocurrir.
De estos casos, algunos espacios intentan tener un “sub registro”, ya que no los pueden validar como situaciones generadas por el machismo si no es “la misma paciente la que denuncia”. Por eso, apuestan a prevenir, generar grupos de mujeres que intercambian sus experiencias o articular con servicios de profesionales que pueden acompañarlas hasta hacerse lo suficientemente fuertes para tomar la decisión de alejarse del agresor, que muchas veces es el padre de sus hijos o el único sostén económico de la casa.
“Creemos que hay que trabajar de la manera más descentralizada posible. Nos parece que el hospital es un actor fundamental porque está muy ligado a la comunidad y es donde primero aparece la situación de violencia”, le había señalado a este medio Maite Sandá, directora de Derechos de las Mujeres y Equidad de Género local, cuando comenzaron a intervenir en el Gandulfo para ayudar cada vez que aparecían posibles situaciones de conflictos familiares.
“Creo que hay un avance porque esta clase de comportamientos están más expuestos y cada vez se crean más lugares donde se puede hablar sobre ellos. Antes costaba más que saliera de lo privado, mirábamos para otro lado. Si bien hay falencias en la Justicia o en los mecanismos para protegerlas, se puede intentar buscar un cambio”, entendió, a su turno, la psicopedagoga Cristina Estruch, que se desempeña en el hospital de Adrogué Lucio Meléndez.

Números que cuentan
De los casos denunciados y reunidos en el informe del ministerio bonaerense, 51adolescentes de 15 a 19 años fueron atendidas el año pasado en hospitales por haber sido violentadas por sus novios, en el 39 por ciento de los casos, o por familiares, en el 37. Cuando una chica llega a atenderse y a pedir ayuda, es clave la presencia de profesionales y de un entorno afectivo que la ayude a correrse de esa relación, porque difícilmente con los años se despoje del velo del sufrimiento.
Casi 45 de cada 100 mujeres que pidieron atención médica debieron ser llevadas directamente a la guardia, “es decir, presentaban un alto compromiso de su estado de salud”, señaló Tundidor a través del informe. El análisis también reveló que casi el 73 por ciento de las situaciones denunciadas incluyeron daños físicos, aunque
“toda violencia empieza en el plano psicológico y emocional” por lo que, “cuando se llega al hospital probablemente lleve unos 5 años de estar sometida”, señaló la funcionaria.
Cuando las que consultaban tenían entre 20 y 39 años, las tendencias fueron similares pero resultó más marcada la cantidad de víctimas de sus propias parejas o ex parejas: el 77 por ciento. Además, de cada centenar de consultas, en unas 80 se mezclaban los golpes con el vejamen psicológico, sexual, verbal y económico.
La expresión máxima del alcance del patriarcado son los femicidios, es decir, los asesinatos de mujeres por su condición de género. Según el “Observatorio Adriana Marisel Zambrano” de la Asociación La Casa del Encuentro, en el primer semestre de 2012 se produjeron 119 muertes de adultas y niñas como consecuencia de la violencia machista. Nuevamente, sólo se trata de los nombres que trascendieron en los medios de comunicación, principal base de datos de la ONG.

¿El “machismo” tiene la culpa?
Al margen de la situación penal de cada caso, en la que el agresor debe dar cuenta ante la Justicia de su responsabilidad y cesar en sus agresiones, hay un factor que subyace a cada varón en su individualidad: el patriarcado. Cada vez más nombrado en las declaraciones de mujeres que bregan por la equidad de género, se trata de un sistema cultural sostenido por las redes más profundas de la sociedad: la religión, las normas, la política, la economía, las pautas sociales.
Así como todavía genera odios que “una mujer” sea presidenta o como quien conduce la Iglesia Católica debe ser “un Papa” y no una religiosa, el poder de los hombres sostenido y defendido antaño en las guerras es una constante en las comunidades contemporáneas. En ese marco crecen los niños, a los que muchas veces se les inculca que deben saber “pegarle” a los demás para defenderse, que ser “macho” es no demostrar lo que se siente sino ir y tomarlo.
Ese trazado que se cuela en la escuela y en los medios de comunicación es la base machista de la violencia, porque naturaliza que los hombres, por el simple hecho de serlo, pueden decidir por el futuro de lo que los rodean sin más permisos que su voluntad, así se trate de otras personas. Porque, justamente, “sus” mujeres son de “su” propiedad.
El desafío radica en observar críticamente ese hilado de convenciones y animarse a aprender otra forma de relacionarse con los demás. Es decir, defender la libertad y la equidad, sin que el género al que se pertenece sea un condicionante.

Centros de Consulta

*Dirección de Derechos de las Mujeres y Equidad de Género lomense: Entre Ríos 1060, de lunes a viernes de 9 a 16, en la cabecera distrital. Se puede llamar a los teléfonos 4283-3139/3130/2701/2096/1805 y visitar el sitio w.desarrollosociallz.wordpress.com.
*Hospital Gandulfo, Lomas: Balcarce 351.
*Hospital Meléndez, Adrogué: Gorriti 859. Se puede llamar al 4294-1313o 4294-7196.


Publicado en La Tercera del 4 de Marzo de 2013 http://www.diariolatercera.com.ar/0/vnc/nota.vnc?id=1056

15 de enero de 2013

Felices años nuevos


Por Noelia Leiva

Puede ser el 1 de enero, el 5 de septiembre o el 10 de febrero. Depende de la cultura a la que se pertenezca, cada nuevo ciclo comienza en un día particular. Y si hay que festejar o repasar las acciones personales. Abundancia, salud y paz parecen ser, no obstante, deseos comunes.

Si una persona nació hace al menos cuatro siglos en occidente, es probable que haya festejado el 1 de enero el comienzo del 2013. Pero si pertenece a la cultura china, tendrá que esperar hasta el 10 de febrero el cambio de ciclo, casi tanto como si es parte de la comunidad guaraní, del ahora norte argentino. Si es judía, todavía más: recién el 5 de septiembre recibirá al 5774 de su calendario. Entonces, ¿el año empezó realmente? Como toda práctica humana, esa acepción es producto de la cultura y de las creencias, sostenida en sus orígenes por las necesidades humanas más básicas.
En un principio fue el comportamiento del sol o de la luna lo que llevó a los pueblos a organizar el tiempo, que inexorablemente pasaba y producía cambios. Pero observaban que había períodos naturales que se repetían, como la época en la que podían obtener frutos de las plantas o debían protegerse del frío o el calor. Hace 4000 años, los babilonios establecieron un sentido a esa ‘repetición’ y decidieron festejar durante once días cada vez que la primavera regresaba a sus jardines colgantes. Ese es, se estima, el primer indicio de celebración de un comienzo del año.
Con el romano Julio César, el ajuste temporal se vinculó con el quehacer político del imperio y ubicó en enero el primer día de cada secuencia anual porque en ese mes asumían los cónsules. En ello se apoyó el calendario juliano y más tarde el gregoriano, impulsado por el Papa Gregorio XIII en 1582 y vigente hasta la actualidad, con su determinación de 365 días por año, excepto los bisiestos, con 366. Si bien en la América Latina de los pueblos originarios ni la religión católica ni los funcionarios europeos tenían que ver con su bagaje cultural, la invasión de los colonos instaló como lo ‘natural’ los valores del supuesto “viejo continente”. Y también el fraccionamiento del tiempo.
Pero antes de que los festejos comenzaran cada 31 de diciembre por la noche, las comunidades indígenas basaban su cronograma en el comportamiento de la tierra que trabajaban. Mientras los pueblos andinos como el aymara lo ubican alrededor del 21 de junio, los guaraníes de Chaco, Salta, Entre Ríos y alrededores esperaban en febrero la fiesta de la “Gran Cosecha” o “Arete Guazú”, en su lengua. En coincidencia con el carnaval, nutrido del sincretismo, esa celebración se basa en el fin del período de recolección de los frutos de la tierra y, por lo tanto, el agradecimiento y el pedido para que la nueva etapa sea productiva.
Para otra cultura antigua como la judía, el arribo del año 5774 ocurrirá el próximo 5 de septiembre. El Rosh Hashaná o “cabeza de año” corresponde al primer y el segundo día de “tishrei” -séptimo mes del calendario hebreo- en coincidencia con el nacimiento del primer hombre, Adán; y cambia ciclo a ciclo de acuerdo al comportamiento solar pero nunca va más allá de octubre. El día comienza con el sonido tradicional del “shofár”, un instrumento hecho con un cuerno de carnero, y depara diez días de reflexión y arrepentimiento hasta el Día del Perdón o “Yom Kipur”.
Lejos de esa cuna, para el pueblo chino la fiesta llegará el 10 de febrero, con el 4711 de su calendario. El día exacto de la celebración varía porque se calcula de acuerdo a la luna nueva más próxima al día equidistante entre el solsticio de invierno (21 de diciembre) y el equinoccio de primavera (21 de marzo) del hemisferio norte. Esa organización temporal rige en varios países asiáticos, excepto en Japón que, aunque antes la aceptaba, decidió incorporar la tradición gregoriana, la más difundida en el mundo.

Más allá de la sidra y el pan dulce

Cuándo comienza un año nuevo en la vida de una persona cambia según la cultura a la que pertenece, pero también cómo festejarlo. Si es que se festeja. Mientras para las familias judías comienza el tiempo para arrepentirse de las malas acciones, para la cultura católica (más con lo atravesada por el mercado que la encuentra el siglo XXI) es época de jolgorio. Para los pueblos originarios, es tiempo de agradecimiento a la Pachamama por los bienes recibidos y de pedido de un nuevo período de abundancia.
Por ejemplo, durante los seis días del Arete Guazú, la tradición mezcla alegría e introspección. “Se hace un homenaje a la madre naturaleza guiado por los ancianos, donde ofrecemos la bebida y la comida. También se hacen representaciones particulares, como la lucha entre el toro, que simboliza el colonialismo; y el tigre, que es la resistencia de nuestro pueblo”, le explicó a LA TERCERA Mario Valdez, integrante de la comunidad tupi-guaraní de Glew, Almirante Brown. El rito también incluye encuentros de nuevas parejas, porque las mujeres informan su estado civil a través de la inclinación de sus vinchas, ya que deberá variar si son solteras, casadas o viudas.
La música tradicional (Pim) no puede cesar, por eso se turna los intérpretes de distintas comunidades. Se bebe chica y se elaboran platos a base de choclo, mandioca y poroto. Cuando se llega al fin, el volumen de los instrumentos descienden y se ofrece al río un muñeco que simboliza lo malo del año que se fue, que debe ser alejado para que arribe lo bueno.
Una tradición similar que incluye quemar una maqueta con forma humana también se realiza en Occidente cada 31 de diciembre, con el mismo fin. Algunas familias le suman a la costumbre de brindar y cortar el pan dulce (traída del invierno europeo) doce uvas o pasas que deberán comer como símbolo de buenos augurios para cada mes del nuevo ciclo. En China, los deseos se suelen escribir con buena caligrafía para que acompañen las casas en nombre de la felicidad y la abundancia, lo que es conocido como “coplas de primavera”.
Paz, amor, unión, dinero, salud: las formas y los tiempos para evocarlos son diferentes en cada rincón del mundo, pero la necesidad humana de alcanzarlos parece vencer cualquier barrera cultural.

Publicado en Diario La Tercera

12 de noviembre de 2012

LGBTIQ: marchar con orgullo



 Fotos: Guillermo D'Ambrosio

Por Noelia Leiva

La Marcha del Orgullo LGBTIQ cumplió sus 21 años con logros legislativos. Señaló la educación sexual, la despenalización del aborto y el trabajo inclusivo como deudas. Y la erradicación de la violencia como una responsabilidad social.

“Bombón” sugería un cartel abandonado por algún carrito ni bien se ponía un pie en la porteña Plaza de Mayo al salir del subte. Bombona, bombxn: la insignia perdida por un heladero ambulante de los que nunca faltan se podía resignificar y escuchar en medio de la multitud que participó en la 21° Marcha del Orgullo LGBTIQ, plena de colores y besos con sabor a lucha, porque consignó a la educación sexual, el aborto legal y el trabajo inclusivo como deudas para con la igualdad. “Nuestros derechos no son de ningún gobierno”, criticaron, de rojo y a la izquierda, las organizaciones territoriales que denunciaron la “manipulación política” del oficialismo para que la lista de pendientes no se modifique.
Había razones para celebrar. Ya desde las 15, la tradicional plaza fue rodeada por puestos que ofrecían desde jabones artesanales hasta revistas independientes. La Ley de Identidad de Género, sancionada en mayo, y la de matrimonio igualitario, de 2010, hicieron al clima de fiesta en tanto logros del movimiento que, en sus orígenes -con la fundación del grupo Nuevo Mundo en 1969- era sólo gay y ahora llama a respetar los derechos de lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transexuales, transgéneros, intersexuales y queers (LGBTIQ).
La multitud colorida fue la misma que todos los días se enfrenta a los paradigmas machistas de la heterosexualidad obligatoria. Pero cada segundo sábado de noviembre es para muchos la oportunidad de “salir del closet” o de reafirmar el dominio sobre el propio cuerpo. “Estoy ganando un mango sin fastidiar a nadie pero muchos héteros, incluso hoy, vienen a molestar porque quieren que vivamos debajo de la vereda”, graficó Alessandra Babino mientras despachaba bebidas frías en una tarde también fresca. Ella además es una de las protagonistas de la versión que la Cooperativa de Ar/TV Trans hace de La Casa de Bernarda Alba en centros culturales porteños.
Un Sarmiento con pelo rubio y labios carnosos fue el símbolo del bachillerato popular Mocha Celis, que está orientado a personas trans y tuvo su stand en la Feria del Orgullo para cuestionar la dicotomía patriarcal biologicista hombre/mujer. “Compartir experiencias es un ‘volver a empezar’, retomar un derecho que estaba vedado para nosotras”, describió Virginia Silveyra, una de las estudiantes. La apuesta a que “la calle no sea la única opción” del colectivo 'T' fue una constante de las historias, aunque también algunas exponentes replicaban en sus cuerpos la objetivación hegemónica, acaso para metabolizar la violencia y hacerse fuertes. El riesgo es naturalizarla.
Las trans con atuendos brillantes, las parejas ‘sado’, las mujeres maravilla, los novios o casados, los chicos en minishort, las que prefirieron el jean, los 'darks', los 'osos', las que se quitaron la tortura del corpiño. Todos y todas, libres, partieron en caravana a las 19 hasta el Congreso nacional. “Para nosotras la Marcha es importante porque nos visibiliza”, destacó Gabriela Bacin de Les Madres, un grupo de lesbianas mamás que luchan por el “reconocimiento legal, jurídico y social” de sus hijos.
En la cabecera de la movida fueron Alex Freyre y José María Di Bello -primeros casados bajo la ley igualitaria- y las legisladoras porteñas María José Lubertino y María Rachid, entre otros. Atrás el trailer de 100 % Diversidad y Derechos llevó pura electrónica. Calle 13 estuvo entre el repertorio de la disco ambulante de La Campora Diversia, que también tuvo a un Néstor Kirchner y un gorila gigantes. Y los Putos Peronistas, de La Matanza, llevaron cumbia para menear, mientras algunos sorprendidos miraban desde los bares tradicionales.
“Se nos privó de la posibilidad de decir ‘soy todo hombre, en cuerpo, alma y espíritu’”, cuestionó Gregorio Tobar desde la bandera de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM), que reúne a cristianos, metodistas, anglicanos, pentecostales y evangelistas y se dice libre de prejuicios sobre los géneros. “Se tergiversó el sentido de los textos sagrados para implementar ideas donde la sexualidad es mala y tiene que ser sólo reservada a la procreación, sin goce”, cuestionó.
En esa diversidad que marcó territorio también estuvo la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) con su dirigente César Ciglliutti, la Colectiva Santa Concha, que pedía a su diosa no “caer en el pudor”, y las Lesbianas Afrodescendientes, que sumaron la consigna “No al racismo”. Sobre Rivadavia, un graffiti recordaba que hace diez días el movimiento de mujeres reclamó “aborto legal en el hospital”.

Derechos sin gobierno
 

En los últimos años, la Marcha adquirió un acento kirchnerista porque desde el Gobierno nacional manifestaron su aval a reclamos históricos del movimiento LGBTIQ. Pero esas conquistas no se replican en el campo palpable de las relaciones entre personas, o al menos así lo resaltaron un grupo de organizaciones territoriales y de izquierda que llamaron a una “contramarcha”, aunque luego mezclaron sus banderas en una única caravana hasta Congreso, donde ya pocas banderas rojas se quedaron frente al escenario en el que cantaron Lía Crucet, Kumbia Queers, Leo García y la ovacionada Celeste Carballo.
“Reclamamos la libre adopción de las parejas igualitarias. Los hombres y quienes no se casen no tienen la posibilidad de adoptar. Además, no se garantiza en los hospitales públicos las intervenciones quirúrgicas ni los tratamientos hormonales para las personas trans”, denunció Daiana Asquini, de Las Piqueteras. Junto a ellas estuvieron la Federación Juvenil Comunista y el Socialismo, entre otros. Coincidieron en criticar la pérdida de estado parlamentario del proyecto para despenalizar el aborto, así como la “estatización de la comisión organizadora”, formada por colectivos afines al oficialismo.
En el acto central llamaron a aplicar la Ley de Educación Integral, erradicar la trata y derogar los códigos contravencionales que ejercen la “violencia institucional” contra el colectivo, sobre todo hacia las trans en situación de prostitución. Abuchearon a dirigentes políticos y sociales que instalan la discriminación: al jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri, por vetar la Ley de Aborto No Punible; al Consejo Superior de Educación Católica por ir contra la laicidad de las escuelas; al gobernador cordobés, Juan Manuel De la Sota, por no actuar contra la “represión transfóbica” ni apoyar el esclarecimiento del femicidio de la militante travesti Vanesa Ledesma; y al mandatario salteño Juan Manuel Urtubey y su par tucumano, José Alperovich, por “imponer la educación religiosa”. En cambio, homenajearon, entre otras personas, a Claudia Pía Baudracco, coordinadora nacional de la Asociación de Travestis Transexuales y Transgénero de la Argentina (Attta), que falleció en marzo último.
La emoción se compartía debajo del escenario. Acaso como siempre pero con menos miedo
porque estaban juntos. “Hace dos días que me separé. Ahora que estoy sola por ahí me
lastiman más, espero que no”, le dijo a esta cronista una muchacha que había nacido con
nombre de varón. Pero no. El desafío es que ni ella ni nadie se quede en soledad si se trata
de recuperar sus derechos.


Publicada en Marcha.org.ar: http://www.marcha.org.ar/1/index.php/nacionales/92-generos/2465-lgbtiq-marchar-con-orgullo

6 de noviembre de 2012

Para la soberanía alimentaria del pueblo Qom



Por Noelia Leiva

La Facultad de Agronomía de la UBA desarrolla un proyecto para que la comunidad originaria formoseña produzca sus propias semillas. Evitaría que dependan de productos industriales. Señalaron que buscan “acompañar” con su investigación y no imponer conocimientos.

Fomentar la autonomía agrícola de la comunidad Qom de Formosa a partir de sus propios conocimientos y necesidades, con la colaboración de un equipo técnico interdisciplinario. Ése es el objetivo del trabajo que lleva a cabo la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba) en el marco de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria. El pueblo originario aplicará sus criterios para seleccionar en la cosecha las plantas de maíz criollos que crean más apropiadas para obtener semilla y continuar el ciclo, sin depender de comprar insumos industriales. La ingeniera agrónoma lomense Ana Broccoli es investigadora invitada en la iniciativa.
Desde que el ‘carayé’ Qom Félix Díaz se acercó a la casa de altos estudios porteña para consensuar un plan de trabajo que tomara las potencialidades del monte y los alrededores de La Primavera, un grupo de nueve profesionales se reunió para desarrollar un programa de mejoramiento del cultivo que ofrezca herramientas sin avasallar las raíces culturales de los autóctonos, que tradicionalmente obtenían el alimento por la caza y la recolección.
“Tener en el equipo una antropóloga nos permitió comprender a la comunidad. Intentamos que el desarrollo agrícola contenga la repoblación con parte del monte sobre el que históricamente basaron su alimentación”, le explicó a LA TERCERA Gustavo Scharauf, secretario de Desarrollo y Relaciones Institucionales de Agronomía y miembro del plantel. Con una perspectiva ‘agroecológica’, los primeros dos viajes a Formosa tuvieron una “recepción muy cálida” por parte de los lugareños. “Vimos avances que le permitieron a la comunidad llegar a cosechar su maíz, pero también encontramos falencias, como la carencia de herramientas o las dificultades para comercializar sus productos”, describió el también especialista en genética.
Un encuentro de bienvenida en el que Díaz y los ancianos de la comunidad avalaron la presencia de los docentes fue el primer paso para desempeñarse en La Primavera. Ese acercamiento fue importante porque los investigadores apuntan a “un dialogo de saberes, el campesino-indígena y el académico”, definió Ana Broccoli, profesora de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ) que trabaja sobre ‘mejoramiento participativo’.
Ese procedimiento apunta a lograr “el empoderamiento al poder proveerse de la propia semilla y no necesitar una industrial o tecnológica, que en el caso del maíz es un híbrido, ni tener que agregar paquetes de insumos químicos”, le planteó la especialista local a este medio. Se sembró maíz criollo que había sido obtenido en esa región y que estaba almacenado en el Banco de Germoplasma de la Cátedra de Botánica de la Fauba, con lo que se aseguraron que las plantas tengan las características genéticas necesarias para adaptarse al medio en el que se encuentran.
“Los agricultores de la comunidad seleccionan en la cosecha el material de acuerdo a criterios que son de su propio interés, con el apoyo técnico que le damos”, ancló. A partir de ese material elegido se trabajará para obtener las futuras semillas. Por ejemplo, el maíz debe ser apto para secarse en el mismo campo y no en un ámbito artificial protegido, por lo que la mazorca ideal debía estar cubierta por sus hojas lo suficiente para evitar el ingreso de humedad e insectos. “Nuestra intención es lograr un acompañamiento en el que se dé lugar a las impresiones de la comunidad. No llevamos un proyecto inmodificable sino que está en permanente investigación a través de la acción participativa”, recalcó la especialista.
Además de Scharauf y Broccoli, el equipo de trabajo está compuesto por los ingenieros agrónomos Carlos Carballo, Ana María García, Libertad Mascarini y Susana Pariani, la antropóloga Lorena Cardin y las estudiantes formoseñas Andrea y María Belén Galeano, que serán importantes para darle continuidad a la iniciativa y favorecer la comunicación entre los actores.

Publicado en La Tercera del 5 de noviembre de 2012

Un amparo contra los agrotóxicos


Por Noelia Leiva


Vecinos y vecinas del distrito bonaerense de Presidente Perón impulsaron un recurso judicial para que no se fumigue con glifosato. Acusan a los productores de un campo de 90 hectáreas de emplear químicos peligrosos. Una ordenanza municipal lo prohíbe desde 2010.

“Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras”. Así reza desde 1994 el artículo 41 de la Constitución Nacional. Pero el territorio que da cuerpo al país del que habla ese texto manifiesta que sucede lo contrario. Como en el norte la megaminería amenaza la vida, en el sur del Conurbano bonaerense las empresas y los propietarios de campos usan agrotóxicos para desmalezar y fumigar, aunque dañen a sus vecinos. Una asociación civil de Presidente Perón impulsó un recurso de amparo ambiental para que cese la contaminación con glifosato, que provocó, según investigan, enfermedades respiratorias y dérmicas y abortos espontáneos.
Hace al menos cuatro años que comenzaron las sospechas en la zona. Cuando las hectáreas de Guernica, cabecera del distrito, comenzaron a mostrarse sin rastros de vegetación molesta para el cultivo también empezaron a repetirse las erupciones en la piel y las afecciones al respirar. Luego de reuniones y denuncias de organizaciones sociales, la lucha se transformó en un recurso de amparo en el que la Clínica Jurídica Ambiental de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) patrocinó al Centro Agroecológico Ashpa, en representación del colectivo social que señala que en el campo ubicado entre 41 y 91 se usa glifosato y hasta 2.4D (Ácido 2.4 Dicloro fenoxiacético) para quitar las malezas.
A principios de octubre, los vecinos señalaron frente al Juzgado 3 de La Plata a Jorge Alberto Gavelini como quien ordenó las fumigaciones con tóxicos en el terreno de 90 hectáreas que está a su cargo y cuya titularidad está a nombre de Norma Moreno. El Ejecutivo municipal, encabezado por Aníbal Regueiro, y el bonaerense también fueron acusados porque “son autoridades competentes y deben ejercer el poder de policía ambiental respecto de las actividades desarrolladas por los sujetos privados que fueron demandados. Son considerados responsables y ‘legitimados pasivos’ por el incumplimiento de las funciones de protección a la salud humana”, le explicó a Marcha Andrés Makowiecki, uno de los abogados que presentó el recurso. Hasta el momento, el juez Juan Pablo Masi no se expidió.
En una audiencia en la que participaron las partes involucradas, “los demandados se opusieron a la producción de pruebas porque consideraron como ‘abstracto’ el reclamo judicial y entendieron que no se registraron violaciones normativas”, detalló el legista. Sin embargo, se notificó que a fin de mes el Ministerio de Salud provincial realizará un relevamiento de la zona, aunque no se le notificó a los vecinos “cuáles serán las medidas a adoptar” durante y a partir de ese trabajo, ni “cuál es el estado de la gestión” para evaluar la viabilidad del operativo.
“Si vienen al barrio va a ser bueno porque van a conocer lo que nosotros vemos siempre, van a salir de sus escritorios”, enfatizó la miembra de Ashpa Stella Maris Mangione. Sin embargo, surge una contradicción entre la minimización del amparo ambiental frente al juez por parte de los ‘acusados’ y el aviso de que se realizará una evaluación del caso. La asociación ya había confeccionado una encuesta a 135 familias de los barrios Las Lomas y Santa Teresita, de los más afectados de Guernica. “Con la información se confeccionó un mapeo epidemiológico que permitió observar que algunas afecciones se repetían cada vez que fumigaban, como alergias, eccemas, abortos espontáneos y problemas en las mucosas”, detalló.
Si el juez recibe y da valor a las pruebas de que se fumigó con químicos nocivos, deberá ordenar inmediatamente el cese del daño. Los vecinos aclararon que también sospechan del mal uso de esas sustancias en el establecimiento “Haras de Jorge Antonio”, ubicado sobre San Martín del Barrio Parque Americano, y el campo “de las Cuatro Bocas”, en Las Lomas. Observaron, además, que en las últimas semanas se redujeron los indicios negativos sobre el campo de Gavelini, acaso presionado por la presentación judicial. No obstante, “este tipo de daño perdura en el tiempo y en el espacio en forma considerable. Las consecuencias que se generan pueden ser tanto mediatas como inmediatas”, aclaró Makowiecki.

En la vía de la contaminación

En 2010, la ordenanza 708 puso la salud de las personas por encima de los herbicidas y otros químicos empleados las prácticas agrarias invasivas que perjudiquen la salud de las personas. Sin embargo, no sólo en los campos del distrito se continuó su aplicación sino también en las vías del ferrocarril. El último episodio que Ashpa denunció sucedió hace diez meses, a un año de que la norma entrara en vigencia. Sobre la calle 128 del barrio San Pablo identificaron a una cuadrilla de trabajadores de la Línea Roca con sus mochilas blancas de fumigación y bidones con la etiqueta de glifosato, tal como dejaron constancia ante el equipo de Inspección municipal que fue convocado.
La preocupación de las organizaciones sociales que participan de la campaña contra los agrotóxicos se acrecienta en tanto aumenta la variedad y agresividad de los preparados empleados. Según el relevamiento del Centro Agroecológico, además de glifosato hallaron en los campos de la zona -entre ellos, el involucrado en el amparo- rastros del 2.4 D, “clasificado por su toxicidad como de categoría II, ‘Producto moderadamente peligroso nocivo’, que fue fabricado en la Segunda Guerra Mundial como arma química porque es similar al ‘agente naranja’ 2.4.5 T, utilizado en la Guerra de Vietnam”, denunció la asociación a través de su informe.
También hallaron atrazina, empleado habitualmente para el control de malezas en las plantaciones de soja, al igual que el glifosato. La sustancia “está prohibida en la Unión Europea desde 2006” porque, capaz de atravesar el suelo hasta llegar a arroyos o canales de agua subterráneos, puede “afectar la producción y el funcionamiento normal de las hormonas sexuales”.
En ese contexto se prolonga la espera de una resolución. El respeto al derecho de tener una vida y un ambiente saludables también fue obligado a demorarse.


Publicado en Marcha.org.ar www.marcha.org.ar/1/index.php/nacionales/94-ambiental/2391-un-amparo-contra-los-agrotoxicos

1 de noviembre de 2012

Del Conurbano yo soy

Por Noelia Leiva


Muchas historias se reúnen en el Gran Buenos Aires, que vive al límite de su oposición con la city porteña ¿Cuál es la identidad de esa porción de la provincia? Que, por más diversos que sean sus habitantes, logra pensarse como un conjunto. La mística de los barrios no se queda atrás y provoca, a veces, la suspicacia de quienes viven del otro lado de la General Paz.

Aprender a cruzar la calle, andar en bicicleta con amigos, encontrar algún amor: en el barrio suceden las experiencias de vida que ponen a las personas en contacto con otras ¿Cuánto de todo eso hace a la identidad de cada quien? Mucho. Y más cuando el conjunto de vecindarios conforma un conglomerado enorme y diverso pero con una historia en común. Así es el Conurbano, poseedor de una “identidad”: la diversidad que lo compone y la oposición histórica a lo porteño.
“Cabecita negra” o “descamisados” fueron términos con los que, en el bagaje social y político del país, los habitantes de la Capital Federal calificaron a quienes no pertenecían a ella. Y sobre todo a los bonaerenses, que estaba tan cerca - apenas al cruzar la General Paz- pero que consideraban tan distintos, acaso inferiores. Una oposición que puede rastrearse desde la guerra civil entre unitarios y federales, dos bandos y dos paradigmas de pensamiento.
De ese contexto deriva el Conurbano, que se define por oposición, porque no es parte de ‘la city’; y por inclusión, porque es lo que hacen de él un montón de barrios juntos de diferentes clases sociales pero que, en su mayoría, estuvieron atravesados alguna vez por la necesidad de su gente de movilizarse hacia Buenos Aires para trabajar o recrearse. En esa diversidad “el rasgo en común es diferenciarse de la centralidad que caracteriza a los porteños”, definió ante LA TERCERA Mónica Bennati desde la comisión directiva del Colegio de Sociólogos provincial.
Tener que viajar por al menos una hora en medios de transporte públicos cuyo buen funcionamiento siempre es una incógnita, madrugar y amontonarse en el vagón de un tren para luego repetir la escena en un subte y otra vez al regreso, en el orden inverso. Todo eso es parte del folklore de los bonaerenses que viajan hacia la ciudad del Obelisco para cumplir con sus obligaciones laborales o ir a estudiar. Si bien podrá reducirse porque “está en plena transformación debido al desarrollo de varias actividades más cercanas”, todavía es considerable el flujo de locales que cruza todos los días. El ‘conurbanense’ va y se la ‘banca’. Aunque no falta el que alimenta su mal humor con los apretujones.
Por eso, en el imaginario que rodea a la identidad regional se resalta la capacidad de resistir y de (re)buscar salidas en la adversidad. “La vida en el aquí conlleva un plus de dificultades derivado de la situación socioeconómica de la mayoría de los habitantes, así como de las deficiencias infraestructurales que marcan el devenir en los barrios. Este plus de dificultades hace que su habitante sea también más emprendedor, ingenioso, solidario y mucho menos egoísta e individualista”, evaluó Javier Garín, abogado e historiador lomense. Si bien “en todos lados viven personas trabajadoras que deben preocuparse cotidianamente por su futuro y el de su familia, sucede que las condiciones de transporte están lejos de ser óptimas para trasladarse. Sólo con eso se hace duro salir”, evaluó, en tanto, la socióloga.
Si hay que ‘ponerle el pecho’, ahí está el o la ciudadana de la provincia. Si hay que compartir con amigos, también. Estar en la calle, que los chicos jueguen o anden en bicicleta en la vereda o las familias se junten a comer eran parte de los hábitos comunes de la zona, pero “quizás se están perdiendo a causa de la delincuencia e inseguridad”, señaló Bennati. Puertas adentro, las ganas de reunirse -acaso cercanas a todos los vecindarios trabajadores de la zona urbana- se conservan.
Hay un área que se aleja de la caracterización más sufrida del habitante local: la del norte bonaerense. Por su contundente poder adquisitivo, para los ‘laburantes’ del sur y el oeste esas personas son casi tan cuestionables como las porteñas, o al menos no aprendieron tanto de la vida como aquellos que alguna vez tuvieron que trabajar de lo que se encuentre. En los tiempos que corren, los y las jóvenes de esos lugares copan las oficinas de telemarketing ubicadas en ‘Baires’, por ejemplo.

La oposición que inhibe

La General Paz divide. Desde la metrópolis, no faltan los calificativos despectivos que ayudan, por diferenciación, a la formación del ideario del Conurbano. Sin embargo, esa relación dicotómica puede ser contraproducente. Según Garín, la conciencia de pertenecer “se encuentra inhibida a causa de la discriminación que existe” sobre quienes viven en la otra vera del Riachuelo.
“Para la mentalidad discriminadora de los sectores medios capitalinos, los habitantes bonaerenses son ‘negros’ o ‘villeros’ si pertenecen a la clase trabajadora o ‘blancos pero de segunda’ si son de clase media”, acusó el abogado, que se definió como exponente de la idiosincrasia del Gran Buenos Aires. Que los medios masivos de comunicación se gesten en la Ciudad Autónoma también complota contra el reconocimiento de la identidad porque busca instalar ideas ajenas al bagaje propio, tanto que “en el pueblito más remoto de la Cordillera saben del estado del tránsito” de la arteria que comunica ambos lados. Por eso es “necesario romper con la hegemonía simbólica que ejerce la Capital”, convocó, en tiempos de la Ley de Medios.


El barrio que iguala

Como diverso es el conglomerado bonaerense, organizado en ‘cordones’, igual de disímil es la opinión sobre si existe o no una identidad que abrace a toda esa heterogeneidad. “Yo creo que la gente que vive en la zona tiene características tan comunes como la de afuera”, planteó Crees, el graffitero autor de los perros que observan desde las calles de Monte Grande. Para él, la identidad tiene que ver con cada barrio y con sus “referentes”, aunque reconoció que “mucha gente toma a la Capital como ‘lo verdadero’ ya sea en lo cultural o por estudios, por ejemplo”, explicó. Se apela a las mismas categorías sociales que  “la gente que compara a Argentina con Europa”, a la que anhela que su país se parezca. Entonces, también hay bonaerenses que quieren “parecerse” a los capitalinos porque creen que eso les da mayor “estatus”.
Con la experiencia de haber recorrido con su arte cuanta esquina pudo de su localidad echeverriana, el autor del perro más conocido del sur rescató que en algunas manzanas las personas “salen a la calle y se saludan, como si de un pueblo se tratara”. Acaso que la historia de muchos distritos sea relativamente corta y todavía falte para funcionar con el individualismo de las urbes más desarrolladas sea otro factor cultural de la región.
En su variedad, lo mejor que tiene el Conurbano es conocerlo y hacerlo. “Pinta tu ciudad y pintarás tu mundo”, citó Crees, que sí que lo hace.

El pueblo que construye

“De aquí surgieron los ‘cabecitas negras’ y los ‘descamisados’ de Evita y las masas del 17 de octubre de 1945. El Conurbano es el gran reservorio de los gobiernos populares”, definió Garín, que si bien en sus libros investiga a los personajes que gestaron la Patria “al interrogarse sobre la conformación de la nacionalidad, hay elementos que se vinculan con la región porque, por su conformación sociológica y la afluencia de corrientes migratorias diversas, es un gran conglomerado representativo de la diversidad regional de las provincias y los países vecinos”, explicó.
Según esa mirada, afianzar un sentimiento de pertenencia en una base social hecha de orígenes y objetivos disímiles es la cualidad central de lo que implica vivir en la zona, pero sobre todo porque en su historia reciente logró una lógica de lo colectivo que no se nombra pero que está y por eso sirvió de cimientos a movimientos políticos como el peronismo. Por eso “es un territorio tan rico y en construcción, aún indeterminado y por eso mismo incitante, que es la gran síntesis de ‘lo popular’ argentino”, enfatizó.